“La vida verdadera comienza cuando vives sin pensar en lo que te espera”

Lev Tolstoi

Muy dentro, algo nos hace pensar cada noche en la fragilidad de una condición humana que estábamos olvidando. Un poco antes, al caer el sol, nos habíamos concentrado a aplaudir a los que constituyen la vanguardia de nuestro saber médico y técnico para elevarnos por encima de la miseria de nuestras células y para darnos cuenta de que estamos vivos y juntos y que compartimos todos esa misma sustancia hecha de miedo pero también de esperanza.

¿Todos? Todos no. Como si fuera un homenaje a Uderzo, fallecido por la pandemia, y a su inseparable Goscinny, al que habrá ido a buscar, queda un reducto de irreductibles enredadores, intrigantes, discípulos aventajados de Fouché, que no paran de tender sus trampas y sus señuelos para intentar desestabilizar al gobierno o, simplemente, para recobrar su marco, ese que les beneficiaba. Así que no podía faltar el inevitable recurso a la cuestión catalana que tantos y tantos réditos les ha dado. No les iba a importar intentar hacerlo justo cuando miles de personas mueren a su lado y todos mantenemos el aliento por ver si somos capaces de parar de una vez tanto sufrimiento. 

¿Por qué, si no, alguien habría decidido contar ayer en un periódico nacional que el ministro de Justicia “tiene sobre su mesa una petición de indulto para todos los líderes del 1-O”? Hay que tener en cuenta que los primeros que se han quedado boquiabiertos al leerlo han sido los propios políticos presos y sus abogados, que no terminaban de saber quién y por qué había tomado esa decisión justo ahora.

Lo cierto es que nadie ha llevado a cabo esa petición ahora. La petición de indulto a la que se refiere el periódico El Mundo se presentó en el registro del Ministerio de Justicia allá por el 23 de diciembre, justo cuando se sabía que había un pacto para lograr la investidura de Pedro Sánchez y se pretendía que saltara por los aires antes de que llegara el momento de la votación. Recuerden, por estas fechas también entró en juego la inefable JEC con objetivos similares.

Es muy mezquino y muy miserable utilizar una catástrofe que afecta a toda la humanidad para intentar sacar tajada partidista o personal

El caso es que la petición de indulto la realizó, igualmente sin conocimiento de la dirección letrada de los presos ni de su entorno, un abogado catalán llamado Francesc de Jufresa, al que le gusta bastante salir en los medios y que fue letrado de Javier de la Rosa. Jufresa pidió en 2018 a Rajoy, junto a otros, que actuara contra Torra por lo dicho en su sesión de investidura y, según compruebo, ha sido después crítico con la forma en la que se ha llevado a cabo el juicio en diversos medios catalanes. Sea como sea, el letrado catalán actuó como un verso suelto cuando presentó la citada petición de indulto en diciembre alegando la discutible competencia del Tribunal Supremo, la pérdida de la doble instancia, la forma en la que se habían descartado todas las recusaciones, las violaciones de Llarena de los trámites de las euroórdenes y graves problemas técnicos en la sentencia condenatoria.

La cuestión es que la petición de indulto realizada en diciembre fue a parar al montón de las peticiones a tramitar. Se trata de un montón elevado, no crean, solamente el año pasado se tramitaron 4.022 expedientes de indulto. La mayor parte fueron desestimados. Solamente el 0,97% de las peticiones presentadas terminan en un indulto real. ¿Por qué aparece pues, justo ahora, en un medio con una trayectoria conservadora bien clara, una información que dice literalmente que “el Gobierno tiene sobre su mesa una petición de indulto"? Tener sobre la mesa es ir a estudiar en breve una cuestión y les puedo asegurar que el ministro Campo no tiene sobre la mesa tal cosa, ahora mismo todo el esfuerzo de Justicia está centrado en la organización de la justicia en estado de alarma, y que tampoco en la Fiscalía ni en el tribunal se ha recibido ninguna petición de indulto para informar. No hay nada sobre eso.

Indudablemente, y por eso les decía que no dejan de intrigar ni en medio del caos, no podemos desligar esta “noticia” —lo entrecomillo porque tiene cuatro meses de antigüedad y huele a pescado podrido— de las algaradas que promovieron algunos líderes de la derecha y la ultraderecha cuando vieron que Justicia mantenía la tramitación de indultos entre las cuestiones que se podían seguir gestionando. Todos ellos insinuaron, o dieron por sentado, que la intención del Gobierno era aprovechar este pandemónium que vivimos para “doblegarse a las exigencias de los independentistas que les sostienen”. Ya saben, el discurso habitual. Como si alguien fuera tan estúpido como para pensar que, en caso de ir a indultar a alguien, este sería un buen momento. Ya ven que hasta los políticos catalanes presos han aceptado de buen grado la suspensión de los artículos 100.2 que les permitían salir y saben, sin más drama, que pasarán el confinamiento en prisión.

Desde el ministerio han explicado, por activa y por pasiva, que dado que la mayor parte del funcionariado está en su casa, sólo pueden mantener aquel trabajo que se pueda hacer de modo telemático y el de tramitar los expedientes de indulto lo es. Los indultos hacen mover mucho papel, hay que pedir muchos informes al fiscal, al tribunal a la administración penitenciaria, pero nada es presencial. Así que han decidido que pueden ir moviendo esto para no encontrarse con 9.000 expedientes paralizados cuando acabe esto.

De esa cuestión ha salido todo este movimiento que, no lo duden, sólo puede tener por objeto intentar socavar al Gobierno en este delicado momento y, a la par, volver a introducir en la agenda del nacionalismo español esta cuestión. Espero que con poco éxito. Es muy mezquino y muy miserable utilizar una catástrofe que afecta a toda la humanidad para intentar sacar tajada partidista o personal, pero parece que si los cenáculos madrileños se han quedado vacíos, los mentideros virtuales no están por la labor de descansar.  

A veces hay virus morales que no dan descanso.