El españolismo volverá a Colón para declarar su no más rotundo a los indultos a las presas y presos políticos catalanes, y les entiendo, no puedo en absoluto decir lo contrario. Es más, no hay nada más coherente que estar en contra, después de todo el relato sin fisuras que se ha instaurado en el Estado respecto del procés. Me imagino la perplejidad de muchos españoles y españolas —por no decir de prácticamente todo el mundo— después de años de fusilamiento de mensajes sobre las maldades contra la patria del secesionismo; que no hace demasiado, incluso, era peor todavía, para algunos escritores del reino, que la misma Covid-19. Además, ¿no habíamos quedado, por consenso de la derecha-izquierda española, que no había presas y presos políticos, que eran políticas y políticos presos? El mismo PSOE había dejado bien claras las barbaridades que habían cometido en contra el derecho, la Constitución, la convivencia, la democracia, la nación, la unidad de España y no sé cuántas cosas más estas políticas y políticos que ahora quiere indultar a pesar de pensar que la sentencia de los tribunales es correcta. ¿Entonces a qué viene esto?

A pesar de que ahora la mayoría silenciosa —que es un buen recurso para reforzar las razones de peso— parece que se abre camino entre aquellas y aquellos que defienden la vía de la clemencia, me veo obligada a coincidir con ciertos personajes conocidos como barones del PSOE que piden que se haga un referéndum sobre el tema. No sé por qué ponemos tanto ahínco en ser buenos en matemáticas, si después no queremos contar de verdad. Es cierto que solo quieren consultar entre sus mismas bases, pero hace nada pedir un referéndum era sinónimo de delincuente. Bien, para ser justa, en España no es la cosa lo que hace el qué, es quién la hace —más todavía si es catalán o catalana—; pero, en todo caso, dentro de toda esta confusión, quizá en alguna cosa podremos avanzar si la palabra referéndum deja de estar proscrita.

La idea de España sobre lo que ha pasado en Catalunya y lo que se ha hecho en nombre de la independencia es una sola: la de la judicatura

Me interesa el referéndum, por muchas razones, la primera sociológica, pero también porque, siempre y más importante, estoy de acuerdo con preguntar a la ciudadanía y porque, además, me conozco demasiado bien la perversión del juego de decidir qué cosas “de estado” pasan, o tienen que pasar, por encima de lo que quiere la ciudadanía.

Los indultos son la solución a nada, aunque yo no me opondré nunca a nada que ahorre una sola hora de prisión a las y los presos políticos, pero no solo son una solución parcial, sino que “la marca España" solita ya deja bien claro que son papel mojado. Lo digo porque parece que los indultos serán limitados, parciales y reversibles. Si la cosa no fuera tan seria, haría reír. La lástima es que lo que hay detrás es la vida de personas concretas; muchas más de las que en principio contamos.

El tema se lo vale, no solo por los encarcelados y encarceladas, sino por lo que nos muestra del imaginario colectivo, y por eso he hecho un poco de leída sobre lo que decía la prensa en España sobre los indultos. Especialmente he prestado atención a aquellos artículos de opinión declarada, o no, que estaban de parte de la iniciativa del Gobierno y han sido muy esclarecedores y decepcionantes al mismo tiempo; la democracia no es lo que importa.

La idea de España sobre lo que ha pasado en Catalunya y lo que se ha hecho en nombre de la independencia es una sola: la de la judicatura. No ven fisuras en el relato que se impuso en los juzgados y se sigue imponiendo, y no se cuestionan si hay razón de ley o venganza, ni en ningún caso persecución del independentismo en general, políticos y políticas y gente de la calle. En consecuencia, revisión de nada, menos de los hechos, y de amnistía ni se habla y como mucho consideran que la pena puede ser exagerada y que queda mal en Europa. Eso sí, el tema de fondo, el de estado, claro está: no seguir alimentando el independentismo teniendo a gente en la cárcel y, por lo tanto, seguir poniendo en riesgo la unidad de España. Este es el motivo para los indultos, no hay otro. No hay que añadir nada más.