“Si puedes mantener intacta tu firmeza cuando todos vacilan (…) tuya es la tierra”
Rudyard Kipling

La "gente de orden" ha tomado el poder en este país. La "gente de orden" en todos los sectores pero, sobre todo, dentro de las instituciones. La "gente de orden" sabe que tiene el viento a favor y que sus manejos para derribar a los oponentes no van a ser penalizados. Saben que todo es demasiado complejo para que pueda ser desmontado. Saben que el pueblo está demasiado ocupado para prestar atención y, si la presta, solo será en términos de un partido de fútbol. Se acumulan los casos en los que la actuación de las "gentes de orden" desvirtúa y corrompe y altera el funcionamiento de las instituciones. Ayer, sin ir más lejos, tuvo lugar el enésimo episodio, que no supuso ninguna sorpresa, puesto que los "periodistas de orden", en los "medios de orden", nos lo llevan avisando desde hace varios meses: no se preocupen si no les ha gustado la inadmisión de los recursos de las derechas contra los indultos a los líderes catalanes, habrá partido de vuelta. Así ha sido. Lo han clavado. Ha habido partido de vuelta, han vuelto a tirar la moneda y han conseguido que salga del lado que la "gente de orden" desea. Eso no significa que esta tirada o las que sigan respondan a la normalidad constitucional o a los usos comunes del foro o a la propia jurisprudencia asentada y pacífica del tribunal. ¡Qué más da! Sirve a ese ejército bien organizado que constituyen las "gentes de orden".

Las "gentes de orden" conseguirán tener de nuevo esta baza política contra el Gobierno legítimo, contra el independentismo catalán y contra la relación entre ambos. La harán explosionar convenientemente, tal vez cerca de las elecciones, porque pasarán aún meses sin que sepamos qué sucede en la Sala III con los indultos. Como misil político va a ser de largo recorrido. Probablemente eso es lo que busca la "gente de orden" y lo que aprovecharán los "partidos de orden" para esgrimir en cada duelo parlamentario, en cada canutazo, en cada declaración. Lo cierto es que es tremendamente perturbador que un recurso de reposición —por definición ante el mismo órgano que dictó la resolución recurrida— sea resuelto de forma diferente porque han cambiado por normas gubernativas los integrantes de ese órgano. Los recursos de reposición en un noventa y nueve por ciento de los casos solo obtienen la misma respuesta que ya se tuvo. Les ha tocado el 1% que deseaban las "gentes de orden". La explicación con trampa es que hay magistrados que piensan que es muy pronto para laminar el procedimiento, que dilucidar si están legitimados los partidos políticos para recurrir un indulto es algo que debe hacerse en sentencia, que no hay que “abortar” tan pronto el proceso. ¿Y por qué no? Pues porque está bonito que siga pendiendo sobre la vida política española y catalana durante una larga temporada

La "gente de orden" aún no ha tomado las instituciones europeas, pero está en ello. La "gente de orden" tirará siempre la moneda tantas veces como sea necesario para que salga el resultado apetecido. Un horizonte espantoso porque el golpe de la "gente de orden" es global.

La "gente de orden" del Tribunal Supremo ha decidido dejar a un lado que el Tribunal Supremo no gobierna y que el indulto es una prerrogativa constitucional del Ejecutivo. Un indulto no es un acto administrativo. La no legitimación de los partidos políticos para impugnar actos administrativos que no les afecten directamente —a ellos, a su estructura, a su organización— es doctrina sostenida y pacífica de la Sala III. El PP afirma estar legitimado “por la violencia ambiental contra sus cargos públicos y afiliados que fue promovida y favorecida por los condenados”. Y no se ríen. Oiga, que en 2020 inadmitieron los recursos del PP y Vox contra la inclusión de Pablo Iglesias en la comisión del CNI por falta de legitimación. Pablo Iglesias era un golfo apandador, pero todavía no había llegado a la categoría de independentista. Esa es otra liga para la "gente de orden". Aun así, por un voto de diferencia, con una magistrada que entra de nuevas y de la que se sabía su posición, ha decidido jugar la baza de la inseguridad jurídica y la incertidumbre política, aunque nada hace prever que puedan revocar los indultos, por los dos motivos antes señalados. Sería un escándalo de tal magnitud que significaría la ruptura total de la separación de poderes y la constatación de que el gobierno de la "gente de orden" y de los guerreros de la causa del orden es ya un hecho incontestable.

No es la única torta que se ha dado en horas al correcto funcionamiento institucional y a la igualdad ante la ley. Miren lo de Olona. ¿De verdad creen que cualquier político independentista hubiera recibido ese respaldo a la legalidad de un empadronamiento ficticio que ha recibido la de Vox? Sin ir más lejos, ¿lo hubiera recibido uno de Podemos? Fíjense que llegaron 14 minutos tarde y fueron inflexibles. Pero la ley dice que para presentarse hay que ser “andaluz” entendiendo por ello la vecindad administrativa. Le han dado por bueno ser vecina, aunque ni tenga un alquiler ni esté ni se la espere más que ahora que está en campaña. ¿Le aplicarán esta extraña vecindad a un inmigrante, a un solicitante de ayudas? ¿Se lo hubiera acordado la Junta Electoral a un indepe? No son "de orden", oiga.

El deterioro democrático es muy grave. Les diré para mayor sonrojo que ni mucho menos es exclusiva del Estado español, sino que todas las democracias en general están en crisis y se encaminan a transformarse en autocracias. Este imperio de la "gente de orden" se impone ya en muchos países. De momento las instituciones europeas resisten. El coche tiene ya un par de ruedas sobre el precipicio y bascula peligrosamente, pero aún tenemos esa malla de rescate que son los tribunales e instituciones de la UE. No sabemos cuánto durará ni cuánto peso resistirá, pero mientras es un verdadero alivio beber en sus fuentes. El auto del vicepresidente del TJUE que anula la suspensión de la inmunidad de Puigdemont, Comín y Ponsatí pone en claro algunas de las cuestiones de tenor democrático que se habían denunciado durante mucho tiempo. Cuando dice que “no cabe excluir que la pertenencia del ponente a un grupo político del que forman parte eurodiputados de Vox puede suscitar una duda legítima en cuanto a un eventual prejuicio desfavorable a los recurrentes”. Tener que llegar hasta aquí para leer algo tan obvio, pero que, como saben, la "gente de orden" no comparte. O para que nos digan que Llarena ha estado jugueteando con las OEDE mucho más lejos de lo aceptable: “el Reino de España no ignora que la duración se debe en parte a la retirada en dos ocasiones de las OEDE y al prolongado periodo para emitir otras nuevas”, dicho con contundente suavidad.

La "gente de orden" aún no ha tomado las instituciones europeas, pero está en ello. La "gente de orden" tirará siempre la moneda tantas veces como sea necesario para que salga el resultado apetecido. Un horizonte espantoso porque el golpe de la "gente de orden" es global. Ojalá me equivocara.