• Coma y beba. Ingerir alimento y bebidas alcohólicas sin ton ni son ni orden ni concierto es una de las principales actividades del período vacacional. En cualquier lugar y huso horario usted puede satisfacer sus apetitos sin sentirse mal, que para algo ha hecho deporte antes y tendrá que hacerlo después. Definitivamente, las vacaciones —y la vida— no están hechas para contar calorías.
  • Pruebe productos típicos/locales. Déjese cautivar por las ancas de rana, el cocodrilo en su salsa, los insectos fritos y el gato estofado. Cuánto menos apetecibles a la vista y más desagradables al gusto resulten, más entenderá usted de ese pueblo y sus habitantes. Sea como ellos.
  • Visite museos, templos y bibliotecas. Es probable que usted no conozca el archivo del museo de su ciudad y seguramente no sabe ni dónde está la entrada. Sin embargo, es importante que conozca a fondo la cultura y la idiosincrasia de ese pueblo que va a visitar durante cuatro días.
  • Duerma. En vacaciones no existe el tiempo de descanso. El sueño ya no se busca: se encuentra en cualquier lugar en medio de un itinerario sin tregua. Cualquier sitio (playa, montaña, jardín, hotel, banco de la calle) y cualquier medio de transporte (avión, tren, barco, coche —evítelo si conduce usted— e incluso bicicleta) son buenos para echar una cabezada.
  • Haga quilómetros. Cuántos más, mejor. Si va por carretera es importante que se introduzca en largos atascos entrando o saliendo de megápolis como Madrid o París (en Londres no tendrá ese problema). Pero lo ideal es coger un avión. Da igual a dónde. No importa que usted pase más tiempo viajando del que tiene disponible para disfrutar. Semana Santa es una oportunidad increíble para volar aunque usted sea de los de ansiolítico y chupito antes del despegue. Si además eso le da la oportunidad de cruzar varias fronteras y sellar su pasaporte, será maravilloso. No olvide subir la foto del ala del avión a las redes sociales. Por favor.
  • Folle, o no. Pero al menos inténtelo. Las vacaciones de Semana Santa son casi la primera oportunidad para una buena depilación brasileña antes de la llegada del verano. No malgaste su dinero.
  • Realice actividades deportivas extravagantes que pongan en riesgo su vida. Tírese de un puente, haga kitesurf, paracaidismo, snowboard, esquí, esquí acuático (muy recomendable si no sabe nadar), sandboard, kayac o suba a una montaña sin cuerdas. Si tiene sobrepeso, padece cardiopatías o es de los  que coge el coche para ir al cine, esta es su oportunidad de ponerse a prueba. Nada es imposible en vacaciones, no se limite.
  • Accidéntese o enferme. Mucha gente espera a las vacaciones para enfermar, contraer una afección infecciosa o sufrir una gastroenteritis de caballo por probar productos regionales. Conocer los hospitales de las diferentes regiones y países en vías de desarrollo debería ser parada obligatoria. Si usted ha practicado un deporte extremo y se parte una pierna, será recibido como un héroe.
  • Tome el sol y mejor sin protección. Quémese hasta que la piel se le caiga a tiras. Aproveche cuatro días al máximo hasta adquirir un rojo intenso que dará paso a ese bronceado resultón con el que presumir el lunes en la oficina. Si usted se ha quedado en el norte o se le ha dado por viajar aquí, la sensación general puede ser la de arrepentimiento por no haber ido a un sitio de sol.
  • En general, gaste dinero, incluso más del que ha ganado en los últimos dos meses. No le llore a la cuenta corriente: usted está levantando el sector hostelero. Ya tendrá tiempo de arrepentirse el mes que viene mientras abre el cuarto paquete de pasta de la semana.
  • Hágase amigo de desconocidos y júreles amistad eterna mientras invita a otra ronda a personas a las que probablemente no volverá a ver en su vida. El alcohol y las drogas son grandes aliados para las amistades furtivas.
  • Saque fotos profesionales aunque usted considere que su cuñado es el mejor fotógrafo posible para la boda de su hija. Cuélguese una réflex al cuello pese a no tener ni pajolera idea de distancia focal, ISO o velocidad de obturación. El modo automático hace virguerías. Haga la metafoto: sáquese fotos con el móvil sacando fotos con la cámara réflex. Si utiliza el teléfono móvil, no se olvide hacer videos en modo vertical.
  • Vístase como un auténtico capullo o capulla. Usted no va a hacer el Camino de Santiago, pero es importante que se acerque al polígono más cercano para hacerse con esas Quechua con las que pasear por el centro de Toledo. Dele la vuelta a la mochila. Esta estrategia lleva años espantando a ladrones. Y a cualquier amante del buen gusto, en general.
  • Vaya a procesiones y emociónese. Emociónese mucho aunque usted no crea en Dios y acabe de maldecir a varios santos por la puta lluvia.
  • Viaje con niños e intente disfrutar. Convierta sus vacaciones en las vacaciones de sus hijos. Visite Disneylandia, aquaparks, piscinas de bolas, Macdonalds y pasacalles, y goce del teatro infantil.
  • Discuta. Con su pareja, con sus padres, con los niños, con el que se olvidó de amarrarle bien el arnés antes de tirarla por un puente. Discuta acaloradamente y maldiga el día que salió de casa para las vacaciones, el dinero gastado, el tiempo perdido y lo poco que le agradece todo el mundo el esfuerzo que hace por el bien de todos.
  • Sobre todo, no se olvide de disfrutar.