En el videoanálisis semanal que publico en ElNacional.cat te presentaba ayer el informe de la Rand Corporation, que recomienda al gobierno norteamericano poner el freno en la guerra de Ucrania y presionar a Kyiv para que se siente a negociar un acuerdo político con Moscú. Y lo hace porque considera que a Estados Unidos ya ha dejado de beneficiarle este conflicto. Supongo que han conseguido ya generar negocios suficientes y un cambio de los equilibrios mundiales para tenernos ocupados los próximos años. La cuestión que quiero abordar hoy es que es muy probable que comencemos a ver giros en la información, previos a giros en los hechos. Incluso, que descubramos cuestiones que no se nos habían contado durante estos ya doce meses de conflicto. 

Desde este rincón de opinión hemos intentado siempre poner sobre la mesa datos, análisis e información que buscaban el equilibrio tan difícil de conseguir ante la censura imperante en Occidente y la casi única presencia de la propaganda otanista. En estas líneas, me ha parecido importante rescatar un análisis de Scot Ritter, que ha sido publicado recientemente. El artículo de análisis, de este ex alto mando militar de los Estados Unidos y experto en geopolítica, titulado "La pesadilla de las armas de la OTAN a Ucrania" analiza y valora los riesgos y posibles consecuencias que puede haber para los socios de la OTAN, así como principalmente para Ucrania, y a nivel global la decisión tomada en Ramstein el pasado 20 de enero, de entregar armas, entre las que se encuentran los tanques, a Ucrania. "La reciente aprobación de Occidente de más asistencia militar para Kyiv corre el riesgo de una pesadilla nuclear", subraya el texto de Ritter.

A continuación, siguiendo el itinerario que marca Ritter en su exposición, pero recordando otros datos y puntos que me parecen relevantes, se exponen los motivos por los que podría plantearse una urgente negociación política con Moscú y los elementos clave de los errores cometidos.

Los caídos estarían revolviéndose en su propia tumba si supieran a lo que está apoyando ahora el continente europeo

El análisis de Ritter comienza recordando lo sucedido en la Segunda Guerra Mundial, cuando "temprano, en la mañana del 2 de mayo de 1945, el general Vasili Chuikov, comandante del 8º Ejército de Guardias soviético, aceptó la rendición de la guarnición alemana de Berlín". "Dos días antes, soldados de la 150ª División de Fusileros, parte del 5º Ejército de Choque soviético, habían izado el estandarte de la victoria del Ejército Rojo sobre el Reichstag. Una hora después de que se izara la pancarta, Adolf Hitler y su amante, Eva Braun, se suicidaron en su estudio dentro del Führerbunker".

Monumento a los caídos de la Guerra Soviética, Tiergarten, Berlín Occidental. Soviet War Memorial (Tiergarten) , Berlin
Monumento a los caídos de la Guerra Soviética, Tiergarten, Berlín Occidental

Recuerda Ritter cómo Chuikov había conducido a sus tropas al corazón de la capital nazi, "luchando contra los obstinados de la resistencia nazi en el distrito de Tiergarten de Berlín, donde se encontraba la guarida de la bestia nazi". "El general soviético fue recompensado por el coraje y el sacrificio de sus soldados al estar en condiciones de aceptar la rendición alemana". "En honor a este logro, y al sacrificio que supuso, el ejército soviético inauguró en noviembre de 1945 un monumento conmemorativo a lo largo del Tiergarten. Construido con mármol rojo y granito extraído de las ruinas de la Neue Reichskanzlei (la Nueva Cancillería Imperial) de Adolf Hitler, el monumento consiste en una columna cóncava de seis ejes unidos, flanqueada por artillería del Ejército Rojo y un par de tanques T.34, con una estatua gigante de bronce de un soldado victorioso del Ejército Rojo que vigila desde el pilón central". Los guardias soviéticos vigilaron este monumento hasta 1993, momento en que se retiraron de Berlín. Y desde entonces, el monumento se ha mantenido, recuerda Ritter, de acuerdo con los términos del Tratado de Reunificación de Alemana de 1990. Precisamente con motivo de la decisión de Alemania del envío de tanques Leopard, uno de sus diputados ha puesto en valor este monumento y ha pedido expresamente que todos hagan el esfuerzo de recordar su historia, y contra quién tuvieron que luchar sus abuelos.

