La señora Paquita sale de misa de diez, como cada domingo. Ha quedado con sus amigas para ir a desayunar, como cada domingo, a la cafetería-pastelería donde después se comprará un massini individual, como cada domingo.

La señora Paquita aprovechará el desayuno para comentar con sus amigas todo lo que el día anterior habrán visto en las revistas que habrán hojeado en la peluquería, como cada sábado. Y la Pilar, la peluquera, les habrá hecho a todas el mismo peinado que ya les hacía la Dolores, madre de la Pilar, que se jubiló el año pasado y que ahora se ha apuntado a los desayunos del grupo.

La señora Paquita y sus amigas también tendrán tiempo para repasar todo lo que se comenta en el pueblo (o en el barrio). Y se pondrán al día de quien se entiende con quién, de quién ha reñido, de quién va justito para pagar los libros de los niños "porque este verano han estirado más el brazo que la manga" y de quién se ha engordado como una cerda.

La señora Paquita, saliendo del desayuno, irá a buscar medio pollo asado a can Sinto. Y una bolsa de patatas de churrero. Como cada domingo. La pechuga se la comerá hoy y el muslo se lo guardará para el martes, que se lo comerá con una ensaladita.

La señora Paquita, después pasará por el Joan de la bodega a comprar un "benjamín" de Carta Nevada que pondrá en el congelador de casa "porque a mí el champán, que ahora le llaman cava, me gusta bien fresquito".

La señora Paquita, a media tarde, justo después de acabar la película de TV3, irá a merendar con algunas de las amigas de la mañana más algunas otras que no van al desayuno porque tienen que preparar la comida para toda la familia (hijos, sobrevenidos y nietos e hijas, sobrevenidas y nietas). Como cada domingo. Y destriparan a todas las que no estén. Ojo, pero bien destripadas. Y si no, haber acudido a la merienda.

En plena merienda, una de las amigas de la señora Paquita, que tiene un hijo que está muy al tanto de lo que pasa, les explicará que "sabéis aquel que tiene un ángel, el Fernándes Días, que es catalán, pues dice que nos quiere ilegalizar". Y cuando escuchen eso, la señora Paquita y sus amigas se atragantarán con el cuerno de cruasán que estarán mojando en el suizo. "¿Ilegalizarnos? ¿De qué"?, se exclamarán algunas. "Pero este hombre, ¿se ha trastocado?", dirán otras. "Hay que ser muy simvergüensa para hacernos eso. Ya se le ve en la cara que no tiene el alma limpia", expresará el resto.

La señora Paquita y el resto de amigas preguntarán a la amiga que tiene el hijo que está al tanto por qué las quieren ilegalizar y ella les explicará que su hijo le ha dicho "que nos quieren aplicar la ley de partidos porque se ve que en los estatutos del nuevo partido decimos que somos muy independentistas y ahora ellos se cogen a eso para ponernos una ley que se ve que votamos a favor".

La señora Paquita toda la vida había votado a Pujol y tuvo un gran disgusto cuando todo aquello de Andorra porque "es que no me lo habría imaginado nunca, pero es que nunca". Y que "cuando Mas nos dijo que ahora nos teníamos que hacer independentistas, nos hicimos porque este chico nos gusta mucho. En casa somos muy partidarios de Mas y cuando los que son como mi nieto, los de la CUP, nos lo echaron tuvimos un disgusto muy grande".

La señora Paquita coge aire, se mira a sus amigas y les dice: "Mirad, a mi edad me importa un carajo (es la primera vez que la señora Paquita dice la palabra carajo en público) que me llamen terrorista, que digan que hago aquello de la borroka y si me quieren llevar a la cárcel, mira, mientras me dejen tener una estampa de la virgen de Montserrat y una foto del Pedraforca, por Catalunya lo que sea. Ahora bien, y lo digo delante de la Dolores: yo nunca, ¡¡¡pero nunca!!! me haré el peinado con flequillo de la moza aquella que siempre lleva camisetas y que viste como un "muchachote". Y ahora ya pueden venir a por nosotras, verdad niñas"?.

En la cafetería "Chaplin" se oye un grito unánime: "siiií!!!.