Último fin de semana de campaña electoral con un gran titular en el frontispicio: la resiliencia del independentismo le garantiza, siempre que los tres partidos con opciones parlamentarias quieran, conformar un gobierno de esta ideología y acordar una nueva hoja de ruta para hacer frente al estado español. Si en las elecciones de 2017 lograron 70 escaños, ahora se movería la suma de Junts, ERC y CUP en una horquilla entre 69, por la banda más baja, y 77 parlamentarios por la de arriba, lo que en la práctica le viene a garantizar en su parte intermedia una mejora de tres escaños. Segunda noticia: En ninguno de los supuestos en la encuesta que ha realizado Feedback para El Nacional, la suma de Junts y ERC alcanza, por ahora, la mayoría absoluta, quedando a expensas de las exigencias de la CUP como en las dos últimas legislaturas. 

La tercera novedad es ¿qué sucede con el efecto Illa? Todo el enorme esfuerzo propagandístico por concentrar el voto unionista en el candidato del PSC no le asegura la victoria a falta de una semana y tampoco alcanza los resultados de Arrimadas en 2017. Hay un techo en el trasvase de sufragios de la derecha a un dirigente del PSC y, además, está el efecto Vox, que desangra al PP y puede poner en problemas a Casado.

El duelo entre los dos grandes partidos independentistas y del que depende, seguramente y si no se pelean, la presidencia de la Generalitat está absolutamente abierto, ya que las diferencias no son ni mucho menos definitivas. El hecho de que Junts tenga una mínima ventaja en votos y un reparto más favorable en escaños por la Ley D'Hondt incorpora mucho morbo a la recta final. Lo demás se irá definiendo en los próximos días, aunque ya avanzo que el esfuerzo de las empresas demoscópicas tiene más incertezas que nunca. 

Con este puzle tan complicado, los márgenes de error de cualquier encuesta y la alta abstención que se acercará a unos 20 puntos más si se compara con 2017, la última semana pasa a ser clave en la configuración del mapa político del 14-F. Illa, Borràs y Aragonés están en condiciones de retener el voto que ya está decidido, pero rescatar sufragios de la abstención está en manos de Pedro Sánchez, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras. El que sea más efectivo y convincente de los tres se llevará el gato al agua.

La ley electoral española, a la que debemos someternos todos los medios de comunicación, nos impide seguir publicando encuestas a partir de las 00:00 horas del martes, cinco días antes del 14-F. Ningún partido ha hecho nunca nada por solucionar esta anomalía democrática que priva de información valiosa a los electores que han de recurrir a medios extranjeros para tener una información que los cuarteles electorales tienen con todo lujo de detalles. Como en 2017, intentaremos que nuestros lectores conozcan la evolución de la última semana de campaña y los movimientos que haya entre partidos. Dentro de la legislación, pero denunciando el encorsetamiento que existe.