Subo la persiana. Sol. Y un calor importante. Por no decir que el airecito que corre podría cocer pan. Y eso quiere decir que llega a nuestra vida aquel momento del año que habitualmente nos generaba mucha pereza pero que este año es un estímulo en forma de cohete en el culo. Una vez hemos ordenado 34 veces los armarios de la cocina (de dónde han salido cosas caducadas desde el siglo pasado), hemos limpiado la nevera y el congelador (de donde también han salido paquetes que han ido directamente al museo arqueológico) y hemos vaciado de mierdas aquel rincón que siempre habíamos denominado el rincón de las mierdas porque, efectivamente, estaba lleno de mierdas, ya está aquí... ¡¡¡EL CAMBIO DE ARMARIO!!!

"Pero, ¿por qué el cambio de armario nos generaba pereza y ahora es estímulo en forma de cohete en el culo, señor juntaletras?", me pregunta ahora usted. Hombre (o mujer) subir a la parte de arriba de un armario la ropa de abrigo que está abajo y coger de arriba de la ropa delgada para ponerla abajo hace venir de todo menos ganas de hacerlo (pereza). De hecho es un horror. Ahora bien, este año con las ganas que tenemos de salir de casa en manga corta y que nos toque el sol y el aire, hacerlo es un cohete en el culo en forma de inmenso estímulo comparable al del satisfyer (sí, reconozco que esto lo digo porque no he probado este producto que tantas alegrías provoca a la sociedad a base de estímulos. Cuando lo pruebe -si es que lo llego a probar- quizás cambio de opinión). Por lo tanto, negaré haberlo dicho pero... ¡Viva el cambio de armario! (¡libre!).

La cuestión es que hoy hago las bodas de oro de mí mismo. Ya son cincuenta crónicas de un coronavirus. Y ahora mismo no sé cuántas acabarán siendo. ¿75? ¿100? ¿200? ¿Mil? Porque nosotros aquí bien satisfechos (y satisfechas) con eso de este sábado donde hará deporte gente que en su vida sólo ha hecho el ejercicio de levantarse del sofá para ir a buscarse una cerveza a la nevera, pero resulta que todo los que saben del tema virus coinciden al decir que "ay, ay, ay". Y eso traducido quiere decir: "Estamos corriendo demasiado y hay riesgo de rebrote". Pero mire, aquí sí que será fácil saber si tienen razón los que han decidido las cuatro fases que son tres o los del "ay, ay, ay". Sólo hay que esperar. En quince días, aproximadamente, lo sabremos. Y pase lo que pase, aquello será una verdad incuestionable que no se podrá manipular. O sí... Porque esto de la verdad cada día es más complicado. ¿Nos miramos dos vídeos?

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha asistido hoy al acto de desmantelamiento del hospital de campaña que se había instalado en el recinto de IFEMA. Para los "suyos" ha sido un baño de masas donde le han agradecido su fantástico trabajo y el personal ha aprovechado para inmortalizar el momento con sus móviles:

En cambio, para los "no suyos", el acto ha servido al personal sanitario para expresar el malestar por el desastre en la gestión que se ha llevado a cabo desde el gobierno regional.

Los dos vídeos son del mismo lugar y las dos situaciones han sucedido. ¿Cuál es la cierta? ¿O bien, lo son las dos? Volvemos a aquello que hablábamos el lunes pasado sobre donde ponemos el ojo. Aquello que muestras, es. Y lo que no muestras, no es. No quiere decir que no esté, pero una cosa que no ve nadie no existe, por muy cierta que sea. Por lo tanto, dos cosas opuestas pueden ser ciertas. El problema es que si una no la ves, pasa a ser "mentira". Comprobémoslo con un titular de mi amigo Eduardo Inda:

 

Según la versión de Eduardo Inda, los Guardias Civiles que estaban en el control y pararon al diputado que venía de hacer de diputado, por lo tanto de trabajar, habrían llamado directamente al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y él los habría ordenado directamente no multarlo. Porque si no fue así el titular no podría ser nunca "Marlaska libra de la multa". ¿Y si eso fuera así, quiere decir que los agentes de la Guardia Civil llaman personalmente al ministro para consultarle cada multa? Entonces la duda es, ¿qué pasa cuando el ministro está haciendo una rueda de prensa, por ejemplo, y no puede contestar el teléfono? ¿Los agentes se esperan hasta que acaba?

Mirémonos ahora la versión del afectado:

Según él, pues, la multa le fue retirada en control mismo y al cabo de un rato de estar parado, cosa que quiere decir que, efectivamente, o bien llamaron a Marlaska y por lo tanto le retiraron la multa por órdenes directos suyas, o bien el titular de Inda no es cierto y le retiraron la multa al comprobar que era un diputado que venía de un pleno.

Pero todavía tengo dos dudas más: 1/ ¿Ir a trabajar es "saltarse el confinamiento"? ¿Desde cuando?, y 2/ ¿La Guàrdia Civil para y multa a los diputados pero no a los presidentes regionales que comparecen en el Senado? Lo digo porque el mismo día de estos hechos, Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, hizo un camino parecido al de Iñarritu. En la ida parando a hacer cosas muy extrañas...

Y a la vuelta pasando por un control:

¿Por qué los agentes intentaron multar a Iñarritu y a Revilla no? ¿En el caso de Revilla, los agentes también llamaron al ministro y este les dijo que no lo multaran? ¿Revilla puede ir a trabajar al Senado e Iñarritu no al Congreso? ¿Por qué Inda no hizo ningún tuit sobre Revilla, que según el criterio manifestado con Iñarritu, también se habría saltado el confinamiento? ¿Quizás porque Inda se encuentra a menudo a Revilla en La Sexta Noche y se ha creado una amistad mientras comen almendras del catering verdad y con Iñarritu no comen almendras?

¿Iran Inda y Revilla juntos a hacer deporte este sábado? ¿En qué franja horaria? ¿La primera? ¿La segunda? ¿La tercera?