El mapa de la economía española va a empezar a mostrar la llamativa presencia de empresas semigigantes a medida que se cierren las operaciones que están en marcha en el mercado de fusiones y adquisiciones (M&A). Así lo señala el índice de referencia Deal Flow Predictor, según el cual en los próximos trimestres avanzarán aquí un 28,4% las operaciones de M&A. De lo que se trataría es de aumentar tamaño en el proceso de intenso cambio económico que vivimos.

Hay circunstancias que lo favorecen. La gran liquidez existente en el mercado tiene ahora nuevos objetivos. Durante los últimos  años, un elevado número de empresas, especialmente las que cotizan en bolsa, utilizaban sus beneficios para recomprar acciones propias o pagar altos dividendos a sus accionistas. En ambos casos, el fin era hacer subir la cotización del valor. La cuestión es que, cada vez más, se está extendiendo la impresión de que las bolsas están demasiado caras si se las compara con unas economías cuyo crecimiento, en general, es mediocre. Así pues, es necesario buscar nuevos destinos a esos excedentes. Uno de ellos es apostar por las M&A.

En esta nueva fase entramos después de que en la primera mitad de 2016 se redujese un 35% el volumen de operaciones en la economía española y la inversión se redujera un 37%, según Thomson Reuters. La alta volatilidad de los mercados, la pérdida de vitalidad de los países emergentes y un panorama político agitado frenó la buena evolución registrada en 2015, donde se se realizaron 585 operaciones, por un total de 88.200 millones de euros.

La búsqueda de tamaño ya no está relacionada con las economías de escala

De cumplirse el  pronóstico positivo de Deal Flow Predictor, la economía se va a subir a la ola global de concentración empresarial. La búsqueda de tamaño ya no está relacionada con las economías de escala, sino con la capacidad de introducir innovación y nuevas tecnologías en los procesos de producción, la creación de redes de fabricación y de distribución de actividades internacionalmente como hace Inditex, o encarar los costes de la regulación, crecientes desde la crisis de Enron en 2001, y que suponen una desproporcionada carga para las pequeñas compañías.

Caixabank, con su OPA, sobre el banco portugués BPI, o la creación de Coca-Cola European Partners han abierto camino a los demás. El sector industrial y financiero aparecen como los más propicios. El segmento que ocuparían estas operaciones en el ancho universo de los M&A es el "middle", el mediano, comparado como los "jumbo deals" como el que han protagonizado Bayer y Monsanto en una operación de 66.000 millones de dólares.

Curiosamente, la operación de Caixabank está en línea con el presidente del BCE, Mario Draghi, según el cual "hay demasiados bancos en Europa". Deutsche Bank -hoy en dificultades- y Commezbank comparten este criterio. La banca europea y la local van a conocer cambios importantes. Se esperan ententes y matrimonios.

A estas novedades se ha sumado el hecho de que la mayoría de los ejecutivos británicos está considerando renovar la sede de su firma o algunas de sus operaciones fuera del Reino Unido después del Brexit, según una encuesta realizada por KPMG. Aquí también hay terreno para el mercado de M&A. 

Los confusos momentos en que estamos viviendo crean oportunidades inesperadas. Como en el surfing, está en saber coger la ola. El premio va a ser que desde las almenas de los semigigantes se va a poder ver el futuro.