El partido entre Bélgica y Túnez, que ha acabado con goleada de los diablos rojos, ha dejado una imagen conmovedora. El seleccionador del combinado derrotado, Nabil Maaloul, no ha podido contener las lágrimas antes de que empezara el partido.

Cuando el himno de su país ha resonado por los altavoces del estadio del Spartak de Moscú, el entrenador tunecino ha estallado a llorar y no ha podido parar hasta que el mismo se ha acabado. Las lágrimas del técnico demuestran el amor de Maaloul hacia su país.

"Quiero pedir disculpas a nuestros aficionados, sobre todo a los muchos que nos han apoyado desde la grada. Hemos hecho lo que hemos podido, pero Bélgica ha sido muy superior. Su calidad es inmensa. Intentaremos mejorar en el futuro", ha explicado Maaloul, el equipo del cual se ha despedido de forma prácticamente definitiva del Mundial, una vez finalizado el duelo.