La selección española sufre, queda en evidencia y muestra todas las vergüenzas defensivas contra Marruecos, pero el VAR acaba decidiendo (2-2). El resultado en el estadio de Kaliningrado combinado con el también empate de Portugal da el liderato del Grupo B a los españoles. Y España reabre una crisis de juego que se cura con la nueva tecnología.

Iniesta marca el ritmo inicial

Suerte que Iniesta sigue haciendo disfrutar a todo el mundo en el Mundial de Rusia 2018. Gracias a él el inicio del partido entre España y Marruecos ha tenido algún sentido. Aparte que el combinado español se jugaba pasar a los octavos de final, en el estadio de Kaliningrado no ha habido más alicientes de el que Iniesta quería.

El futbolista de Fuentealbilla ha deleitado al público presente en el escenario más meridional de este torneo con su fútbol diferencial. Cada balón que ha pasado por sus pies ha sido una nota más de color y de ilusión para todo aficionado al fútbol.

Si España creaba peligro era porque Iniesta lo generaba. Y también ha intervenido en todas las ocasiones destacadas de la primera parte del partido. También por el contrario de los intereses españoles. El primer gran error del partido ha sido en el minuto 14 con un pase en que no se han entendido el mismo Iniesta y Sergio Ramos en la línea del medio del campo. Boutaib lo ha aprovechado para montar un contragolpe letal que no ha podido frenar ni Piqué ni De Gea, ya vencidos.

Un error, sin embargo, que ha arreglado cinco minutos después el ya mencionado Iniesta. Sí, el futbolista total, porque también ha originado el empate. Iniesta ha hecho uno de sus cambios de ritmo habituales, ha llegado a la línea de fondo y le ha regalado el gol a Isco, que no ha fallado. Una jugada que se ha ido repitiendo, siempre con el manchego de protagonista. Un futbolista que ha marcado el ritmo y aunque con 34 años algunos lo quieran retirar y ya haya empezado a dar un paso al lado marchándose a Japón, su magia sigue bien presente.

España se apaga, pero el VAR decide

Y con el paso de los minutos Iniesta ha ido perdiendo protagonismo. España ha basculado hacia la magia de Isco y el medio del Madrid se ha convertido en el alma española. Pero mucho pase, mucho dominio y muy poca profundidad.

Diego Costa se ha convertido en un estorbo para el combinado español. Pocas intervenciones y muy poca precisión en los últimos metros. Marruecos se ha cerrado muy bien y no ha hecho más que esperar los errores rivales para buscar el contragolpe.

Cuando España ha fallado, los marroquíes han creado mucho peligro, pero la posesión y el dominio ha sido español. El empate era bueno para los de Fernando Hierro y tampoco ha habido desesperación. Mucha idea y mucho balón, pero sin soluciones en los últimos metros.

Marruecos siempre ha confiado en sus posibilidades y ha podido marcar el segundo gol gracias a un gran remate de cabeza de En-Nesyri. España flirteaba con la eliminación y quedaba muy tocada.

Pero una nueva intervención decisiva del VAR (videoarbitraje) en el tiempo añadido de la segunda mitad ha dado por bueno un gol anulado a Iago Aspas. El del empate. Se ha hecho justicia. Al final reparto de puntos que combinado con el también empate de Portugal deja definitivamente a los españoles como primeros de grupo. España ahora se verá las caras en los octavos de final contra Rusia el próximo domingo a las 16.00h.