No entiendo el porqué de tantos aspavientos ante la respuesta del rey emérito a la pregunta de si daría explicaciones. "¿Explicaciones de qué?", es lo que ha contestado Juan Carlos I con toda la razón, y de aquí le viene la risa. ¿Por qué tiene que dar explicaciones si ningún poder del Estado lo ha puesto en situación de tener que darlas, si ha quedado todo atado y bien atado y además ha tenido bastante buen recibimiento, de hijo pródigo y no de fugado de la justicia, con premio incluido de campeón? Las imágenes, que han dado la vuelta al mundo, son demoledoras. Ya puede gastarse dinero, todo el que se quiera, en la Marca España, que no lo arregla ni Dios. El tema de las explicaciones tiene tela. No entiendo que las explicaciones puedan solucionar los hechos, sino al contrario, en las circunstancias actuales y con todo lo que ha quedado probado, pero me parece perverso que el Ejecutivo se muestre decepcionado porque esperaran estas explicaciones. Es claramente la prueba de que las necesitaban para más o menos salvar los muebles; la evidencia de la doble cara, al uso, con la que gobiernan, no se la salva a nadie.

Y no solo me refiero al PSOE, también a Unidas Podemos, que con el tono un poco más subido acaban allí mismo; de hecho, del rojo al morado hay poco más que un algo más de azul. Son de izquierdas, todos y todas, porque lo dicen; no saben si son republicanos o depende del día, o del matiz, lo que quiere decir que no lo son; pero lo peor es hasta qué nivel están degradando la democracia española, por mucho que también afirmen ser demócratas. Y otra vez, por más dinero que gasten en la idea de la "democracia plena española" y más que hablen, solo hay que ver al emérito paseándose por el reino para caer en el descrédito más absoluto del país, de sus dirigentes e incluso de su ciudadanía.

Ha quedado probado, reiteradamente, que no pasa nada porque no hay ningún poder político que defienda los principios democráticos si estos chocan con los poderes fácticos y está visto que la monarquía tiene esta categoría suprema, más allá del papel que le reserva la Constitución Española

Que contento que está el Rey de que los tiempos en que tuvo que pedir perdón sean una cosa del pasado, ni él mismo debió pensar que la democracia española tendría una evolución tan positiva, quiero decir favorable a una monarquía que no ha podido esconder las vergüenzas, pero que no tiene ni parece que tendrá en este marco constitucional tampoco ningún problema con los delitos. Para matar elefantes se consideró necesario fingir que importaba ser respetable, y que la monarquía no podía ser más que irreprochable, ahora estamos en un momento muy diferente y ya no hay que disimular en nada. Por muchas razones, una porque todo se puede esconder detrás del patriotismo; solo hay que ser español y no hay nadie más español que el mismo Rey y la familia real al completo. Aunque incluso aquí también se tenga que forzar la definición de español.

La otra porque, en general, ha quedado probado, reiteradamente, que no pasa nada porque no hay ningún poder político de que defienda los principios democráticos si estos chocan con los poderes fácticos y está visto que la monarquía tiene esta categoría suprema, más allá del papel que le reserva la Constitución Española. Con todo, para mí, lo más penoso de todo el espectáculo, que lo es mucho, son todas las y los que se declaran republicanos, atacan más o menos al rey emérito y aprovechan para acabar defendiendo al Rey actual, con comunicado y todo. ¿Tan nefasta es la educación de este país que no sabemos no ya qué significan las cosas, sino lo que somos y cómo nos declaramos?