"El miedo es el más ignorante, el más injusto y el más cruel de los consejeros."
Edmund Burke

Desde Ferraz se vendió esta campaña como una campaña experimental, una que iba a dejar atrás los mítines y las caricias a los bebés en los mercados para cambiarlos por más presencia en los medios y en las redes sociales; algo que ya vimos que se cumplió sobradamente con la sobredosis de entrevistas que ha concedido un presidente que durante su mandato se sometió a tan pocas. Después, con el paso de los días, hemos visto como las campañas siempre acaban en lo mismo, en lodos de brocha gorda, a los que pretenden que haya que adherirse si no quieres pasar por traidor desafecto. Eso sucede con esta, que ha mutado de experimental en experimentada, o sea, en lo de siempre.

No me gusta nada la campaña que están haciendo los socialistas. Nada. Ellos que salieron de chiqueros indignados por las acusaciones de mentiroso que pesaban sobre Sánchez y que han acabado tocando a rebato para que se reproduzca el esquema sobre su oponente, unas veces con razón y otras sin que ésta importe. Sánchez le contestó a Alsina que él no miente, que él cambia de opinión. Aplausos cerrados de la afición. Los otros creen que es un narcisista con el recurso perpetuo a la mentira y con la manía de crear realidades paralelas que caracteriza a una personalidad de ese tipo. Tras la pérdida por goleada del debate, la solución fue sobresaturar las aguas mediáticas hablando de las cabalgadas de no sé quién y de la sarta de mentiras que había soltado Feijóo que debieron ser demasiado para el veraz espíritu del presidente de Gobierno, que no dio en cómo desmontarlas.

"No nos merecemos un gobierno que mienta", la frase nos retrotrae a la llegada al poder de Zapatero y entonces era absolutamente claro que Aznar estaba mintiendo sobre la autoría del atentado más grave de la historia de España. Y era una mentira en toda su magnitud, porque sabían que la pista islamista era la única que se seguía y siguieron manteniendo la autoría de ETA porque les beneficiaba. Zapatero ha vuelto y está más presente casi que el verdadero candidato, que ya es decir. Los hombres de comunicación de Zapatero han vuelto, los Migueles están dirigiendo la campaña con mano firme. Al toque de silbato se ha puesto en marcha la caza del hombre, es decir, la conversión del oponente en una persona sin escrúpulos que miente y mentirá en todo momento y lugar. Ni siquiera voy a entrar en si llevan razón, aunque algunas de las cacareadas mentiras me parecen más bien errores de bulto. La cuestión es por qué solamente unas mentiras o unas inexactitudes o unas rectificaciones parecen peligrosas y otras no. La realidad es que no puedes plañirte de la despersonalización que buscan los ataques ad hominem de la derecha y luego salir a hacer algo muy similar.

Se ha puesto en marcha la caza del hombre, es decir, la conversión del oponente en una persona sin escrúpulos que miente y mentirá en todo momento y lugar

Sumar introdujo en su programa la creación de un organismo regulador de la profesión periodística que tuviera el poder de expulsar a los periodistas del ejercicio si no decían la verdad, una verdad que, por supuesto, ellos iban a auditar desde ese órgano. Cuando salto la liebre de tal barbaridad, Sumar se descolgó diciendo que era "un error", que alguien había metido en el programa cuando sólo era un documento de trabajo. ¿Nos lo creemos? ¿Nos creemos que una idea loca y antidemocrática llega al programa electoral por un error y sin que nadie la detecte? ¿Mintieron con esta excusa? En todo caso, el mero hecho de que a alguien se le ocurriera tan antidemocrático planteamiento ya estremece. Un tupido velo mediático sobre la cuestión.

Vamos al peaje de las autovías, ese en el que había mentido Feijóo. ¡Pues no va el director general de Tráfico al día siguiente y reafirma lo dicho en el debate por el candidato rival de su jefe? Claro que inmediatamente le hicieron rectificar. ¿Cuándo mintió Pere Navarro, antes o después de que le dieran el toque? ¿Miente Tezanos cuando no da ni una en ninguna elección o sólo usa su arte? Si eres un periódico de referencia y en pocos días te desmiente el exrey de España y la Comisión Europea, ¿has mentido o es que tus fuentes son mejores y los que mienten son ellos? Cuando te has engorilado toda la campaña en alertar de un futuro pacto PSOE-PP, que todos sabemos que no se producirá, como ha hecho Rufián, ¿mientes o haces política-ficción para convertirte en el voto útil? En lo de Vox ni entro. Todo su programa es imposible de llevar a cabo sin cambiar la Constitución, salir de la Unión Europea y abandonar la OTAN. Y estos sí que saben que jamás podrán hacer lo que predican.

Cuando el Gobierno firmó un acuerdo salarial con jueces y fiscales y ha efectuado su último Consejo de Ministros sin revalidarlo, dejando todo lo pactado en el aire, ¿mintió al negociar o es un cambio de opinión? Cuando Sánchez dice que si él pierde, habrá llegado el fin de la democracia, ¿miente o dice la verdad? Si dijera la verdad, la democracia ya estaría muerta, porque en un régimen en el que sólo se puede votar una única coalición de gobierno ya no existe la alternancia ni, por tanto, la democracia en sí. El recientemente fallecido Kundera afirmaba: "Comprender con Cervantes el mundo como ambigüedad, tener que afrontar no una única verdad absoluta sino un montón de verdades relativas que se contradicen, poseer como única certeza la sabiduría de lo incierto, exige una fuerza realmente notable". Y a nosotros, como herederos directos del Quijote, es a los primeros que no debería escapársenos tal planteamiento.

En realidad esto va de que la campaña experimental se frustró en el cara a cara y de que hay alrededor de un millón de indecisos en la zona central, que pueden decantar los resultados. Los dos grandes partidos están sumidos en una lucha sin cuartel por ellos. Feijóo porque calcula que si estos se le trasvasaran, como ya ha sucedido con un 9% del voto socialista, no necesitaría a Vox y podría gobernar en solitario, que es lo que desea, obviamente. En el cuartel socialista consideran que estos votos son muy sensibles a la credibilidad, que con los indecisos la sospecha de mentira sobre un candidato es demoledora. Así que han tocado el silbato y han puesto a todas sus terminales a convertir al candidato del PP en un marrullero entregado a la mentira sin ningún rebozo. No digo yo que no cuele trolas o verdades a medias o indefiniciones, lo que me pregunto es si lo hace en una manera exponencialmente distinta al resto de los candidatos. Es que soy muy de Brassens, qué quieren, y basta con que toquen el clarín para que yo desee quedarme en la cama igual. Mientras todo esto sucede, por lo bajines en según qué lugares socialistas se habla de cómo reemplazar a Sánchez si pierde, algo que el propio Feijóo considera imprescindible para sanear el sistema.

Así que ya hemos llegado al punto de enlodamiento masivo. Leo por ahí incluso que Sánchez se guarda una pella de lodo máxima para lanzarle a Feijóo durante el debate a tres en el que no estará presente. A saber. Yolanda ha vuelto a sacar la famosa foto de hace treinta años de Feijóo en el yate del narco Marcial Dorado. No deben andar muy sobrados de andanadas frescas.

A ver si me explico: que yo sé a quién voy a votar y quién deseo que gane, pero como periodista y analista, me niego a entrar en campaña para lograrlo. Algo que de facto se está produciendo hasta unos límites que me parecen inadmisibles y, si no, miren y lean. Toque de silbato. La campaña no era tan experimental, era la vieja historia de siempre.