A lo largo del día he recibido 7 mensajes de gente muy diversa invitándome a ver el reportaje que el programa "Sense Ficció" de TV3 tenía programado para esta noche del martes. Twitter también iba lleno. Me ha recordado el fenómeno "Ciutat morta". Con tres grandes diferencias: 1/ aquel documental se pasó por el Canal 33 y no por TV3, 2/ aquel documental no lo pudimos ver entero porque un juzgado de BCN envió a Televisión de Catalunya una notificación obligando a eliminar 5 minutos que podrían suponer una violación del derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen del denunciante, Víctor Gibanel, ex jefe de información de la Guardia Urbana y 3/ aquel documental, creo, influyó decisivamente en los resultados que hubo en BCN en las elecciones municipales celebradas poco tiempo después.

Veremos qué consecuencias, si es que tiene alguna, provocan este relato de 38 minutos de duración y producido por Mediapro (Jaume Roures).

La pieza se podría haber enfocado de muchas maneras y se ha optado por mostrar cronológicamente lo que sucedió aquel día. Ni más ni menos. Sin añadir ni quitar nada. A muchos, incluidos unos cuantos que hablarán sin haber visto el documental, no les gustará lo que se ha visto y se reforzarán las críticas contra TV3. Pero, oigan, tengo una mala noticia: lo que hemos visto hoy es lo que pasó exactamente el 1 de octubre. ¿Y qué pasó?

Ahora le explico. Pero antes, oiga este fragmento de la banda sonora que hemos escuchado de fondo en algunos momentos...

¿Qué, no la reconoce? Muy sutil, prácticamente inapreciable, pero es la tonada del grito de guerra que quedará como símbolo de aquellos días: "Las calles serán siempre nuestras". Vuelva a escuchárselo y verá como sí...

Y ahora vamos ya, pues, a la explicación de lo que pasó. Pues, tal como muestra el documental, simplemente pasó que una parte importante de la gente de un país decidió que quería votar. Se organizó, resistió y lo consiguió. Y eso es lo que hemos visto, la gente. Los protagonistas son gente anónima. Son todo el mundo. Sí, es cierto que aparecen intervenciones de la actriz Silvia Bel comentando la jugada. Y, sí, también vemos al filósofo Xavier Antich haciendo de presidente de una mesa. Y en un momento fugaz vemos a Jordi Graupera. Pero lo que se transmite es que aquello fue un éxito de gente anónima que se unió con otra gente anónima. Queda muy claro en un momento dado cuando una de las personas que estuvo defendiendo uno de los colegios dice a cámara: "tuvimos la sensación de hacer comunidad". Y, efectivamente, fue eso. Exactamente eso.

Y la otra realidad que muestra el documental es la cantidad de personas mayores que, a pesar de las dificultades propias de la edad y de la lluvia, quisieron ir a votar y lo consiguieron.

Como imágenes destacadas, el momento en que tres policías encapuchados arrancan una urna de los brazos de una mujer que se resiste, cuando un policía dispara la pelota de goma que dejó sin un ojo a Roger Español y cuando una señora mayor, delgada, y con una mirada decidida le dice a una chica que tiene al lado: "a mí, para lo que me queda... pero las urnas no se las llevan".

Decía antes que el documental podría haberse enfocado de muchas maneras. Y una de las posibles podría haber sido hacer más sangre con la actuación policial. Incluso añadir imágenes no grabadaspor los equipos de Mediapo para añadir más dramatismo. Pero la cosa no iba de dramatismo. Insisto, iba de mostrar gente unida para alcanzar un objetivo. Iba de la fuerza de la gente. Y mire si no se ha querido hacer sangre, que todos los policías aparecen con la cara y el número pixelado.

Antes de la sorpresa final, ha habido un corte publicitario que ha servido para toparnos con lo que algunos llamarían "la Catalunya real". Y esta Catalunya real se llama el anuncio aquel del "aquí y ahora, Aurgi está de moda..." que es como un habitante de Raticulín aterrizando en una feria medieval de estas que llenan nuestros pobres pueblos y ciudades. Y, enseguida, la sorpresa que le comentaba. Cuando ya había acabado el documental, ha aparecido una imagen encuadrada con el momento de la comparecencia que aquel noche hizo Mariano Rajoy diciendo "hoy no ha habido ningún referéndum de autodeterminación". ¡¡¡SEN-SA-CI-O-NAL!!! Fino, fino...

Y ahora, si quiere, nos podemos jugar un guisante a que ninguna cadena española generalista pasará este documental. Bueno, o mejor... ¿sabe qué? Dejémoslo estar porque lo ganamos seguro. En esta democracia donde la libertad de expresión brota sin traba, tampoco hay que abusar con las apuestas.