1- Deconstrucción de Constitución a la brasa

Seis días después del estallido del “caso Moliner”, poca cosa queda por decir. Aquí mismo ya hablamos del tema el miércoles. Ahora bien, hay un aspecto sobre el cual querría insistir: Esta nota y el hecho de lo que explica esta nota:

Esta nota explica tanto como somos los catalanes... Siempre con aquella prudencia extrema. Siempre el “por si las moscas”, el “Hay nena, ¿quieres decir?”, aquello de que no nos acabamos de creer a nosotros mismos, aquel temblor de piernas...

Como ha denunciado Jordi Basté varias veces en El MónRAC1, hace tres años que Telemadrid tiene este vídeo en su web:

Y no pasa nada. Nadie se ha planteado eliminarlo. Ni la cadena, ni la prensa, ni ningún partido político... Nadie de nadie. Y allí seguirá hasta que se muera el servidor.

Permítame la comparación. Es como la eliminatoria de Champions entre el Barça y el Atlético de Madrid. En la ida, gran escándalo de jugadores, club colchonero y prensa de Madrit (concepto) porque se quedaron con 10 jugadores después de que Torres hiciera dos entradas que merecían tarjeta amarilla y fuera expulsado. En la vuelta nos roban un penalti que nos podría llevar a la prórroga y... cero escándalo. Aceptamos el resultado y punto. ¿Se lo imagina al revés? 

No digo que seamos mejores, ni eso quiere ser un "y tú más”. Simplemente es una constatación. Sólo eso.

Como es una constatación que hay una tendencia a resolver según que polémicas con aquello del “como diciendo, ¿verdad?". Observe lo que publicaba e-notícies en relación al caso Moliner:

Muy bien, según este medio digital, Empar cobra eso. ¿Y? ¿Donde está la noticia? ¿Este dinero lo roba? ¿No, verdad? Va allí, hace un trabajo y se lo pagan. Y punto. ¿Qué pretenden publicándolo? Seguramente me equivoco, porque yo no soy tan espabilado como quien decidió convertir en noticia un dato irrelevante y que no tenía nada que ver con el tema objeto de la polémica, pero yo diría que la cosa va de aquello de... “ve, los periodistas subvencionados y el bla, bla, bla" tan habitual en quien compra argumentos de oferta en las tiendas Humana.

2- Ser un presunto delincuente no te quita razones

Una semana antes de su detención, Mario Conde fue a su habitual cita con el programa “El Gato al agua” de Intereconomía. Y dijo esto:

A ver, tiene narices que sea él quien lo diga, pero eso no impide que la denuncia sea bastante cierta. Efectivamente, los paraísos fiscales existen porque, como dice Mario Conde, los grandes países lo permiten. El día que los grandes Estados decidan acabar con ellos, adiós paraísos fiscales.

Por lo tanto, aunque se trata de quién se trata, Conde tenía razón. Otra cosa es su curiosa relación con la cadena donde lo dijo, tal como explicaba PRNoticias...

Lo más sensacional, sin embargo, de la cosa, es que una cadena y un programa que condena a personas, opiniones y conductas con una frivolidad y un ensañamiento absolutamente faltados de rigor y decencia, la noche de la detención de Conde dejaran vacía su silla con el argumento de que ellos creen en la presunción de inocencia de la gente. ¡¡¡Ja, ja, ja!!! Como me gustan los programas de humor...

3- Que te suene tu abuela. Bueno, o Pablo Iglesias...

La foto de este tuit de Alberto Fernández Díaz es de las mejores instantáneas que he visto en mucho tiempo. Pero en mucho de mucho:

Lo mejor de todo, sin embargo, es que el líder municipal del PP en el Ajuntament de BCN, en un primer instante no se dio cuenta del momento que había inmortalizado. Sólo después de que varios tuiteros convirtieran la foto en viral, él se percató.

Pero, como acostumbra a pasar cuando hay una imagen que explica cosas que a veces se nos escapan, hacía falta la interpretación de Patrycia Centeno, experta en el lenguaje corporal aplicado a la política:

Bien pues, no hay que añadir mucho más, ¿no cree?

4- La solidaridad acaba a collejas (dialécticas)

Pero la semana de Errejón ya había empezado mal por culpa de este tuit:

Tenía que ser un mensaje alentador y la cosa sufrió un inesperado efecto bumerán que le estampó el tuit en medio del cráneo. ¿Por qué? Pues porque la gente, que está muy atenta, hizo cuentas y...

Pero no sólo eso, la gente también miró donde habían sucedido los hechos y...

Total, que lo que tenía que ser un humilde tuit demagógico sin más trascendencia y para motivar el buenrollismo y el “compañeros y compañeras, cojámonos de las manos y transmitamos un karma de victoria”, acabó con un festival de collejas sin fin. Simpático.

