Ciudad de los Reyes, actualmente Lima (virreinato hispánico del Perú); 2 de enero de 1553. Verano austral. Hace 470 años. El dominico catalán Joan Baptista de la Roca, nombrado rector de la Universidad de San Marcos de la Ciudad de los Reyes, inauguraba oficialmente el curso. Aquel curso sería el primero del primer centro de estudios superiores de la historia americana. La nueva universidad colonial peruana había sido precedía por la Universidad de Sant Tomás, de Santo Domingo (la Española), fundada unos años antes (1538) pero que no obtendría la Real Cédula o Real Despacho (la oficialización de los estudios superiores que impartía) hasta 1558. San Marcos, creada en la principal capital colonial de la América hispánica continental, ostentaría la categoría de Universidad Decana de América. I Joan Baptista de la Roca pasaría a la historia como su primer rector (1553-1556).

¿De dónde venía De la Roca?

Los orígenes familiares del primer rector universitario de la historia americana están cubiertos por una espesa nebulosa que se explica por la tragedia de un exilio. Joan Baptista de la Roca, que habría nacido en Barcelona o en Valencia hacia el año 1500, sería descendiente de los Della Roca que en 1434 habían abandonado precipitadamente la isla de Córcega y se habían exiliado en la capital catalana. Córcega sería el gran fracaso de Alfonso el Magnánimo, incapaz de mantener a raya a los genoveses y conservar el dominio de la isla. La isla de los antepasados del flamante rector, había formado parte del edificio político catalano-aragonés entre 1295 (Tratado de Agnani) y 1434 (ocupación genovesa). El nuevo dominio desataría una brutal represión que se saldaría con la muerte o el exilio de las principales familias nativas del partido catalán. Los Della Roca serían una de estas familias damnificadas.

Plano de Lima (siglo XVII). Fuente Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
Plano de Lima (siglo XVII). Fuente Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

La rivalidad Barcelona-Génova

Barcelona y Génova mantenían una durísima rivalidad por el control del Mediterráneo occidental que remontaba en el siglo XI. Un escenario de conflicto permanente que, con el transcurso del tiempo, había incorporado nuevos actores. Mientras que la Serenísima República de Venecia, el otro gran rival de los genoveses en el mar, había alimentado una tradicional alianza con Barcelona y con la Corona catalana; Génova había proyectado su amistad hacia la Corona castellanoleonesa. Y también había incorporado nuevos escenarios, por qué durante el siglo anterior a la pérdida de Córcega (siglo XIV), catalanes y genoveses habían competido duramente en la apertura de las primeras rutas europeas hacia la costa atlántica africana (Canarias, Río de Oro, Senegal). El dominio sobre Córcega, situada delante de las costas ligures (el país de Génova) tenía una importancia primordial en este conflicto.

El exilio de los Della Roca

El 27 de abril de 1434, ciento diecinueve años antes de la inauguración del primer curso universitario americano, Filippo Maria Visconti, dux independiente de Génova, ordenaba la ejecución de Vicentello d'Istria, gobernador de la Corona catalana en Córcega, que había caído prisionero durante la ocupación genovesa. Reveladoramente, quien ejecutó la orden fue Oppizino de Alzate, nuevo lugarteniente genovés y descendiente de una familia castellana. Aquella ejecución era un hecho insólito que mostraba el nivel de conflicto que estaban dispuestos a alcanzar los genoveses. Los Della Roca se exiliaron para salvar la vida, perdiendo todo el patrimonio familiar. Y otros que, también, se vieron obligados a salir de la isla serían los Bonaparte, de origen mallorquín, que se habían alternando en el gobierno de la isla con los Istria durante la última etapa de dominio catalán (1409-1434).

Fragmento del Atlas Catalán (1375), con Sicilia, Cerdeña y còrsega coloridas como dominios catalanes. Fuente Bibliothèque Nationale de France
Fragmento del Atlas Catalán (1375), con Sicilia, Cerdeña y Córcega coloridas como dominios catalanes. Fuente Bibliothèque Nationale de France

Los De la Roca catalanes

No todos los Della Roca se marcharon al exilio de Barcelona. Una rama de la familia (entendida, esta como familia extensa) habría formado parte del partido genovés y habría resultado beneficiada por aquel cambio de dominio. Este tipo de casuísticas eran habituales entre las clases privilegiadas de la época. Pero los Della Roca "catalanes" se tuvieron que acomodar a otro tipo de privilegios menores derivados exclusivamente de lo arbitraría recompensa de la Corona. En aquel contexto depender de las gracias reales era una tabla de salvación, pero también era la constatación del fracaso político y económico de la historia y del proyecto familiares. Y eso explicaría, por ejemplo, la adaptación del patronímico a la forma catalanizada De la Roca; y la ausencia de protagonismo social y político de la familia en Barcelona en contraste con su anterior etapa corsa.

De la Roca, dominico

No se conocen las causas que condujeron De la Roca a América. Pero, muy probablemente, era una vía de progreso de su carrera profesional. De la Roca era miembro de la poderosa orden de los dominicos, considerados la punta de lanza de la radicalidad politico-religiosa que dominaba la ideología del poder hispánico; y considerados, también el "brazo armado" de la Inquisición hispánica (la "policía política" régimen hispánico). Y en la Ciudad de los Reyes, en aquel momento la grande capital colonial de la América hispánica continental, se habían implantado todas las estructuras del poder metropolitano. En este punto, es importante destacar que el propósito inicial de la universidad que dirigiría De la Roca era formar religiosos destinados a la evangelización y a la aculturación de la extensa masa de población autóctona, descendientes del antiguo Imperio inca.

Mapa de América del Sur (siglo XVII). Fuente Cartoteca de Catalunya (1)
Mapa de América del Sur (siglo XVII). Fuente Cartoteca de Catalunya

Corsos y sardos en América

Los corsos y sardos, o descendientes de corsos y sardos, que se desplazan a la América colonial hispánica -y que tienen un papel relevante; llegan a través de la vía catalana. Hemos explicado el caso de Joan Baptista de la Roca; sin embargo, en aquellos días otro religioso, procedente de Cerdeña, sería el que le pondría el nombre en Buenos Aires. El 11 de junio de 1580, el navegante vasco Juan de Garay refundaba la Ciudad de la Trinidad, creada en 1536 y abandonada en 1541. Ciudad de la Trinidad sería reedificada en el mismo lugar inicial, pero su nombre pasaría a ser Santa Maria del Buen Aire. Y quien la bautizó de esta forma fue el religioso de la expedición; un miembro de la comunidad del Santuario de la Madre de Dios del Bonaire, en Cagliari (Cerdeña). Una comunidad religiosa exclusivamente catalana desde las guerras de pacificación del siglo XIV.