No existe un sistema de medición estadística consolidado y reconocido relativo al consumo de productos ecológicos en Catalunya, como tampoco en otros países con más sensibilidad con respecto a este tipo de producto. Se hacen aproximaciones al consumo real a través de sistemas de encuestas en muestras de la población, pero no en estadísticas oficiales de consumo, en las cuales no se distingue entre productos ecológicos y convencionales. El hecho de no existir definiciones lo bastante precisas y el abuso que se hace a menudo de los términos eco, bio y similares, no ayuda a incorporar este tipo de información en las estadísticas oficiales. Sin embargo, de las encuestas de demanda se deducen dos cosas: el producto ecológico todavía es cosa de minorías, pero está en fase de crecimiento.

Por el lado de la oferta, la información es un poco mejor, en gran parte gracias a la existencia de entidades de regulación y control. En Catalunya en concreto, la autoridad en la materia es el Consell Català de la Producció Agrària Ecològica (CCPAE), una corporación de derecho público tutelada por el Departament d'Agricultura, creada en el ya lejano 1994. Este consejo controla la aplicación del régimen de control establecido por la normativa europea de producción ecológica, garantiza que los productos que llevan su etiqueta han sido producidos o elaborados siguiendo la normativa de la agricultura ecológica y que han sido controlados en todo su proceso de producción, elaboración, envasado y comercialización.

Con los años que tiene la institución, el CCPAE ha ido generando información estadística interesante sobre el alcance de algunos aspectos de la producción ecológica en Catalunya. Aquí quiero recoger algunos datos que ofrece el Observatorio de la Agricultura y la Alimentación Ecológicas relativos específicamente al sector "agricultura ecológica" en Catalunya, con perspectiva temporal desde 2000 a 2021.

La superficie total actual en régimen de producción ecológica en Catalunya es de 52.532 hectáreas

La superficie total actual en régimen de producción ecológica es de 52.532 hectáreas y los que siguen son los diferentes cultivos a los cuales están dedicadas estas hectáreas, su peso sobre el total de Catalunya y su evolución.

Globalmente, el número de operadores inscritos en agricultura ecológica ha pasado de 450 el año 2000 a cerca de 5.000 en el 2021. Por cultivos, el primero de todos es la viña. En Catalunya hay más de 27.000 hectáreas de viña ecológica, lo cual representa el 42% del total de la viña existente en el país. Este es, a distancia del resto, el cultivo donde más se ha implantado y extendido la producción ecológica. En 2000 había 449 hectáreas certificadas, en 2010 eran unas 4.600 y esta cifra se ha multiplicado hasta ahora por 5.

El segundo cultivo ecológico en extensión es el del olivo, con 9.666 hectáreas, lo que representa el 8,2% del total de este cultivo en Catalunya. La progresión del olivo ecológico la ilustra el hecho de que en 2000 las hectáreas dedicadas eran unas 1.300, en 2010 poco más de 3.900, y ahora se orientan hacia las 10.000.

El tercer cultivo ecológico en número de hectáreas es el de cereales y leguminosas, que suman en la actualidad cerca de 9.000 hectáreas (menos de 4.000 en 2010 y menos de 1.000 en 2000). Sin embargo, solo representan el 2,4% del total de superficie dedicada a estos cultivos en Catalunya.

Los frutos secos son el cuarto cultivo con cerca de 4.000 hectáreas (6,3% del total de frutos secos de Catalunya), después de seguir una dinámica clara de crecimiento (el triple que en 2020 y 8 veces el de 2000).

De los productos que nos ponemos a diario en el plato, la fruta y la verdura ecológicas también han crecido mucho, pero todavía estamos hablando de superficies relativamente pequeñas: 1.700 hectáreas de fruta (4% del total de fruteros catalanes) y 800 hectáreas de verduras (el 8,4% del total de huerta de Catalunya). Finalmente, los cítricos suman 250 hectáreas (un 2,9% del total de cítricos).

Excepto en el caso del vino, pues, estamos ante cultivos minoritarios pero muy dinámicos, en vías de crecimiento, como respuesta a una concienciación progresiva con respecto a la salud y a la preservación del medio ambiente, más entre la gente más joven, que son el futuro.

Por cierto, para los que se animen a adentrarse en este tipo de productos, presten atención a la etiqueta de producto certificado, ya sea con una hoja verde de la UE (dispuesta en horizontal), ya sea (en el caso catalán) con el distintivo de un pictograma rectangular vertical que reza "CCPAE".

¡Buen provecho y salud!