De Cercas puedes pensar lo que quieras, pero si lo has leído, tienes la certeza de que seguramente es el mejor escritor en lengua castellana de su generación. Por eso su último libro sobre el papa Francisco es un regalo del cielo, aunque él no lo quiera reconocer. Llega justo en el momento preciso en que Francisco nos deja y se inicia todo un periodo en que las noticias harán que acabemos siendo expertos vaticanistas y haciendo quinielas con solvencia sobre quién será el nuevo Santo Padre.
No puedo hacer espóiler, porque el libro El loco de Dios en el fin del mundo todavía está caliente. Pero sí que puedo entrever que el buen lector que se lo haya hecho regalar o que se lo haya comprado este Sant Jordi, disfrutará como pocos no solo de su lectura, sino de todo lo que nos comparte sobre la dimensión desconocida de la fe. Sí. Parece imposible, ¿verdad? Cercas hablando de la fe. Es la versión más honesta que conozco del intelectual ateo y de izquierdas. No deja nunca de mirárselo todo con un punto imprescindible de humor y de ternura, fundamentales para acceder al terreno de la fe en la resurrección sin perder el norte. Porque, al final, el libro va de eso. Es todo lo que os diré. Lo tengo ya muy adelantado, pero no me lo he acabado porque me parece un despropósito correr con la lectura de uno de los libros de Cercas. Sería como deglutir una comida en uno de los numerosos restaurantes de estrella. Existe un ritual, y no puedes violentarlo. Pero ello no quita que haya cometido la indecencia de ver cómo termina. Imperdonable, pero necesario. Ahora os lo diré.
Acompañar al Santo Padre en su viaje a Mongolia a finales de 2023 es la excusa perfecta para escribir sobre su vida, y convertirlo en un brillantísimo ejercicio de confrontación de la Iglesia que él representa con la realidad del mundo. Cercas domina la realidad, por lo que ha vivido y por lo que ha leído. Como intelectual español de la democracia, tiene que ser necesariamente ateo. Pero ya no comunista, ni tampoco activista. Ateo sí, porque no se entendería que Cercas encarara el misterio de la trascendencia sin el bagaje de todos los literatos que lo han forjado: Borges, Unamuno y Nietzsche, para citar a algunos.
Todo va de una única pregunta: la resurrección de Jesús. Y al mismo tiempo todo va de una única respuesta, que solo un hombre con la fe de Bergoglio puede darle a un Cercas socarrón: por supuesto.
Cercas es un librepensador sin manías, y por eso no debe sorprendernos la única condición que pone para hacer el trabajo periodístico de escribir sobre el Santo Padre y su viaje. Solo pide un rato a solas con Francisco para preguntarle sobre la resurrección de los muertos. Concretamente, para pedirle si "le puedo decir a mi madre que, cuando se muera, va a ver a mi padre". Directo, sin ambages.
Y la respuesta de Francisco es tanto o más directa: "Con toda seguridad".
Aquí tenéis el núcleo del libro. La pregunta directa sobre la fe de su madre, y la respuesta directa del Santo Padre. El resto es una pequeña joya literaria, en parte biografía de Bergoglio, en parte resumen teológico sobre la fe, en parte historia de la Iglesia reciente, y en parte divertimento. Tratándose de Bergoglio y Cercas, tienes que tomártelo todo con un poco de sentido del humor.
Cercas descubre al hombre que hay detrás del Santo Padre. Un hombre que no se esconde detrás del título de Santo Padre. Y eso hace que Cercas lo sienta muy próximo. Un poco como nos ha ocurrido a todos. Iremos estos días descubriendo liturgias inacabables y seguramente necesarias. Nos explicarán cómo se posicionan las facciones de la Iglesia sobre la necesaria reforma o la imprescindible ortodoxia. Nos cansaremos de tanta conspiración vaticana, y pensaremos en El código Da Vinci. Esperaremos la fumata blanca con impaciencia, como si fuera una final de Copa. Nos informarán sobre la vida y milagros de los candidatos y finalmente del campeón de los campeones: el nuevo Santo Padre.
Os recomiendo, no obstante, que leáis a Cercas para saber qué se cuece de verdad en el Vaticano y en la Iglesia. Todo va de una única pregunta: la resurrección de Jesús, que debería cambiarlo todo. Y al mismo tiempo todo va de una única respuesta, que solo un hombre con la fe de Bergoglio puede darle a un Cercas socarrón: por supuesto. No hay ninguna otra pregunta posible para entender todo el lío que ha montado la Iglesia desde hace más de dos mil años, ni cabe otra respuesta oficial posible. Pero entre Bergoglio y Cercas dan la verdadera respuesta: todo es un juego de complicidades. La curiosidad de Cercas y la de Bergoglio tienen un mismo origen: quieren el misterio. Cercas quiere adentrarse críticamente, mientras que Bergoglio lo quiere vivir. No están tan separados. De hecho, son dos caras de la misma moneda. Uno está dentro, el otro fuera, pero a ambos les ha interesado el hombre como creación. Para uno, literaria, para el otro, divina. En la creación radica el misterio. Y en el libro de Cercas, un bellísimo relato del misterio de la vida de Bergoglio.