El Mundial de Rusia 2018 sigue siendo la competición perfecta para los anfitriones. El conjunto ruso sigue sin rival, nadie puede resistir a su efectividad y el último en caer ha sido el Egipto de Mohamed Salah. Ni el gran faraón del conjunto africano ha podido agujerear una Rusia que sigue goleando a placer (3-1).

Combate sin estrategia

Arranca la segunda jornada de la fase de grupos y la gran triunfadora del inicio del Mundial sigue a un nivel espectacular. Rusia, habiendo demostrado en el partido inaugural contra Arabia Saudí que una manita era la mejor manera de empezar y de convencer al mundo, ha repetido exhibición contra Egipto.

En el primer tiempo no ha habido dominador claro. Tanto los egipcios como los rusos han tenido unos primeros 45 minutos de mucho trabajo, lleno de esfuerzo y con muchas ocasiones frustradas. Siempre que aparecía una ocasión clara todo acababa en nada.

Alguna intervención de Salah, algún remate de Trezeguet y poco más de los africanos. Por parte de los rusos algún arranque con intenciones, algún disparo aislado y muchas llegadas de las bandas. Pero ningún gol.

Rusia destroza

Pero justo en iniciarse la segunda mitad, la selección rusa ha cambiado la cara. Los locales han entrado en modo arrollador. Y sólo han tardado dos minutos en tener una ocasión muy clara, y el defensa egipcio Fathi se ha hecho un autogol.

Una primera alegría para todo el estadio de San Petersburgo, lleno de seguidores rusos, que no han tardado mucho más en seguir celebrando una nueva goleada de los suyos.

Cheryshev ha hecho el segundo de los rusos en el minuto 59 y Dzuyba el tercero tres minutos después. Tres goles que han permitido respirar a la afición local y seguir con el pleno de victorias. La alegría, sin embargo, se ha convertido en nervios después de un penalti transformado por Salah, tras una nueva intervención del VAR.

Han pasado los minutos, Egipto ha buscado el empate a la desesperada, pero no ha habido más cambios. Victoria de Rusia, ocho goles a favor, uno en contra, seis puntos en el Grupo A y a punto de certificar el pase a los octavos de final. Egipto tiene la clasificación prácticamente imposible.