Según el refrán, donde hay pelo, hay alegría. Si esto es cierto, ¿por qué a algunos hombres (no a todos; hay muchos hombres evolucionados, gracias a Dios) les dan arcadas cada vez que ven a una mujer sin depilar? Y no solo esto, además, se indignan profundamente (parece imposible que este tipo de hombre pueda hacer dos cosas a la vez, pero el vello le da este poder temporalmente); se lo toman como algo personal, como si el vello femenino los estuviera insultando a la cara. ¿Qué intentan decirnos con esta actitud de intolerancia y asco? ¿No nos quieren ver alegres a las mujeres? Al parecer, ese refrán solo es aplicable a los hombres; solo ellos tienen derecho a ser felices con su vello.

Pensad una cosa, en la única etapa vital que no tenemos vello en las axilas y en las zonas íntimas es cuando somos niños. ¿Pretenden que las mujeres hagamos un retorno a la infancia para parecer más puras e inocentes? Me parece un poco enfermizo. El vello, a los hombres, los hace más masculinos; a las mujeres, en cambio, nos hace más sucias. Una mujer, para ser hermosa y deseable, no puede tener vello en el cuerpo; eso sí, en la cabeza, debe tener una bonita melena sin ninguna cana. Si hiciéramos caso a todo lo que dicen estos hombres poco evolucionados, ser mujer sería agotador. Si un hombre tiene toda la espalda y el culo cubiertos de vello, no pasa nada; es más masculino, es más hombre. Ahora, ¡pobre de la mujer que se deje un pelo sin depilar en la axila! ¡Qué asco! ¡Qué desconsideración hacia los hombres! Eso sí, somos todos iguales y todos tenemos los mismos derechos.

¿Alguien ha visto alguna vez, en el mundo animal, que una hembra se vea obligada a depilarse porque el macho le ha dicho que, si no lo hace, no querrá copular con ella?

Otra cosa que me hace mucha gracia es que muchos de estos hombres consideran antihigiénico el hecho de que las mujeres nos dejemos el vello en las piernas, en las axilas o en las zonas íntimas. Consideran que somos sucias. Pero lo más gracioso es que solo lo aplican a las mujeres; un hombre peludo es tanto o más limpio que un hombre depilado. No se sabe muy bien por qué, pero, según ellos, esto es así. Supongo que la madre Naturaleza o Dios lo estipularon así desde los inicios de los tiempos y no hace falta hablar más de ello.

¿Alguien ha visto alguna vez, en el mundo animal, que una hembra se vea obligada a depilarse porque el macho le ha dicho que, si no lo hace, no querrá copular con ella? No, ¿verdad? ¿Pues por qué carajo las mujeres tenemos que depilarnos para sentirnos más sexis y atractivas? El problema no es el vello, el problema es la mirada del hombre, los convencionalismos; que la sociedad haya acordado que las mujeres tenemos que depilarnos para ser más femeninas y que los hombres, para ser masculinos, tienen que dejarse crecer el vello. Si, de pequeños, nos hubieran educado diferente, si nos hubieran dicho que el vello es bonito tanto en los hombres como en las mujeres, las mujeres no nos tendríamos que estar justificando cada vez que nos da pereza depilarnos o que simplemente no nos apetece porque ya estamos bien con nuestro vello. Depilarse tendría que ser una elección de cada uno, una elección libre de prejuicios y normas morales.

Si el vello corporal no es femenino, ¿por qué lo tenemos? Si es tan antinatural, ¿por qué nuestra genética hace que lo tengamos? ¿Para favorecer la industria depilatoria? ¿Para llevar la contraria a los hombres?

Acabemos de una vez con esta imagen de mujer virginal y pura que no tiene ningún vello en el cuerpo, que tiene una piel brillante y sin ninguna impureza. Las mujeres tenemos vello y somos o deberíamos ser libres de escoger si queremos depilarnos o no, si queremos llevar el vello de colores o preferimos llevarlo liso o rizado. Cambiemos estos cánones estúpidos de belleza. Si el vello corporal no es femenino, ¿por qué lo tenemos? Si es tan antinatural, ¿por qué nuestra genética hace que lo tengamos? ¿Para favorecer la industria depilatoria? ¿Para llevar la contraria a los hombres?

Cuanto más peluda, más querida; así que a disfrutar de nuestro vello. Y, con el dinero que ahorraremos en depilaciones, podremos pagar la factura de la luz (que eso sí es un problema real).

Hasta la próxima semana.