Xavier Trias será el alcaldable de Junts en la capital. Hay que ir muy corto de política catalana o estar muy desconectado del mundo para no ver cuál es la estrategia de Junts: no tenerla y que el nombre y apellidos de alguien te la hagan. Xavier Trias tiene un proyecto para Barcelona que se llama Xavier Trias y encuentra a Junts en el momento perfecto para no tener que hacer ninguna renuncia personal a favor del partido. Trias no se adapta a Junts, Junts se adapta a Trias. Ni el partido tiene nada mejor ni el partido se puede permitir seguir en el banquillo de los perdedores en Barcelona. Tampoco en Catalunya, claro está, y la capital les es media jugada para volver a rascar poder.

"El votante está desorientado", explicaba Trias ayer en RAC1. Lo está porque hace tiempo que Junts no sabe dónde navega y en el exalcalde han encontrado la manera de dar un golpe de timón para recuperar la solidez estructural y discursiva que genera confianza al votante. La sensación, sin embargo, es que Junts empieza la casa por el tejado delegando en Trias el trabajo que desde dentro del partido no se ha sabido hacer. El proyecto para Barcelona, como un coche escoba, incluye nombres evidentes como Neus Munté o Jordi Martí y también perfiles como los de Victòria Alsina, Damià Calvet o Ramon Tremosa. Es el sector que hace meses que carga dosis de vergüenza ajena colosales y maldice los huesos de Laura Borràs, su caballero y todo aquello que esta pareja aglutina sin ningún retorno. La bancada clásica del partido ha encontrado en Barcelona la manera de empezar a arrinconar a los culpables de convertir lo que un día fue el centroderecha catalán en una marca atada al escándalo, al espectáculo y al ruido.

"La sensación, sin embargo, es que Junts empieza la casa por el tejado delegando en Trias el trabajo que desde dentro del partido no se ha sabido hacer"

"Yo soy convergente" o "yo soy todo lo que soy gracias al president Pujol" son sentencias que hace cuatro o cinco años no nos habríamos imaginado en boca de alguien que se presentara por Junts en cualquier lugar. Son posiciones que representan un sector de Junts que siendo que abandonó su marca y su legado a cambio de nada y que, además, tiene que ver cada día como ERC gobierna el país haciendo lo que ellos saben hacer mejor: ser convergentes. Barcelona es el campo de batalla ideal porque pueden vender todo aquello positivo que tradicionalmente asocian a Convergència —un cierto sentido del orden, de la seriedad y de la prosperidad— pasando de puntillas por aquello que ahora mismo los igualaría por debajo a Esquerra Republicana —la relación que hoy Catalunya tiene que tener con España—.

ERC y el PSC le han hecho media campaña a Trias: salen a las elecciones con la credibilidad chirriando porque han sido las muletas de Ada Colau

Sobre las cabezas del círculo de Trias, sin embargo, se cierne la nube de una resignación tímida. Volver a Convergència porque no han sabido hacer nada mejor no les permitirá saborear del todo la victoria que ya es presentarse. Al mismo tiempo, les hará adelantar con la convicción que no hay alternativa. Tenía que ser Junts y ha fallado. Con la causa contra Trias por las cuentas inexistentes en Suiza archivada y la irrefutabilidad de que Ada Colau se aprovechó de las chapucerías españolas para hacer campaña contra él, el exalcalde tiene media campaña hecha. La otra media lo han hecho ERC y el PSC, que salen a las elecciones con la credibilidad chirriando porque han sido las muletas de Colau. Trias solo tiene que salir a decir que no hará alcaldesa a Colau, que Barcelona estará más limpia y que será más segura. Ayer en RAC1 añadió que hay que recuperar el "buen gusto" en la ciudad, que es la manera que tiene la gente de orden de decir que hay que recuperar su gusto.

"Si Trias gana, Junts puede seguir tomándose la licencia de aplazar la construcción de un proyecto definido y desvinculado del capital político personal de sus candidatos"

Junts es una anécdota para Trias. Si pierde Barcelona, sin embargo, Junts perderá todavía más. Perderá la puertecita para volver a situarse en el centro de la vida política del país. Ahora bien, si Trias gana Barcelona, Junts puede seguir tomándose la licencia de aplazar la construcción de un proyecto definido y desvinculado del capital político personal de sus candidatos, la única manera que hasta hoy han encontrado de sacar agua de la barca y evitar que se hunda. Pero empezar desde abajo, arriesgándose a estructurar un discurso ideológico más o menos definido en el eje social y nacional y aceptando los costes hacerlo es la única manera de conseguir que, pase lo que pase en las municipales, el tejado no les caiga encima.