“La justicia es la venganza del hombre social, como la venganza es la justicia del hombre salvaje”

Epicuro

No tienen ninguna intención de que se les enfríe el plato. Frío no sirve para aunar votos. Una vez que el presidente del tribunal consiguió su objetivo de hacer coincidir con la campaña el valle lento y tedioso de los mil y un testigos idénticos era preciso buscar rentabilidad electoral de donde fuera posible. Si Marchena no hubiera alterado el orden de los testigos para hacer pasar a Rajoy, a Soraya y al resto de los políticos de una tacada inicial, es muy probable que hubieran caído a estas alturas de la vista y eso, eso sí que traía mucha marejada. El juicio está pues amansado y discurre casi sin visibilidad por una campaña bronca y visceral que precisa de gasolina nueva cada día. La del Tribunal Supremo ya no vale. No les sirve, no sólo porque atraviese un tramo valle perfectamente buscado, sino también porque para la clientela de las tres derechas no existe emoción alguna que se pueda explotar ya en él. Todos están convencidos de que habrá condenas por rebelión y que la caterva de años de prisión que pide la fiscalía no es algo discutible. Da exactamente igual lo que vaya sucediendo en la sala de vistas. El electorado de derechas no es que controle por detrás, es que se lo lleva todo por delante.

Más emoción y más tripa. ¿Dónde hallarla? ¿Cómo seguir estimulando ese espíritu gregario y cavernario que se inflama de patrioterismo y es capaz de llenar una urna de rojo y gualda más allá de que le pida el voto un ignaro o un fascista? Más emoción y más tripa. Evitar el indulto. Por ahí va ya la emoción patriótica. García Egea, el ingeniero del PP, lo tiene muy claro: “La única esperanza de los que están sentados en el banquillo del Supremo, siendo juzgados por un golpe de Estado, es Sánchez”, ha escrito en Twitter. Estigmatizar a Sánchez. Sánchez que indultará a golpistas, que pactará con etarras y que “se sienta a la mesa con pederastas, asesinos y violadores” cuando Juan José Cortés, ignorante educado en la desgracia, quiere seguir el juego de su ahora partido y se pasa de frenada.

Algunos diarios nacionales de la carcundia no tienen reparos en ir más allá. Ya no es sólo el posible indulto que aborte el castigo a los políticos catalanes y por ende la venganza, ni siquiera la aplicación ilegal del artículo 155, sino la necesidad imperiosa y la promesa de retirar la competencia de prisiones a la Generalitat para que no pueda “beneficiar” a los condenados y soltarlos así a la calle en un par de días aplicando este artículo y este otro de la legislación penitenciaria.

Bajo cuerda se frotan las manos porque mientras distraen con estas puestas en escena, van tejiendo su estrategia real para intentar contaminar a los socialistas de antipatriotismo

No obstante, parece que la venganza catalana se les está quedando corta para sus necesidades, cada vez más urgentes, de movilizar votantes y han vuelto por ello a desempolvar la mochila vasca. A Rivera ya le funcionaba regular lo de conseguir unos abucheos en Catalunya y, además, le ha comido el terreno rotundamente CAT así que ha decidido emigrar a Errenteria que es un paso más heavy que el camino que ya hizo a Altsasu. A fin de cuentas sirven para batallas y gestas menos caducas que las de Covadonga.

Continúan demonizando ideas y adversarios. No hay ni siquiera que bucear para darse cuenta de que hace mucho que los autoproclamados constitucionalistas han confundido la licitud o ilicitud, la legalidad o la ilegalidad, de los métodos elegidos para reivindicar o conseguir la independencia con la ilicitud y la ilegalidad de la propia idea de la independencia. Lo criminal no es siquiera la barrera que no se puede traspasar en la reivindicación política sino que proclaman directamente la existencia de ideas políticas que consideran directamente criminales. El independentismo, hable la lengua que hable, es desde luego una de ellas. Han osado hablar de ilegalizar partidos. Inventan así una Constitución militante, allí donde sólo se proclama una democracia no militante que admite en su seno la reivindicación incluso de lo que su texto niega.

Más emoción y más tripas. Esto cala. Voto y víscera, como si no hubiera un mañana. A ellos no les importan las consecuencias. Bajo cuerda se frotan las manos porque mientras distraen con estas puestas en escena, van tejiendo su estrategia real para intentar contaminar a los socialistas de antipatriotismo, para socavarles por los bordes los apoyos, para negarle legitimidad a sus posibilidades de sumar una mayoría que gobierne.

La campaña es un plato que ha de comerse caliente, así ardamos todos.