Comenzábamos la semana con la resaca de la gala de los Goya. Los comentarios, principalmente, eran unánimes: sobre los presentadores (Joaquín y Ernesto), su “especial” sentido del humor, las reacciones del público, los peinados de los peluqueros y las denuncias sobre los derechos de las mujeres. Esa reivindicación tan preparada, tan “de abanico”, tan de hashtag. Sin embargo, prácticamente nadie se pronunció sobre la actualidad política o social de España. Nadie comentó absolutamente nada sobre la situación de Catalunya. Y se echó de menos, aunque ya se sabe que en este país opinar cuesta caro, cada vez más. El mundo de la cultura y el arte se autocensura, se limita, se pone las mordazas él solito. Es lo que ha conseguido machacarnos sistemáticamente: al final la censura se la terminan aplicando automáticamente quienes deberían precisamente hacer gala de la libertad de expresión como bandera.

Fue Carles Francino, locutor de la cadena SER, quien lo señaló. Sí, en su programa de radio denunció la sorpresa que le había producido que nadie hiciera alusión a esas personas que se encuentran en prisión sin haber sido juzgadas. Y yo, personalmente, se lo agradecí, porque fue como respirar un poco de aire limpio. Poco a poco van apareciendo voces que trasladan el sentir de muchísimas personas que habitamos la piel de toro.

Es importante que se sepa y se conozca que existen, que existimos, a pesar de que nos traten de silenciar o nos señalen como en esa portada de Crónica Global que abría con nuestras caras, “acusándonos” a algunos de ser “cómplices de la independencia catalana”, como si el independentismo fuera delito.

Al final la censura se la terminan aplicando automáticamente quienes deberían precisamente hacer gala de la libertad de expresión como bandera

Lo cierto es que, a juzgar por los autos de Llarena, parece serlo, pues ante la solicitud de puesta en libertad de Jordi Sànchez el juez ha considerado que esta no procede porque Sànchez mantiene sus ideas independentistas. En la misma línea que el anterior auto sobre el ex conseller Forn. Va constatándose que en España pensar es delito. Así que, a partir de ahí, cualquier cosa puede suceder y, de hecho, cualquier cosa sucede.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado están en pie de guerra y ya le plantan cara a Zoido y a su gobierno. Su lucha es la de la equiparación salarial respecto de las policías autonómicas. Y una vez más, a pesar de tratarse de un hecho histórico en el que Guardia Civil y Policía Nacional se han unido por una misma causa, los medios de comunicación —voceros de este régimen— se empeñan en dar a entender a la ciudadanía que en realidad van contra los Mossos catalanes. Y no es cierto. Es más: desde el propio colectivo que se ha creado para exigir la igualdad salarial, JUSAPOL, se manifiesta que sienten un profundo respeto por aquellos, que hacen un trabajo con máxima profesionalidad, y además les agradecen la ayuda y colaboración para organizar la pasada manifestación en Barcelona el 20 de enero. Poco hablan los medios del hecho de que son más de cincuenta las manifestaciones de todos los policías y guardias civiles recorriendo toda España. No, lo importante es que parezca que solamente existió la de Barcelona; y de paso, por si alguien se da cuenta de que es una protesta masiva contra el gobierno del PP, allí se planta Albiol, como si la cosa no fuera con su partido. Una vez más, tratar de mentirnos a todos y engañar, mientras de paso se utiliza a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para politizar sus exigencias legítimas.

Dicho sea que quienes están alzando la voz, señalando a Zoido y plantando cara a todas las irregularidades e injusticias que se suceden dentro de la policía, están recibiendo medidas disciplinarias. Así le ha pasado esta semana a Alejandro León (Jandro Lión en redes sociales): un famoso agente que a través de internet consigue dar voz a miles de policías que quieren hacer su trabajo de una manera diferente.

De eso se trata: de amordazarnos, censurarnos y penalizar nuestros pensamientos porque la República quiere abrirse camino

Y es que, según Zoido, los agentes deberían callarse y agradecerle los días de relax que les regala una cadena hotelera en Murcia por haber ido a repartir hostias a Catalunya el 1 de octubre. Poco sabe este hombre, según parece, al respecto de lo que establece el artículo 422 del Código Penal, donde se deja muy claro en qué consiste el cohecho impropio.

Todos calladitos. Eso es lo que quieren el Partido Popular y sus cómplices. Y para ello se sirve de sus colaboradores necesarios, como lo es la Dirección de la Radio Televisión Española, que sacó una circular el miércoles y que el viernes ha tenido que retirar. En dicha normativa de uso interno para los trabajadores de la Corporación se daban las pautas para el uso de los soportes informáticos, así como de la información que en ellos se contuviera. Concretamente, se arrogaba la dirección la potestad de monitorizar los correos electrónicos de la plantilla, pudiendo controlar en todo momento la información que en ellos se gestiona. Atentando, claramente, contra los derechos fundamentales de los profesionales de la comunicación, amparados por el artículo 20 de la Constitución Española.

Y por si hubiera dudas sobre el interés en censurar, Cospedal manifiesta públicamente que, de seguir vigente la aplicación del artículo 155 de la Constitución, deberían intervenir la Radio Televisión pública de Catalunya. Precisamente porque no quieren que cosas como la chirigota de los mafiosos (https://www.youtube.com/watch?v=wUA861wCUg8) puedan ser vistas.

De eso se trata: de amordazarnos, censurarnos y penalizar nuestros pensamientos porque la República quiere abrirse camino y los últimos estertores del régimen harán lo posible para intentar frenarla.