Unas líneas para la memoria, para la contextualización, que según el autor del análisis, es fundamental para comprender por qué los homenajeados estarían revolviéndose en su tumba si supieran lo que está sucediendo ahora mismo en el continente europeo y a quién se está apoyando y financiando en esta guerra. El respaldo de los nazis ucranianos por Occidente y su presencia actual en las Fuerzas Armadas y Servicios de Seguridad estatales.

A continuación, repasa Ritter cómo la CIA ha financiado a los fascistas ucranianos, que, tras la Segunda Guerra Mundial, operaron de manera clandestina, "realizando operaciones de sabotaje y fomentando la ideología antisoviética-antirrusa entre una población donde los preceptos de la ideología nacionalista ucraniana eran fuertes". Estos nacionalistas ucranianos, tras el colapso de la Unión Soviética en 1991, comenzaron a tomar impulso y salir de su clandestinidad, organizándose en partidos políticos de ultraderecha, en los que se veneraba la imagen de Stepan Bandera. Sin un gran respaldo popular, jugaron un papel fundamental en los disturbios y violencia en las calles a principios del año 2014, recuerda Ritter. Estos disturbios configuraron un contexto de golpe de estado que hizo tener que abandonar a los gobiernos democráticos que habían sido elegidos en las urnas, como el de Víktor Yanukóvich​.

Recuerda Ritter la llamada telefónica que tiempo después salió a la luz, entre la subsecretaria de Estado Victoria Nuland (la misma que esta semana manifestaba en el Senado norteamericano su alegría porque el Nord Stream 2 sea un amasijo de hierros en el fondo del mar), y el embajador de Estados Unidos en Ucrania, Geoffrey Pyat, que tuvo lugar durante los días inmediatamente anteriores al derrocamiento de Yanukóvich, en febrero de 2014, donde se hablaba ya de quién reemplazaría al presidente de Ucrania: Yatseniuk. Explica el análisis que hoy comentamos cómo el nuevo presidente se organizó con los partidos políticos de extrema derecha pro Bandera. Sus integrantes ocuparon entonces cargos de responsabilidad en las Fuerzas Armadas de Ucrania, así como en los servicios de seguridad estatales.

Miembros de estos grupos de ultraderecha radicales forman parte, de manera voluntaria, desde entonces, de sectores de las fuerzas armadas regulares de Ucrania. Y subraya Ritter que, por ejemplo, una de las unidades creadas a raíz de la reorganización que se formuló en aquel momento, la 67ª Brigada Mecanizada Separada, recibe formación desde 2022 en Reino Unido. De hecho, el Ministerio de Defensa británico anunció en julio de 2022 que comenzaría a entrenar aproximadamente a 10.000 soldados ucranianos cada cuatro meses.

Esto, que no señala Ritter, no nos es extraño, puesto que en España también se está entrenando a tropas ucranianas, según ha confirmado el ministerio de Margarita Robles. Detalles importantes que suelen pasar bastante por alto los medios de la prensa occidental, puesto que estamos hablando de formaciones militares neonazis, como apunta Ritter.

La decisión de formación de estas tropas surge, según Ritter, de la asistencia militar aprobada durante la octava sesión del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania. Este grupo de contacto se reunió por primera vez en la base norteamericana de Ramstein, Alemania, en abril de 2022. La última reunión tuvo lugar, en este mismo enclave, hace una semana exacta. En ella, se abordó el envío de tanques, aunque de esa reunión no saliera el sí de Alemania, y eso que se había producido la dimisión de la ministra de Defensa en Berlín a comienzos de semana y se preveía que el nuevo ministro sería más permeable que ella al envío de los Leopard.

