La suerte está echada. En unas horas todas las piezas estarán sobre el tablero.

Barcelona. Consejo de Ministros. Govern de la Generalitat. Policía Nacional. Mossos. Guardia Civil. CDRs, ANC, Òmnium. Societat Civil Catalana. Fascistas. Antifascistas. Republicanos. Monárquicos... marineros, soldados, solteros, casados, amantes, andantes y alguno que otro cruza despistao... (no me diga que no le ha venido a la mente la cancioncita).

Unos irán con el coche despacio. Desde las cuatro de la madrugada ya van saliendo hacia la Ciudad Condal. Y unos por aquí, otros por allá, parece ser que el acceso a Barcelona quedará prácticamente imposible. Y dentro: el caos. Eso sí: absolutamente pacífico. Pero si necesita moverse, use el metro, o el zepelín. Porque de otra manera lo va a tener complicado.

Y quizás por eso, los ministros y ministras han decidido cambiar de hotel para dormir. Y se desplazaron a última hora a uno cercano a ese lugar que incomprensiblemente han elegido para reunirse. Y eso que desde la Generalitat el pasado 20 de noviembre les escribieron para invitarles a reunirse en otro sitio (ya que habían anunciado su visita el 21 de diciembre), además de ofrecerles espacio para sus tareas. Pero no. La Llotja tenia que ser: a pesar de ser uno de los peores sitios entre los que se señalan por su dificultad a la hora de realizar un operativo de seguridad, supongo que tener cerca la comandancia del ejército le daría algún interés al asunto.

Sea como fuere, en unas horas se verá. Y de momento todos nos tenemos que alegrar del diálogo establecido en la tarde de ayer. Un documento incluso donde queda claro que ambas partes se ponen por fin de acuerdo en que no están de acuerdo. No está mal.

Algún malpensado podría creer que así el gobierno de España se pone la venda antes que la herida. Que da la imagen de ser dialogante, como pide Europa, y este viernes, si todo salta por los aires, podrá poner cara de póquer el señor Sanchez y decirle a Torra que lo siente mucho. Pero que en estas condiciones ni diálogo, ni acuerdo, ni nada.

Y claro, de darse esa violencia tan deseada por algunos como Casado o Rivera, es seguro que será por parte de alguien “anónimo”, de cara tapada, imposible de identificar. Eso si: en todas partes dirán que era indepe. Y así ya tenemos la "kale borroka” tan deseada por tantos que sólo saben inventarse relatos, enemigos, y titulaciones.

Este viernes puede que comience el Plan ZEN Catalán. De ahí mi insistencia todos estos días por pedir que la gente no se dejase engañar. Y no lo digo con aire paternalista, ni pretendo dar lecciones. Sencillamente, se trata de estar alerta e informar. Porque he comprobado cuando comparto momentos con mucha gente, de donde sea, que las mentes bienintencionadas desconocen de lo que ha sido capaz el Estado. Y Catalunya es la mayor preocupación que pueden tener ahora los muy españoles y mucho españoles. No la van a dejar “escapar” tan fácilmente como sería de manera democrática. No saben ni lo entienden. Y mucho me temo que la tendrán que liar para justificar su mediocridad.

Pero estoy segura de que Catalunya, la soberanista, en unas horas volverá a demostrar su valía. La de un pueblo digno y noble. Que está cansado y cabreado pero que sabe del momento en que se encuentra.

Un momento decisivo donde la no violencia, como vía Catalana, es más importante que nunca.