Como vaticiné en Londres-París-Barcelona, la evolución del mundo, combinada con los traumas que provocan las derrotas, ha metido el país en una guerra que no podemos ganar. Solo uno de estos giros de la fortuna que a veces nacen de la mano de un genio puede evitar un nuevo derrumbe. Esta vez el Valle de los Caídos lo harán nuestros periodistas y políticos, con la ayuda de los jóvenes destruidos por el desánimo y la incultura. 

España ya ha empezado a hacer la geopolítica de Franco, y la victoria de Joe Biden ayudará a reforzarla. Enric Juliana lo contaba el otro día en un artículo sobre las bases militares que los americanos tienen en la Península. España, que tiene los mejores criados de Europa, servirá a los Estados Unidos en la guerra contra China conteniendo las ambiciones de Francia y las frivolidades de Italia. 

Si queréis saber por qué TV3 y RAC1 han dado tanta cuerda a las elecciones americanas, pensad en la visita de Eisenhower o la película de Bienvenido, Mister Marshall. Las vacas sagradas del país nacieron durante el franquismo y el régimen de Vichy no deja de ofrecerles un retorno de lujo a las miserias de la niñez. Las generaciones educadas en democracia deberían oponer resistencia, pero tienen más pedantería que memoria y han quedado demasiado debilitadas por la crisis.

Occidente paga ahora las dinámicas que le habían servido para progresar a expensas de terceros. Ya no hay asiáticos para explotar, ni africanos para esclavizar ni siquiera independentistas para engañar. En las viejas democracias todo el mundo tiende a derrumbarse sobre sus defectos y carencias pero lo hace con las lecciones aprendidas y esto envenena más el clima. En Catalunya se ve muy clara la posibilidad de que la democracia vuelva a generar monstruos dantescos. 

En el mundo que viene, de saqueos y mentiras blancas, cada vez será más dificil distinguir entre el cinismo y las convicciones

Si hablo tanto de Jordi Graupera y de Bernat Dedéu no es para jorobarlos. Es porque eran la última línea de defensa de la política de este país y están tirando por la ventana el poco capital que habían conseguido acumular. Dedéu ya teatralizó su suicidio cuando escribió que yo siempre tengo razón mientras pactaba con Tatxo Benet; si Graupera dice que reescribo su vida debe de ser porque tiene previsto reescribírsela él mismo o, como mínimo, no descarta hacerlo.

La victoria de Joe Biden hará que, en Catalunya, los márgenes del debate y la comunicación se vuelvan todavía más estrechos de lo que ya eran. Estos días incluso la prensa americana daba palo de leer. Sería humano que Dedéu se transformara en Mari Sampere y que a Graupera le saliera el típico académico de andar por casa que confunde su gran capacidad explicativa con el talento y la grandeza. El hecho que TV3 y el grupo Godó valoren las mismas virtudes de las que se burlaban cuando competía para alcalde le tendría que hacer ver que recula.

Graupera recula, mientras se piensa que hace equilibrios, porque se cree demasiado inteligente para admitir que todavía no es un buen político, ni ama suficiente el oficio, ni ha recibido suficientes ostias, para poder mandar. Dedéu ha pactado con Benet porque se siente incapaz de acabar un libro, y prefiere vivir como un caradura que no tener que esforzarse en dar ejemplo y correr el peligro de tomarse seriamente el alma del grupo de amigos que dice liderar.

Occidente ha elegido morir despacio porque en general no cree en su renacimiento y las elecciones de muchos de mis amigos me lo recuerdan constantemente. Yo mismo estaría jodido si hubiera bajado la guardia, y me hubiera permitido el lujo de dudar de mis intuiciones. En los momentos de descomposición, el talento es más importante que la inteligencia porque no puedes sacar nada de bueno del mundo, cuando el mundo se derrumba.

El bichillo amarillo de Wuhan ha dado una tregua en Catalunya y cuando la historia se vuelva a poner en marcha muchos se darán cuenta de que han perdido un tiempo precioso corriendo en la dirección equivocada. Entonces veremos si algunos eran tan inteligentes como se pensaban y todavía pueden rectificar o acaban deseando no haberme leído nunca. Estados Unidos ha escogido a Joe Biden intentando vestir la mona de seda, pero para disimular sus carencias, Junqueras duerme en la prisión, Puigdemont está en el exilio y Companys acabó fusilado.

Si abrí el Patreon, fue para no perderme en el laberinto y poder escribir a tiempo las cosas que me parecen importantes. En el mundo que viene, de saqueos y mentiras blancas, cada vez será más dificil distinguir entre el cinismo y las convicciones. No tendría ningún sentido quedarse mudo mientras España se convierte en una pieza angular de la guerra fría entre China y los Estados Unidos, levantando el Valle de los Caídos del siglo XXI con las virtudes de mis familiares y mis amigos.