El Honda Civic Advance ha cambiado el panorama en el segmento de los compactos híbridos, hasta ahora dominado con comodidad por el Toyota Corolla. La última generación del Civic ofrece una propuesta que no solo iguala al modelo de Toyota, sino que lo supera en casi todos los apartados. El diseño, el comportamiento dinámico, la eficiencia y la dotación de serie lo sitúan en un nivel superior. De ahí que muchos hablen ya de “Toyota, en apuros”: el Corolla, que durante años fue la referencia, se enfrenta a un rival que ha subido claramente el listón.
El Civic Advance estrena una arquitectura más baja y ancha, con una imagen sobria pero muy trabajada, que lo diferencia de la silueta más conservadora del Corolla. Además de ser más atractivo, este diseño mejora la aerodinámica y contribuye a unos consumos muy ajustados. Bajo el capó, el sistema híbrido autorrecargable de 2.0 litros con dos motores eléctricos ofrece una entrega de potencia suave y contundente, con cifras de consumo en torno a los 4,9 l/100 km en uso real. La combinación de eficiencia y rendimiento deja al modelo de Toyota en una situación delicada, ya que el Civic logra gastar menos sin sacrificar placer de conducción.
Cabe destacar que, aunque el Civic es más caro que el Corolla, llega mucho mejor equipado en todos los sentidos. Desde las versiones Advance incluye asistentes de conducción de última generación, un sistema multimedia completo con pantalla de gran formato, faros LED, acabados interiores de mayor calidad y detalles propios de segmentos superiores. Llama especialmente la atención cómo Honda ha afinado la presentación del habitáculo: materiales suaves, ajustes precisos y un diseño minimalista que transmite una sensación de solidez y refinamiento impropia de un compacto generalista.
Un compacto que juega en otra liga
La experiencia de conducción es otro de los apartados en los que Honda se ha distanciado de Toyota. El Civic Advance ofrece una dirección más comunicativa, una suspensión que equilibra confort y agilidad y un chasis que invita a una conducción más gratificante sin comprometer el confort diario. En comparación, el Corolla se percibe más plano y menos sofisticado en el trato al volante.
Este planteamiento global hace que el Civic Advance se acerque mucho más al universo de las marcas premium que al de las generalistas. No solo es cuestión de diseño o de calidad interior, sino de la sensación de estar ante un producto más elaborado y con un nivel de detalle superior. Incluso su mayor precio deja de ser un obstáculo al comprobar la dotación de serie y la percepción de valor que ofrece.
El resultado es un modelo que ha redefinido su categoría. Con el Civic Advance, Honda no se limita a competir con Toyota, sino que la desplaza de la referencia que ostentaba con el Corolla. Más caro, sí, pero también mejor en todo, el nuevo Civic ha logrado un estatus que lo acerca a las premium y que obliga a Toyota a reaccionar si no quiere ver cómo su liderazgo se desvanece.