Repasando las noticias me ha llamado la atención un titular en que se destacaba que a Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, le preocupaba que se tuvieran que repetir las elecciones “porque podía ganar la derecha”. Me he quedado un poco perpleja y he repasado toda la entrevista, dado que más allá del titular quería tener el hilo completo, lo más completo posible, de la conversación.

Sí, hablaban de la dificultad ―a mi entender incapacidad, pero este es otro tema― de Pedro Sánchez para formar gobierno y de la posible convocatoria de unas nuevas elecciones si no se llega a un pacto, por activa o por pasiva, como mínimo con otra formación para poder sacar adelante la nueva legislatura. Aunque sé la importancia que tienen ciertas ideas fuerza que hay que ir repitiendo como consigna, y que las y los políticos repiten como papagayos, no entiendo la respuesta de Ada Colau. Básicamente, por dos motivos. El primero porque las encuestas hablan de todo lo contrario, de una subida rutilante del PSOE, que cierta o no a la hora de la verdad, parece que hoy por hoy los esté seduciendo con el sueño de la mayoría absoluta. El otro, mucho más importante para mí, porque no entiendo como precisamente Ada Colau alerta contra la derecha después del pacto que a ella la ha hecho alcaldesa de Barcelona. Colau ha conseguido que la derecha, sin ganar en las urnas, igualmente consiga la victoria. Eso es lo que ha sido el no pacto con Valls, aparte de conseguir su continuidad en la alcaldía.

Colau, cuando vuelvas a hablar de que no quieres que gane la derecha, especifica de qué derecha hablas y si sólo te refieres a aquella que no te hará alcaldesa 

Nadie da nada por nada, menos en política y menos todavía la derecha que representa Valls. Y nadie acepta nada por nada en política. Colau ha hecho ganar a Valls en Barcelona, después de que él mismo había perdido en las urnas, porque le ha regalado lo que él quería, que no hubiera un alcalde independentista en Barcelona. Colau le ha concedido el deseo sin demasiado problema, menos coherencia y más perversión ética. Cuando ves cosas como esta entiendes por qué las desigualdades sociales no desaparecen nunca, y como contribuye a ello la propia izquierda; una parte sólo y no toda, espero y deseo, sacrifica las desigualdades cada vez que le conviene para conseguir un pacto que le permita mantenerse en el poder.

Sí, por mucho que eso se disfrace de todo lo que se quiera o de todo lo que se pueda, me gustaría saber qué cara se le puso, o se le hubiera puesto si supiera del caso, a Leonarda Dibrani; y a todas las Leonarda Dibrani del mundo ante estas maniobras. Leonarda es la niña de etnia romaní que fue detenida, mientras hacía una excursión con el colegio, para ser expulsada de Francia cuando Valls era ministro del Interior en el país vecino. De verdad pensáis que lo que hacemos y con quien lo hacemos o gracias a quien lo hacemos no tiene importancia. Claro que la tiene. Por lo tanto, Colau, cuando vuelvas a hablar de que no quieres que gane la derecha, especifica de qué derecha hablas y si sólo te refieres a aquella que no te hará alcaldesa.