5- El Pequeño Nicolás va haciendo carrera

Lo reconozco, el personaje me fascina. No él, que lo encuentro un farsante a nivel del fútbol que hacen Messi y Neymar actualmente. No, no, me fascina lo que genera. Siempre prometiendo que explicará todo lo que sabe y ya hace un año que esperamos sus grandes revelaciones. Y nada. Pero nada, de nada, de nada. Lo que pasa es que, como gran pícaro y embaucador profesional que es, la gente se lo cree y lo sigue. Y eso en TV quiere decir audiencia. Y audiencia es dinero. Por eso El Pequeño Nicolás ya se ha hecho con un agujerito en la parrilla. Poco a poco. Pasito a pasito. Y al final será aquello de que sale en la TV porque es famoso y es famoso porque sale en la TV. Y, mientras, seguiremos esperando sus grandes revelaciones. 

6- Uno de los posibles futuros de El Pequeño Nicolás

Quizás recuerda esta cara:

Se llama Ruben Ramírez y hace 20 años triunfaba en la TV haciendo imitaciones. Un buen día, como les ha pasado a tantos otros famosos circunstanciales, desapareció de las pantallas. Ahora reaparece. Pero no en la TV sino en el teatro. El otro día, mirando la cartelera de BCN, descubrí que ha montado un espectáculo explicando su vida.

El interés del personaje y del espectáculo está en saber si toma distancia con aquella experiencia o si es un canto al retorno. Si hace una mirada crítica e irónica, o de melancolía, o resentida, o dolida.

Y, me pregunto: aparte de buscarte la vida, ¿qué te debe impulsar a explicar a todo el mundo lo que fuiste y que de un día para el otro dejaste de ser? ¿Quizás es una terapia? ¿Una venganza? ¿La necesidad de recuperar alguna de aquellas sensaciones? 

7- Un cierto periodismo de denuncia, valiente e independiente

En vez de hacerlo yo, mejor ir a la fuente. Los compañeros de medía.cat explicaban esta historia.

Bien, una vez leída, sólo se me ocurre preguntar: ¿y ahora, qué? ¿Quién restituye el buen nombre de un ciudadano que ha sido acusado de un delito ciertamente asqueroso y que provoca tanta alarma social? 

Y ahora podríamos entrar en el debate sobre las garantías que ofrece un medio de comunicación detrás del cual no hay ninguna empresa que pueda ofrecer unas mínimas garantías de veracidad y credibilidad. Ahora, lo más sencillo sería cargarse este tipo de distribuidores de información de chismorreo que más que periodismo hacen ley del Oeste. Perfecto. Sin embargo, ¿con qué credibilidad podemos hacer eso desde los medios “tradicionales” y “serios” cuando cada día vemos noticias que son mentira? ¿Cómo podemos criticar nada si en el quiosco vemos portadas con informaciones manipuladas, rumores inventados o revelaciones construidas por un presunto periodismo de investigación y elaboradas realmente con filtraciones interesadas, falsas o directamente robadas? ¿Podemos fiarnos de un periodismo "serio" que publica noticias provenientes de fuentes policiales o judiciales que vulneran cualquier ética y que se obtienen cometiendo delitos?

Sí, este pobre hombre ha sido condenado por un medio de barrio. Y no hay derecho. Pero diarios y televisiones propiedad de reputadas empresas hacen lo mismo con hombres como éste, o con presidentes de gobierno, o con alcaldes. Y nadie les acusa de ser medios paralegales

8- TVE piratea imágenes

La ley dice que las cadenas de TV que no tienen los derechos de la Champions sólo pueden emitir 90 segundos de imágenes de los partidos donde juegue un equipo español. Pero TVE ha decidido que la ley es interpretable y que, hecha la ley, hecha la trampa.

Reconozcamos que la idea es buena. Tú haces los 90 segundos que te corresponden, con imágenes de buena calidad de los goles y con las repeticiones pertinentes. Y después, con la excusa de hacer un reportaje de ambiente, te vas a un bar, grabas de la pantalla del local el rato de partido que te parece bien y emites lo que te convenga. Y al final haces cinco minutitos bien buenos en tu informativo pasándote la ley por el forro. Muy hábiles ellos...

9- Cuando una cosa huele a justificación

El hecho de que explica esta noticia me da asco:

Y lo que entiendo es un intento de justificación, todavía me da asco más...

Quizás soy excesivamente quisquilloso, sí, no lo niego, pero a mí esta explicación me suena a “pobrecito, tengamos compresión con él porque tiene un trabajo muy duro”. Sí, sí, es un trabajo muy duro y, por lo tanto, no lo puede hacer cualquiera. En vez de “comprender” al pobre chico joven de situación familiar estable, lo que hay que hacer es apartarlo IN-ME-DI-A-TA-MEN-TE de sus responsabilidades. Y condenar su conducta. Rotundamente.

10- ¿Información o publicidad?

Seguro que, fruto de mi excesiva quisquillosidad, también me huele mal esta noticia. Me huele a que no es ninguna noticia. Me huele a que es una cuña publicitaria. Huele a anuncio descarado disfrazado de noticia. Huele a engaño. Huele a promoción de la canción. Huele y mucho a que es un redactado por encargo. Huele a propaganda. Sin embargo, insisto, deben ser manías mías porque no se ha quejado nadie.

También hay que decir que no conozco a nadie que se pase el día vibrando con la melodía en cuestión, cosa que confirmaría que la campaña es mejorable. Vaya, como la canción.