Catalunya ha perdido mucho tiempo en adaptarse a las nuevas circunstancias económicas, tecnológicas, energéticas, climáticas, ecológicas y no ha sido, como se suele decir, por culpa del proceso soberanista, sino por el miedo de los representantes políticos, soberanistas o no, a tomar decisiones impopulares.

De hecho, unos y otros han centrado el debate en cuestiones emocionales y escenarios de futuros imaginados como una manera de zafarse de tener que mojarse respecto de proyectos necesarios, urgentes, pero también controvertidos y a menudo impopulares.

Sin ir más lejos, la sequía ha puesto en evidencia la cobardía/incompetencia de nuestros representantes, incapaces de tomar las soluciones técnicas más adecuadas aportadas por los expertos, a pesar de estar advertidos de hace décadas y con el precedente de la sequía del 2008.

Los programas electorales suelen presumir de rasgos ideológicos, buscando la identificación con los electores que forman a su clientela potencial. Ha arrancado oficiosamente la campaña para las elecciones del 12 de mayo y se empieza a hablar de referéndum pactado, de financiación singular, de pasar página al procés... son objetivos políticos legítimos que identifican a sus patrocinadores... pero que no obligan a nada. Son, de hecho, lo que se denomina un brindis al sol, porque no se puede prometer algo que depende de otro. Por más que quiera Aragonès una financiación singular, conseguirlo no depende de Esquerra Republicana si al final tiene que ser el Estado quien dé el visto bueno. Lo mismo pasa con el referéndum pactado, que es una manera de decir que no será unilateral, y, por lo tanto, no se puede prometer porque falta el compromiso del otro lado del pacto, que de momento se ha comprometido precisamente a no pactarlo. Por la parte españolista, PSC y PP rivalizan a ver quién es que tiene que acabar con el procés y "pasar página", pero eso tampoco lo pueden prometer porque no dependerá de ellos, sino de la capacidad y la voluntad del movimiento soberanista en general y de las fuerzas soberanistas en particular que, de momento, siguen mostrándose, algunas más que de otras, verbalmente muy exigentes.

Hay mucho trabajo retrasado y muchos proyectos parados que requieren liderazgo institucional y valentía política y convendría exigir a los candidatos que se mojen. No que digan cómo les gustaría el país, sino qué harán al día siguiente de las elecciones para que la gente no se quede sin agua. Ahora mismo el Ebro va lleno a tope y la alternativa para el área metropolitana de Barcelona es traer agua en barcos de València, la alternativa más cara y que no cubre la demanda.

Hay mucho trabajo retrasado y muchos proyectos parados que requieren liderazgo institucional y valentía política y convendría exigir a los candidatos que se mojen. No que digan cómo les gustaría el país, sino qué harán al día siguiente de las elecciones para que la gente no se quede sin agua

La interconexión de las redes fluviales es de una lógica abrumadora. La conexión del agua desperdiciada del Ebro con la red de suministro del Área Metropolitana ha estado siempre sobre la mesa, defendida por ingenieros y economistas. No es un trasvase, es la alternativa más racional solo para situaciones de emergencia. Si no se ha llevado a cabo es porque la demarcación de Tarragona decantaba mayorías parlamentarias y nadie se atreve a enfrentarse a las plataformas que claman algo que es una verdad como un templo, que Lo Riu es vida, pero es vida para todo el mundo que tenga sed y no solo por|para unos cuantos que indebidamente se consideran propietarios.

Hace unos años, cuando alguien pensaba qué necesidades había que asegurar se planteó el trasvase del Ródano. No se llevó a cabo porque los Gobiernos españoles, tanto de PSOE como de PP, no querían una Catalunya que dependiera en luz y agua de Francia y no de España. Algunos campesinos de la Catalunya Nord también se opusieron por miedo a la competencia de la agricultura del Principat. Ahora se tiran del pelo porque están sufriendo la sequía hasta el punto de renunciar a según qué cultivos, algo que no habría pasado con el trasvase del Ródano, que también habría servido para regar sus campos.

Con la sequía de 2008 se destapó que la cañería de Badalona llevaba décadas perdiendo 180.000 litros de agua cada día. Todo el mundo entendió que se tenía que arreglar con urgencia, pero en cuanto llovió a todo el mundo se le olvidó. También se programaron dos desaladoras, que se añadirían a las de Blanes y El Prat. Tampoco se hicieron. Y ahora resulta que a la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) le sobra el dinero, porque como no ha invertido en lo que hacía falta, tiene un excedente de 540 millones de euros. De todo este desastre son responsables gobiernos catalanes con presencia de PSC, ERC, ICV, CiU, JxSí y ERC en solitario, y por descontado gobiernos españoles de PP y de PSOE.

El agua es un problema grave como también lo es la energía. La Catalunya moderna, innovadora y emprendedora está ahora en la cola de todos los rankings con respecto a la producción de energía verde. Ni innovación, ni modernidad, ni emprendimiento. No hay manera de sacar adelante en Catalunya proyectos de parques eólicos y parques fotovoltaicos porque enseguida surgen plataformas contrarias a cualquier iniciativa y los gobiernos no tienen el coraje de asumir su responsabilidad y se lo sacan de encima a fuerza de complicar tanto como puedan los trámites burocráticos.

Por no tener, no ha habido coraje ni siquiera para resolver la cuestión del aeropuerto. El aeropuerto de El Prat ha dejado de ser competitivo. Le faltan vuelos intercontinentales directos y un funcionamiento de 24 horas. Ha habido una actuación muy cínica y deshonesta por parte de AENA y el Gobierno, preocupado por su feudo electoral del Baix Llobregat, y una actitud miedosa e indefinida del Govern Aragonès que los socialistas han utilizado como coartada. Mientras tanto, ferias y congresos que siempre se habían hecho en Barcelona ahora se harán en Madrid. El Prat es un destino principalmente de vuelos low-cost, con lo que todo eso comporta.

Se preguntaba y se respondía Cambó: ¿"Derechas? ¿Izquierdas? Catalunya". Ahora las preguntas que corresponden son mucho más concretas, porque son urgentes. Por Catalunya: ¿Interconexión de redes fluviales? ¿Parque eólico en Roses? ¿Parque fotovoltaico en la Conca de Barberà? ¿Aeropuerto regional o competitivo? Candidatos, ¡Mójense!