Tal día como hoy del año 1932, hace 90 años, las Cortes de la II República española (el equivalente al actual Congreso de los Diputados), aprobaban el proyecto de Estatut de Catalunya. De esta forma, Catalunya no solo restauraba una parte importante de su edificio político de la época foral (anterior a 1714); sino que también se convertía en el primer territorio autónomo peninsular desde la supresión de los regímenes forales vasco y navarro (1878). Con anterioridad a la proclamación del Estatut catalán de 1932, las colonias de Cuba y Puerto Rico habían dispuesto de una autonomía política concedida por el gobierno de la metrópolis (1895), que pretendía evitar que sus sociedades evolucionaran, de forma mayoritaria, hacia el independentismo.
Aquel texto estatutario había sido redactado por un grupo de ponentes de todas las fuerzas políticas con representación en las instituciones catalanas (ayuntamientos, diputaciones, Generalitat provisional); y que se habían reunido en el Santuario de Núria (20 de junio de 1931). Por este motivo, fue llamado "Estatut de Núria". Acto seguido fue aprobado por la Diputació provisional (el Parlament provisional surgido de las elecciones del 12 de abril, que habían conducido a la restauración del autogobierno y la proclamación de la República), después por los ayuntamientos (26 de julio de 1931), y, finalmente, por la ciudadanía. Votó el 75% del censo y obtuvo un 99% de los apoyos.
En aquel momento las mujeres todavía no podían votar. En Catalunya lo harían por primera vez en el referéndum local por el Mercado Municipal de Canet (16 de abril de 1933). Sin embargo, un grupo de activistas recogió 400.000 firmas a favor del Estatut que representaban tres cuartas partes de la población femenina catalana mayor de edad. A partir de aquel momento, el Estatut de Núria tendría que recurrir una hostil trayectoria hasta llegar a la votación; en la que se puso de manifiesto el anticatalanismo secular del poder económico español, al ordenar a la clase política y a la prensa cautivas orquestar una amenazadora campaña contra las reivindicaciones y la voluntad del pueblo de Catalunya.
Incomprensiblemente, la negociación del Estatut catalán en las Cortes republicanas se alargó trece meses. Finalmente, y después de sufrir recortes importantes del redactado original, fue aprobado en sesión plenaria el 9 de septiembre de 1932. El 20 de noviembre de 1932 se celebrarían las primeras elecciones en el Parlament moderno. En aquellos comicios, el presidente Francesc Macià, líder del partido independentista Estat Català y fundador y dirigente de la plataforma independentista/federalista ERC; y que fue el artífice de la restauración del autogobierno, obtuvo, de nuevo, la confianza del pueblo de Catalunya: su formación consiguió 56 de los 85 escaños en juego. Y el 6 de diciembre de 1932 se constituía el primer Parlament moderno, que sería regido por el Estatut de Núria.