“El aleteo de una mariposa puede causar un tifón en algún lugar del mundo”

El efecto mariposa

 

La mayoría de las veces en las bambalinas pasan más cosas que ante los focos. También en la justicia. No dudo que por ese motivo el Partido Popular ha sido regidor de escena durante todos estos años para conseguir que los tramoyistas no les fueran hostiles. Y lo consiguieron. Ahora siguen sucediendo cosas detrás del telón. Los focos y el directo del Tribunal Supremo podría despistarnos, como si no hubiera otros movimientos telúricos que pueden afectar al desarrollo de los acontecimientos.

Por eso tengo que contarles que un efecto mariposa se ha cernido sobre el enjuiciamiento del major Trapero y el resto de mossos en la Audiencia Nacional. Una magistrada indignada por la atrabilaria forma de valorar los méritos del CGPJ para conseguir que el inefable magistrado Enrique López llegara a donde debía, va a provocar ahora un desplazamiento que cambia la composición del tribunal que debe juzgarlos y deja expedito el camino para algunas jugadas que no es arriesgado pensar que se contemplan. A fin de cuentas, hasta el momento, a Trapero y al resto los iba a juzgar Concepción Espejel ―conocida mundialmente como “Querida Concha” por su relación con Cospedal― y dos magistrados de Jueces para la Democracia de clara trayectoria progresista y de defensa de los derechos fundamentales. Pero eso, a estas alturas, ha quedado en suspenso y el recambio puede ser una bomba.

Les cuento, aunque ya les aviso de que la tramoya produce bonitos efectos pero es de mecánica compleja. La magistrada Manuela Fernández Prado vio con indignación como el Lesmes le daba el puesto de magistrado de la Sala de Apelaciones a Enrique López apelando a un “cursito” on-line de especialidad penal que hizo allá cuando era juez en León. Fernández Prado fue una de los 25 pesos pesados del Derecho Penal que superaron las duras pruebas que el propio CGPJ hizo en 2011, aunque luego fueron anuladas por un defecto de convocatoria. Así que decidió no quedarse quieta y recurrir ante la Sala Tercera del Tribunal Supremo el nombramiento de López. La Sala le ha dado la razón. Ha dicho que no se puede valorar a los del cursito y no a los del cursazo y que, por tanto, entre los peticionarios que tienen ambas cosas se nombre a los más antiguos. La Comisión Permanente del CGPJ no va a tener más remedio que desnombrar a los que puso y nombrar en su lugar a Manuela Fernández Prado y a Ángel Hurtado.

No olvidemos que el resultado del juicio en la Audiencia Nacional podría debilitar la sentencia del Tribunal Supremo de cara a los recursos en el Tribunal Constitucional y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos

Ya tenemos ahí el motivo por el que el tribunal que enjuiciará a Trapero se va a quedar en breve sin uno de sus miembros. ¿Quién ocupará su lugar? Pues aún no puede saberse a ciencia cierta, pero lo cierto es que la sombra de Enrique López sobrevuela ahora por encima. Si Enrique López entrara por Manuela Fernández, la soledad de Espejel devendría mayoría. La amiga de Cospedal y el magistrado al que el Partido Popular ha hecho más favores profesionales y por el que ha desafiado más veces todas las normas habidas y por haber. ¡Hasta lo llevó al Tribunal Constitucional con su edad y sin méritos! Una pena que conducir por la Castellana con bastantes copas de más le hiciera perder el puesto y le creara unos antecedentes penales.

No es tan difícil muñir esa maniobra. No olvidemos que el resultado del juicio en la Audiencia Nacional podría debilitar la sentencia del Tribunal Supremo de cara a los recursos en el Tribunal Constitucional y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. A ver qué pasa si los Mossos ni se rebelaron ni nada, ¿en qué se basaría la estructura diseñada por la fiscalía en el Tribunal Supremo? Decía que la maniobra pasa por el hecho cierto de que hay que reubicar a los desnombrados en la Audiencia Nacional. A sus sillas no pueden volver porque éstas salieron a concurso y ahora tienen nuevas posaderas encima. Lo normal es que queden en una situación de adscripción a la Sala y, en ese caso, es la presidenta Espejel ―presidenta de la Sala y del tribunal que enjuiciará a Trapero― la que les debe buscar hueco. Ese hueco para López bien podría ser su propia sección y, además, este tendría que ocupar la segunda plaza que quedara libre. O sea, que por fas o por nefas, no es nada complicado que Enrique López pase a ocupar el lugar de Manuela Fernández y a formar sala por ella. Si eso llegara a suceder, el progresista Ramón Sáez, que es el ponente de la sentencia, quedaría en minoría.

Mientras continúa la función, no perdamos de vista lo que sucede entre bastidores. Ellos no lo hacen. Ni tampoco lo que se escenifica fuera. Las elecciones del domingo mostrarán el nuevo mapa parlamentario y es un craso error olvidar que el CGPJ se quedó sin renovar tras la impericia obscena del PP de Casado. Marchena puede ser muy de la patria pero, sobre todo, es muy de su ambición y él lo que de verdad quiere es presidir el Poder Judicial. Se abre el telón.