Una nueva crisis del euro se ha puesto en marcha, y esta vez las cosas pueden ir más lejos porque Alemania ya no aguanta a Mario Draghi. El martes, el Tribunal Constitucional alemán confirmó haber recibido por parte de un grupo de empresarios un recurso contra la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), agregando que será “tramitado”. La demanda versa sobre si el BCE ha excedido su mandato al comprar deuda pública de forma extensa y al decidir empezar a comprar deuda corporativa.

El BCE ha desbordado los límites de su mandato 

La acusación de que el BCE ha desbordado los límites de su mandato fue realizada por el ministro de Finanzas germano, Wolfgang Schauble, tras las quejas de los jubilados y ahorradores alemanes, que se sienten perjudicados por los tipos de interés negativos. Este malestar ha propiciado el avance en las últimas elecciones del partido antieuropeísta AfD. Schauble atribuyó la responsabilidad de la progresión del populismo a las medidas de Mario Draghi.

El presidente del principal instituto alemán de análisis, IFO, Clement Fuest, ha declarado al diario WAZ que la decisión de comprar bonos corporativos “supone una invitación a traspasar los préstamos ofrecidos a compañías poco rentables o en apuros al BCE”.

El asunto ha tomado un nuevo cariz cuando Jens Weidmann, presidente del Bundesbank y miembro del consejo del BCE, dijo el lunes que “las medidas del BCE han desdibujado los límites entre la política monetaria y fiscal y han redistribuido la responsabilidad estatal sobre los balances de los bancos centrales”.

Este contundente comentario trata de responder al argumento de Mario Draghi cuando dice que “el BCE es independiente y que por tanto actúa al margen de los políticos”. Pues bien, al actuar adoptando medidas que corresponden a los Gobiernos el BCE está comportándose como un político. Y, entre iguales, cabe opinar. Por ejemplo, diciendo que Draghi se está extralimitando.

Al final, toda esta suma de quejas por parte de Alemania no es la que correspondería a un país miembro más del euro, si no que Alemania y el BCE es el modelo sobre el que se crea el BCE. El Banco Central Europeo se hizo a partir de un Bundesbank que sirvió de referencia para el resto de los bancos centrales europeos a lo largo de una década. Luego, cuando Alemania y el Bundesbank levantan la voz, quiere decir que se ha producido una desviación profunda y peligrosa acerca del origen.

Fue tal el nivel de confrontación que Peter Praet, el economista jefe del BCE, cuando dijo que la banca europea tiene ante sí un shock tremendo, fruto de sus desajustes internos y del peso de unos activos de baja calidad, de manera, dio a entender, que no son los tipos de interés negativos el origen de sus problemas.

Hace un tiempo, el abogado y economista Markus Kerber, ya presentó otro recurso ante el Tribunal Constitucional alemán, que decidió traspasarlo al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que avaló la legalidad del programa OMT, basado en operaciones de compras de títulos.

Pero ahora ya no se trata de una demanda ocasional, sino en un acto de protesta de las principales instituciones alemanas. Incluso Jens Weidmann se ha sumado pese a haber actuado con la máxima cautela hasta ahora, como le habría aconsejado Angela Merkel.

Detrás de toda esta historia se esconde un problema grave: qué hacer con la deuda, especialmente la de los países del Sur de Europa, que pesa seriamente sobre su capacidad de crecimiento futuro. En España, Francia o Italia, supera el 100% del PIB. ¿Deberían los países acreedores aceptar una quita? En su día estos últimos dijeron que no, y los países deudores se tragaron su frustración. Mario Draghi está efectuando esa quita a la chita callando. Por ejemplo, en España muchas empresas están sustituyendo deuda vieja por deuda nueva a tipos más bajos.

Pronto va a haber un debate sobre la política monetaria de tipos de interés negativos

El miércoles, Luis de Guindos, participó en Barcelona en un acto organizado por el Foro de Foros, que tuvo lugar en el Colegio de Economistas. Buen conocedor de los entresijos del Eurogrupo por pertenecer a él, comentó que “pronto va a haber un debate sobre la política monetaria de tipos de interés negativos”.

Guindos se mostró partidario de alcanzar una unión política en Europa para superar estas cuestiones. Pero esto no deja de ser apelar a un sueño para resolver un problema real. En cuanto salta un reto serio, como el de los refugiados, Europa no se une, se divide. Así que no hay solución por arriba. Y puede ser que tampoco lo haya por abajo. La dimisión de Draghi, que termina su mandato en 2019, no es descartable al 100%.