La escalada en el envío de armas ya estaba prevista

El envío de armas nuevas lo había previsto Zaluzhnyi, el comandante de las Fuerzas Armadas de Ucrania en una entrevista que dio a The Economist en diciembre de 2022. En ella, recuerda Ritter cómo se reconocía que el principal problema al que se enfrentaba Ucrania era la necesidad de mantener sus tropas en la línea defensiva del cinturón Soledar-Bakhmut, y no permitir que las tropas rusas se hicieran con más terreno. Y señalaba el comandante que, para febrero de 2023 (o sea, ahora), se esperaba que llegasen nuevas fuerzas y reservas, porque las tropas ucranianas estaban en una situación delicada. Estaba, pues, previsto que en febrero de 2023 la guerra en Ucrania escalase recibiendo armamento, tal y como acaba de aprobarse. Sin embargo, Soledar ha caído en manos rusas el pasado 12 de enero, y ha sido confirmado por Kyiv semanas después. Uno de los puntos que más temían desde el ejército ucraniano. "Necesito recursos. Necesito 300 tanques, 600-700 IFV [vehículos de combate de infantería], 500 obuses. Entonces, creo que es completamente realista llegar a las líneas del 23 de febrero”, decía entonces Zaluzhnyi. Y era explícito: si no se le entregaban estas armas, lo más probable es que Ucrania perdiera la guerra sin duda.

Durante el Foro Económico de Davos, que terminó el mismo día que comenzaba la reunión de Ramstein, Oleksii Reznikov intervino en nombre de Ucrania. Y lo hizo en un tono contundente: señaló que Ucrania estaba llevando a cabo una misión de la OTAN, pero que los muertos los estaban poniendo únicamente ellos, por lo que lo esperable, es que los socios de la OTAN proporcionasen armas. El secretario general de la OTAN respondió rápido confirmando que se enviarían más armas. Así fue como en la reunión de Ramstein del 20 de enero se estudió la petición de Zelenski y se selló el compromiso de enviar a Ucrania un paquete de apoyo de miles de millones de dólares, que incluye armas de defensa aérea, municiones de artillería, vehículos de apoyo y (quizás lo más importante, según Ritters) aproximadamente 240 de los 500 vehículos de combate de infantería que había solicitado, divididos aproximadamente en un batallón (59 vehículos) de M-2 Bradley de fabricación estadounidense, dos batallones (90 vehículos) de M-1126, un batallón (40 vehículos) de Marders alemanes y un batallón (aproximadamente 50 vehículos) de CV90 de fabricación sueca. El Ramstein Contact Group también prometió la entrega de cuatro batallones de artillería autopropulsada, que constaban de 19 Archer de fabricación sueca, 18 AS-90 de fabricación británica, 18 M-109 Paladin de fabricación estadounidense y una docena de CEASAR de fabricación francesa. Cuando se suma a las 24 piezas FH-70 remolcadas, el total de piezas de artillería que se envían a Ucrania asciende a poco menos de 100 piezas de artillería, muy lejos de las 500 solicitadas por Zaluzhnyi, sentencia Ritter.

Leía esta semana un interesante análisis en la prensa rusa, donde un experto militar evaluaba las necesidades del ejército ucraniano para poder hacer frente al ruso y defender mínimamente sus posiciones. En resumen, señalaba el texto que hacían falta, como mínimo, 1.800 tanques. Una cifra que ni de lejos se acerca a los 300 que pedía el comandante de las tropas, y mucho menos a lo que les va a llegar. Vaya usted a saber cuándo, porque esa es otra.

