“La guerra es una masacre entre personas que no se conocen para beneficio de otros que se conocen pero no se masacran”

Paul Valéry

Celebran la ceremonia de la confusión sin estilo ni clase ni fundamento. ¡Qué lejos queda Arrabal! Arrabal celebrando la ceremonia de confusión fue una de sus obras publicadas en España en pleno franquismo y la que acabó dando con sus huesos en Carabanchel y en un proceso ante el Tribunal de Orden Público (TOP). Era una confusión y un caos con literatura y con tronío y no como la de ahora. Estaba firmando su libro Fernando Arrabal en Madrid cuando le estampó a un joven una dedicatoria muy suya: “Para Antonio. Me cago en Dios, en la Patria y en todo lo demás”. Aquello trascendió y Arrabal fue detenido después por media docena de grises en un hotel de La Manga del Mar Menor y juzgado por blasfemias e insultos a la patria.

No hubo confusión entre la clase intelectual entonces, ni española ni extranjera, y salieron en tromba a hacerle de valedores Vicente Aleixandre, Becket, Ionesco, Miller, Mauriac o Yourcenar y hasta los apegados al régimen como eran Camilo José Cela o Laín Entralgo. Así que liaron la de Dios y el TOP acabó absolviéndolo bajo la premisa de que estaba bajo los efectos del alcohol y la medicación y no era dueño de su voluntad cuando firmó el libro aquel. Eso eran ceremonias de la confusión con final feliz y diseño literario, con censura de la de verdad, y no las que nos hacen vivir cada día pensando que los que estamos bajo los efectos de alguna droga adormecedora somos nosotros.

En la teoría del mal se define que la ceremonia de la confusión es un proceso orquestado, calculado e intencional, de sembrar ideas falsas, antagonismos artificiales y divisiones espurias y estériles para así sacar provecho del caos resultante. El pan nuestro de cada día y no me digan que no. Lo que pasa es que ahora a eso le han dado en llamar política y algunos nos sentimos cada día por ello un poco más Arrabal.

La ceremonia de la confusión es un proceso orquestado, calculado e intencional, de sembrar ideas falsas, antagonismos artificiales y divisiones espurias y estériles para así sacar provecho del caos resultante

Ahí tienen a Ayuso, la torturadora de raciocinios, defendiendo su derecho a negociar directamente con Rusia la compra de vacunas no homologadas por la Agencia Europa del Medicamento, pero, eso sí, en un exceso de funciones disculpable puesto que lo hacía “para toda España”, que ya en su transpuesto cerebro se confunde y se identifica y pasa de ser la cuna del patriotismo hispánico a ser la propia Hispania y todos los demás presidentes se diluyen como un azucarillo ante sus planes. ¿Se imaginan que Torra o Aragonès hubieran reconocido una negociación unilateral catalana con los de Putin para hacerse con vacunas? Las hubieran traído los 10.000 soldados aquellos, supongo.

Verán también cómo se aprestan las juntas electorales a validar lo que se tercie siempre y cuando no tercie un catalán y, a mayor abundancia, tercie un látigo de indepes como Toni Cantó. Resulta que el actor, tan dado al cambio de vestuario, va a poder ser votado en Madrid cuando es obvio que no podrá votar. No se va a votar ni a sí mismo. Resulta que la ley deja claro que para votar a las autonómicas en Madrid, el censo se da por cerrado dos meses antes a la convocatoria y así será que todo aquel que no estuviera empadronado antes del 1 de enero no podrá votar. Eso le pasa a Cantó que en esas fechas era parlamentario valenciano y tenía que estar empadronado allí. La Junta Electoral Provincial acaba de aceptar un DNI con domicilio en Madrid —cosa tan fácil como empadronarte e irte a expedir uno— pero sin comprobar el censo electoral. Lo mismo ha hecho con el exalcalde del PP de Toledo. Una laxitud que ya saben ustedes no se ha producido en otros casos, pero Ayuso lo vale todo y para qué se van a complicar. Ahora será recurrido y entrará el TSJM, cuestión a la que no creo que el PP le tenga tampoco ningún miedo.

Y no contentos con tal desfachatez ni con la duda sobre si los nuevos datos que aportan relación entre la vacuna de AstraZeneca y los extraños trombos deberían llevar a suspenderla para jóvenes, sale Sánchez y nos dice que da por acabada la pandemia porque con él que no cuenten para ponerse a negociar ahora un nuevo estado de alarma, siquiera sea por esos meses que faltan hasta la inmunidad de grupo. El principio del fin de la pandemia. Ahí es nada. Metafísicamente estamos más cerca del fin. Siempre lo estamos. Físicamente no sé cómo se va a lidiar con una nueva ola o con los problemas de desfase y de fin de las medidas que se puedan producir con gran parte de la población aún sin vacunar. Es que dan ganas de volverse Arrabal y echarse unas firmas. Por cierto, puede que esté en Sant Jordi firmando mi nueva novela, Una mujer no muere jamás, si es que hay Sant Jordi. ¿No me vendrán a provocar a ver si acabo en el actual TOP?

En medio de tal pandemonium, de tal trastorno, del caos y el alboroto, resulta que va el pobre diputado Cuevillas y dice la verdad y se le enfadan. A fin de cuentas, dijo lo que yo tantas veces les he escrito en esta columna y que también provocó algunos enfados entonces. Les dije en su día que me parecía absurdo que Torra se hubiera autoinmolado por un quítame allá una pancarta, a sabiendas de que todo acabaría como acabó. Les he contado que el sistema judicial no se detiene una vez que está en marcha y que no me parece buen plan ir quemando en el altar de lo declarativo a las voces políticas de Catalunya. Cuevillas conoce el sistema jurídico, es parte de él, y sabe como yo cuál es la realidad. Aún bisoño en política, no ha aprendido que la realidad, lo obvio, la verdad no cotizan mucho en el reino de la confusión. Sigo atenta a ver cuánto tarda en volverse a su despacho, con sus clientes, porque una cosa es compartir ideas e ideales y otra moverse en el terreno de los antagonismos artificiales ni en ceremonias y liturgias ajenas a tu idea de la gestión pública. Cuevillas no es Arrabal, pero deja también un buen lío y posibilidades a ERC para apretarle un poco las clavijas a JxCat si deciden retrasar el pleno para escoger a su sustituta. Confusión no falta.

Dijo el del cementerio marino que el caos sólo busca enfrentar por causas inventadas a ciudadanos desconocidos que no tienen motivo para enfrentarse y lograr el beneficio de los que sí están en la misma pomada pero que prefieren no masacrarse entre ellos. Causas inventadas sobran, desde luego, y enfrentamientos también.