Aunque la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, despreciara, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, los datos que ha ofrecido el último barómetro del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), dado a conocer unas horas antes, no debería ser ésta la actitud de los que quieran conocer cuál es la foto de la Catalunya demoscópica 50 días después de las elecciones al Parlament. Tres primeras teorías que tritura el CEO: la candidatura de Junts pel Sí no obtendría hoy el resultado del 27S. Falso. La encuesta sitúa una horquilla entre 61 y 63 diputados y en los comicios obtuvo 62. Segunda, el desencuentro actual entre Junts pel Sí y la CUP está haciendo recular al independentismo. Falso también. Si en las elecciones logró 72, los pronósticos en unas nuevas elecciones se situarían entre 75 y 79 diputados. Tercero, el independentismo no podría repetir el 47,8% de los votos obtenidos el 27S. Falso igualmente.  El trabajo demoscópico eleva al 50,9% de los votos la suma de JxSí y la CUP.

Es cierto que estamos hablando de una encuesta y tiene el valor que tiene. Una foto fija en un momento determinado y poca cosa más. Pero, en cualquier caso, tiene el mismo valor que podían tener las que el mismo instituto realizó antes de las elecciones y que reflejaban una caída del independentismo y que fueron comentadas con satisfacción y como un elemento informativo importante desde la sala en que se ofrecen las ruedas de prensa del Consejo de Ministros. La encuesta también desnuda algunas teorías simplistas de los que pretenden, desde el más absoluto desconocimiento, pontificar sobre realidades que o bien no conocen o ven con desagrado la foto que se refleja.

Los líderes del independentismo han cometido algunos errores imperdonables desde el 27S y han trasladado una imagen de improvisación irritante. La resolución de desconexión que aprobó el Parlament se podía haber elaborado con un mayor tacto pensando en las reacciones de la comunidad internacional y las dos votaciones de investidura han supuesto sendas banderillas de la CUP a JxSí que costarán de digerir. Pero lo que se olvida es que si algo es inmutable desde el 2012 es la enorme capacidad de regenerarse que tiene el independentismo sorteando sus propios problemas en los momentos más difíciles. Y eso, guste o no guste, por ahora sigue siendo así. Como refleja el CEO.