Respecto al entrenamiento de los soldados ucranianos para poder mantener el equipo, Ritter considera que "la realidad es que la mayor parte de este equipo no durará ni un mes en condiciones de combate; incluso si los rusos no lo destruyen, los problemas de mantenimiento lo harán". “Ni siquiera puedo comenzar a compadecerme de lo jodidamente horrible que es el mantenimiento de un Bradley”, señalaba un militar en información recogida por Reddit, para mostrar que las armas que se están enviando a Ucrania son realmente complicadas. Podríamos entrar en detalles, como hace Ritter, comentando cada tipo de tanque y arma enviada y los problemas en su mantenimiento y funcionamiento que han ido denunciando las tropas que han tenido que lidiar con ellos. Pero la conclusión es clara: Ucrania necesita más armas desesperadamente y las que les van a entregar resultan casi imposibles de utilizar.

Los fallos técnicos son un verdadero problema y a la vista está que los Leopard que España envía estaban en verano, según la propia ministra de Defensa, "en un estado lamentable". Algo parecido le ocurre a los tanques Marder de Alemania, que no han sido actualizados y que tienen muchos años. "Para operar adecuadamente los cinco equivalentes de batallón de vehículos de combate de infantería que se suministran a sus socios de la OTAN, Ucrania necesitará entrenar a sus tropas de mantenimiento en cuatro sistemas completamente diferentes, cada uno con su propio conjunto único de problemas y apoyo logístico/de repuesto por separado", apunta el experto. "Es, literalmente, una pesadilla logística que finalmente resultará ser el talón de Aquiles" de las decisiones tomadas en Ramstein.

La OTAN estaría creando potencialmente las condiciones bajo las cuales Rusia sería capaz doctrinalmente de emplear armas nucleares

Ritter, analizando a su vez las palabras del secretario de Defensa británico, Ben Wallace, explica de qué manera Rusia podría sentirse justificada para utilizar armas nucleares: "Wallace parece ignorar que al facultar a Ucrania para que expulse a las tropas rusas de lo que son —tras la anexión de los cuatro antiguos territorios ucranianos (Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón) en septiembre pasado— parte permanente de la Federación Rusa, la OTAN estaría creando potencialmente las condiciones bajo las cuales Rusia sería capaz doctrinalmente de emplear armas nucleares". Una valoración, en términos mucho más simples, ha hecho Donald Trump esta semana, al conocer el envío de los 31 Abrams por Biden.

El envío de armas para sacar a los rusos de unos territorios que han sido declarados parte de la Federación Rusa sitúa el conflicto a otro nivel. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov advirtió en una rueda de prensa que "no será un buen augurio desde el punto de vista de la seguridad global y paneuropea", por si alguien tenía dudas.

El análisis de Ritter afirma que las consecuencias de la decisión tomada en Ramstein el pasado 20 de enero serán mucho más perjudiciales para Ucrania que para Rusia. Y en este sentido, podemos empezar a ver cómo expertos de referencia valoran y apuntan al hecho de quién podría perder la guerra en estos momentos (y a partir de ahora). Empieza a valorarse la derrota de Ucrania y todo lo que puede conllevar si no hay un replanteamiento de las decisiones.

Cuando puede que estemos ante el giro en los acontecimientos y el relato, no me cansaré de insistir, especialmente a los lectores que se consideran lejanos al nazismo, en la denuncia de haber estado apoyando a Zelenski en su guerra. Ahora que comenzamos a escuchar discursos, tenues y lejanos, como los de Unidas Podemos, Bildu o ERC que asoman la cabeza para decir con la boca pequeña que ya sería hora de dejar de enviar armas a Kyiv, es importante recordar cómo aplaudían en el Congreso de los Diputados al fan de Bandera. Y cómo se le ha estado enviando dinero público para masacrar a sus propios ciudadanos, además de inundar de corrupción un país en guerra, y ponernos al borde de un conflicto mundial. Ese que ha prohibido partidos de la oposición, medios de comunicación y que ha defendido el genocidio al este de lo que considera su país, desde 2014. Ese al que la mayoría de ustedes ha permitido que apoyemos.