Agosto es el mes del año en el que se producen más desplazamientos en coche. Y en plena transición hacia la electrificación, cada vez es más habitual ver familias que se desplazan en un coche eléctrico para disfrutar de su periodo vacacional. No obstante, lo que puede parecer un viaje relajante sin ruidos ni contaminación, puede convertirse en un auténtico vía crucis. Existen varios problemas que afectan a millones de conductores que no han planificado bien el viaje.
La batería se gasta más rápido cuantos más recursos necesitamos
Hoy en día existen muchos modelos que usan baterías de 70 kWh o más que permiten recorrer varias centenas de kilómetros. No obstante, la duración de la batería, como ocurre con los teléfonos móviles, por ejemplo, puede verse mermada cuantos más recursos necesita. Es decir, el peso que lleva el vehículo, el uso del aire acondicionado, si ponemos a cargar algunos dispositivos como un smartphone o una tablet mediante las conexiones USB, etc. Asimismo, de igual forma que llevar las ventanillas bajadas genera un gasto superior de combustible debido a la resistencia que genera, también produce un gasto mayor de energía.
Y claro, cuando empezamos a quedarnos sin batería, a muchos conductores se les desata la llamada ansiedad energética. Esto es ver que queda poca batería y temer quedarte tirado. Es como ir en reserva y no encontrar ninguna gasolinera mientras vamos por la autovía.
Problemas con la red de puntos de recarga en España
Aunque los verdaderos problemas pueden llegar cuando llegamos al cargador de turno. Por un lado, el tiempo de carga que requieren. En este sentido, existen muchos cargadores públicos de entre 5 y 7 kilovatios. Pero solo se permite usarlos durante tres horas, lo que no nos permitirá obtener mucha energía. Una batería de 40 kWh se quedaría por debajo de la mitad. Es decir, no solo implica una gran pérdida de tiempo sino que además nos iremos con poca batería. Puede que en un trayecto de 400 km solo tengamos que parar una vez. Pero imagina un viaje más largo en el que tengas que parar dos o más veces. Es posible que tengas que parar a hacer noche.
En este sentido, se recomienda no esperar a cargarlo cuando la batería está bajo mínimos. Las baterías se cargan más rápido cuando están por encima del 10% o el 20% que si empiezas casi desde cero.
Cabe decir que cada vez hay más supercargadores en las carreteras españolas, pero no es barato usarlos. Ahorrarás tiempo, pero no sale tan a cuenta en comparación con la gasolina o el diésel.
Los problemas no acaban aquí. Según datos publicados antes de verano por Anfac, la asociación española de fabricantes, uno de cada cuatro cargadores en España no funcionan. Concretamente, 6.475 están fuera de servicio, lo que representa ni más ni menos que el 24 por ciento del total.
Dicho esto, si tienes un coche eléctrico, dedica algo de tiempo antes de salir de viaje a planificar tu ruta para no encontrarte con sorpresas. Estudia los puntos donde vas a parar, eligiendo lo que más te conviene y, si tienes la posibilidad, busca la forma de comprobar si el cargador elegido está en funcionamiento. Y no esperes a cargarlo a última hora.