Si dentro de unos años queremos hacer la crónica de este momento de derrota que vivimos, bastará con reproducir alguno de los discursos de Rufián en el Congreso. Y no solo porque se ha quitado el engorro de hacerlos en catalán —solo utiliza el catalán cuando quiere atacar/despreciar/insultar a Junts—, sino porque su subordinación a los intereses del Estado (versión Progre-Psoera-Podemita), retrata con precisión la rapidez con que nos hemos degradado.
Es tal el esfuerzo por ser el niño mimado del progresismo español, y es tal la renuncia a los principios que decía defender cuando se presentó para ser diputado, que se ha convertido en la metáfora de la claudicación. Solo hay que ver el orgasmo colectivo que tienen los españoles de izquierdas —antes españoles, que de izquierdas— cuando fustiga al Congreso con su aire de sobrino fastidiado. Rufián representa mejor que nadie la Catalunya sometida y adecuadamente dominada, entregada al bien superior de salvar España de las maldades de la derecha. Por el camino olvida o camufla que el PSOE es el instrumento más eficaz que tiene el Estado para mantener Catalunya bajo el dominio español, vista su capacidad de mostrarse como un medio amigo (Peret en la memoria), y consentir, aplaudir y liderar todos los procesos de centralización y represión que hemos sufrido.
El PSOE no pierde nunca de vista que todo lo que hace tiene como objetivo salvar la unidad de España. Pero al mismo tiempo se vende como una especie de salvador de Catalunya, aunque ha gobernado España más años que el PP, y en todos ellos nos ha limpiado la cartera, ha mantenido la presión contra el catalán y ha hecho esfuerzos ingentes por españolizarnos. Fue el PSOE el que utilizó a los GAL contra los vascos, y después justificó y blanqueó el crimen de Estado; Fue el PSOE el que lideró la represión contra los abertzales, y con las ilegalizaciones de sus partidos, pudo gobernar Euzkadi en 2009. Y fue el PSOE el que formó parte de la agenda represiva en 2017 y el que, gracias a la represión que se derivó de ella, exilio y prisión al completo, ahora gobierna Catalunya. Con el añadido que, aparte de su papel represivo el Primero de Octubre, y gracias al dominio del PSC en todas las instituciones catalanas, liderado por Illa (encendido defensor del 155) y remachado por Collboni, ha emprendido el proceso de españolización más severo y lesivo de las últimas décadas. I Rufián le ríe las gracias a este PSOE, les hace el trabajo sucio contra sus adversarios, y blanquea todo lo que el socialismo español nos ha hecho a los catalanes. Es el catalán útil al servicio de la corona.
Rufián representa mejor que nadie la Catalunya sometida y adecuadamente dominada, entregada al bien superior de salvar España de las maldades de la derecha
Pero, aunque los ejemplos de declaraciones y discursos corroboran sobradamente este papel de vasallaje a España, el último pronunciado en el Congreso el día de la comparecencia de Pedro Sánchez por el escándalo Cerdán, es el más significativo y deplorable de todos. Y probablemente ni se dio cuenta de ello, como acostumbra a pasar con los letrados del Twitter. Este es el párrafo que resume esta bajada a la vergüenza: "Lávense la boca, antes de hablar de gente —y lo digo yo, que no formo parte de su formación— como Patxi López o Jesús Eguiguren, porque han llevado ataúdes de sus compañeros mientras ustedes literalmente se escondían". Más allá de la oscura demagogia de hablar de ataúdes refiriéndose en exclusiva al PSOE —diría que las víctimas del terrorismo estuvieron muy repartidas—, su elevación a los altares de Eguiguren y sobre todo de Patxi López es una brutal declaración de principios. Eguiguren fue presidente del grupo parlamentario socialista en el Parlamento Vasco y Patxi López fue Lehendakari gracias a los votos de los 13 diputados del PP y de uno de UPyD, pero sobre todo gracias a la ilegalización de los partidos abertzales. Recordemos que Zapatero (sí, el amigo ZP) presentó recurso contra Askatasuna y las plataformas de amnistía y consiguió que el Supremo ilegalizara las formaciones. Gracias, pues, a todo este proceso represivo, Euzkadi tuvo por primera vez un presidente no nacionalista.
Y llega Rufián, con su acta de diputado independentista —sic— y eleva a categoría de heroicidad a un socialista que fue Lehendakari gracias a la represión al independentismo vasco. Lo mismo ha pasado con Salvador Illa, a quien ERC ha permitido ser Molt Honorable. No me extraña que el mismo Patxi López escribiera en su Instagram que "hoy se respira socialismo en Cataluña". Sin duda es comprensible el amor que le tienen a Rufián los progres españoles: servicios prestados.
Acabo con un incisivo X que le ha dedicado Gorka Knörr a Rufián, a raíz de este discurso: "hablar español/ utilizar el catalán para provocar a Junts/ decir decenas de veces "Convergència"/ lavar la historia de Patxi López, Lehendakari gracias a la ilegalización de HB y los votos del PP/ referirse al Estado español un montón a veces como a "este país" Rufián".
Retrato completo.