El pasado tres de septiembre, como cada mañana, abrí Twitter para ver qué novedades había, y el primer tuit que vi fue el que hicieron los hijos de Carme Junyent para anunciar que su madre se acababa de morir. Lo primero que pensé fue que se trataba de una broma de mal gusto, aunque era muy extraño que hicieran una broma de estas características desde su cuenta; esto me hizo pensar que quizá le habían pirateado la cuenta, pero el alud de noticias de los periódicos que vinieron a continuación me hicieron ver la realidad: la gran lingüista Carme Junyent nos había dejado de verdad.

Aunque no la conocía personalmente, su muerte me conmovió profundamente. También me alegró ver la cantidad de gente que sentía lo mismo que yo. Carme tenía mucha gente que la quería. En 2014, había asistido a una charla que dio en el Centre Cultural La Mercè de Girona para hablar de las lenguas de Barcelona y quedé maravillada por el amor que sentía por las lenguas y los conocimientos que tenía sobre el tema. Los catalanes hemos perdido a un gran referente, esta es la verdad. Un gran referente y una persona que defendía la diversidad lingüística y el catalán sin complejos: diciendo las cosas tal y como eran y sin agachar la cabeza en ningún momento. La lengua catalana está de luto, ha perdido a uno de los grandes pilares que actualmente la sostenía. No nos será fácil reponer este pilar, la realidad es que los jóvenes cada vez utilizan más el castellano en todos los contextos y consideran el catalán más como una lengua de andar por casa que como una lengua de la calle. Serán necesarios lingüistas que, como Carme, les sean cercanos y les hagan ver que el catalán es una lengua tan útil y necesaria como cualquier otra.

Junyent era un gran referente y una persona que defendía la diversidad lingüística y el catalán sin complejos

Carme, a pesar de ser una gran profesional de la lengua, también tuvo detractores. Más de una vez fue acusada de antifeminista porque no era partidaria de desdoblar el género gramatical. Personas sin ningún conocimiento de gramática la acusaban de antifeminista sin ni siquiera haber hecho el esfuerzo de estudiar con profundidad la lengua catalana para saber cómo funciona realmente. Mucho mejor desdoblarlo todo a tontas y a locas porque se me ha metido en la cabeza que no desdoblar es machista y no quiero abrir los ojos. Si al menos hicieran el esfuerzo de leer uno de los artículos en los que explica el porqué de todo ello, quizás entenderían que era una gran defensora de la diversidad y que desdoblar en masculino y femenino, muchas veces, puede ser más machista que no hacerlo. No me alargaré más sobre este tema, no merece la pena perder el tiempo con personas que hablan desde la ignorancia.

Yo hace tiempo que hablo siempre en catalán con todo el mundo y en todos los contextos, sin desdoblar ni utilizar genéricos sin sentido como alumnado, y creo sinceramente que, si todos los catalanes hacemos lo mismo, volveremos a erigir el pilar que tanto necesita la lengua catalana para sobrevivir y salir adelante. Creo que es el mejor homenaje que nos podemos hacer a nosotros mismos como catalanes y que podemos hacer a Carme Junyent. Que la tierra te sea leve.