¿Cómo puede un corazón latir una vez muerto? En el recuerdo de la gente que lo tiene presente. En la enseñanza de las lecciones que dio en vida. Unas raíces no llegan tan profundo ni duran tanto tiempo si no vienen de buena semilla. Hoy mismo, 30 de junio, una veintena de niños y niñas de entre 8 y 12 años empezarán un viaje resarcidor: durante una semana y en varias etapas, recorrerán en tren la distancia que hay de Bañuelos de Bureba al mar. De Burgos al Mediterráneo, haciendo realidad la promesa que Antoni Benaiges no pudo cumplir cuando el franquismo lo asesinó, en 1936. El maestro que prometió el mar respira de nuevo.
La iniciativa, llamada Misión Benaiges, está encabezada por la asociación que lleva el nombre de este maestro nacido en Mont-roig del Camp en 1903 y los niños, procedentes de Madrid, Bilbao y Granada —con también algunos menores de familias palestinas refugiadas en el Estado— estarán una semana viajando por Miranda de Ebro, Logroño, Tudela, Caspe y Maella (río abajo) hasta llegar al gran protagonista: el mar, que contemplarán visitando el pueblo natal de Benaiges, además de navegar y pasear por Tarragona, Vilanova i la Geltrú, Sitges y Barcelona, donde acabará su periplo el 7 de julio y siempre de la mano de varios educadores y voluntarios que los acompañan en esta aventura.
Aparte de las actividades lúdicas y festivas, la intención de esta Misión Benaiges —que este año llega apenas a la segunda edición— es hablar de memoria histórica, homenajear al maestro catalán y poner en valor la pedagogía practicada por toda una generación de docentes que durante la II República acercaron la escuela al alumnado, humanizando la enseñanza con métodos como el creado por Célestin Freinet. De hecho, Benaiges, antes de escoger el destino castellanoleonés (una escuela rural mixta que ahora acoge su museo), ejerció su magisterio en Vilanova i la Geltrú, donde se formó como freinetista, y su aula la bautizó con lo nombre de Batec [Latido], en alusión a los encuentros homónimos celebrados en Lleida a principios de los años treinta del siglo XX, en los que educadores de todas partes aspiraban a crear una mejor escuela, un proyecto que el golpe de Estado y la dictadura posterior frenaron en seco.
Noventa años después de su asesinato, otros niños verán el mismo mar que aquel maestro catalán, Antoni Benaiges, había prometido a sus alumnos
Hace 16 años, en la fosa común de las montañas de La Pedraja (Burgos), los investigadores hicieron aflorar más de un centenar de cuerpos, entre los que se sospecha que podría estar el de Antoni Benaiges, hoy todavía enterrado en algún rincón desconocido de aquella zona. Allí mismo, milagrosamente, aparecieron 45 cerebros y un corazón bastante bien conservados (que dieron título a un disco de Maria Arnal y Marcel Bagès). Ochenta años enterrados y los encontraron en buen estado, como si de un faraón se tratara, rebelándose contra el olvido. Una especie de momificación natural debida a la humedad y al tipo de suelo. Como pastillas de jabón petrificadas, algunas todavía con la bala dentro.
Aquella excavación llevó al fotógrafo y geógrafo Sergi Bernal a estirar el hilo en forma de exposición. El resto ya lo conocéis: el libro de Francesc Escribano, la película de Patrícia Font, la obra de teatro con dramaturgia de Alberto Conejero o la canción que quise dedicarle en mi quinto disco, después de descubrir su fosa mientras, en 2019, hacía el Camino de Santiago, que pasa muy cerca de allí. Ahora también le sumamos el viaje que el maestro no pudo hacer, un sueño que se convierte en realidad gracias al trabajo de Javier González, secretario de la asociación Escola Benaiges, y su equipo, a quienes conocí haciendo de peregrina. Noventa años después de su asesinato, otros niños verán el mismo mar que aquel maestro había prometido a sus alumnos justo antes de que estallara la guerra. Exhumar la historia. No hay poesía que pueda sostener tanta dignidad. ¿Y si aquel único corazón que encontraron enterrado fuera el suyo, que todavía nos muestra el último latido?
P.D. Para hacer posible toda esta logística, los organizadores han activado una campaña de micromecenazgo que pueda garantizar la completa gratuidad del viaje y las actividades a los pequeños, que se encuentran en situación de vulnerabilidad social: https://www.migranodearena.org/reto/segunda-misi-n-benaiges