Toyota ha reforzado el carácter aventurero de su SUV compacto con la llegada del nuevo RAV4 Woodland, una versión que introduce un tratamiento estético y técnico claramente orientado al uso fuera del asfalto. Aunque mantiene la base del exitoso RAV4 híbrido, este acabado aporta un aire más robusto y capacidades ampliadas para desenvolverse en entornos naturales, sin abandonar el confort y la eficiencia que definen al modelo.
El RAV4 Woodland destaca visualmente por su presencia más rotunda. Incluye llantas de aleación específicas en tono bronce, molduras en los pasos de rueda, protecciones en los bajos y barras de techo reforzadas. Los colores de carrocería elegidos, como los verdes y grises mate, subrayan su vocación off-road, mientras que el diseño de los paragolpes, más voluminoso y funcional, mejora los ángulos de ataque y salida. Este conjunto estético, sumado a los neumáticos todoterreno de perfil alto, lo aleja claramente de la imagen de SUV urbano.
Bajo su imagen diferenciada, el Woodland incorpora una suspensión ajustada con componentes específicos que aumentan la distancia libre al suelo hasta superar los 200 mm. Esta modificación, junto con los neumáticos de uso mixto, permite una mayor soltura sobre terrenos irregulares, caminos de tierra o superficies deslizantes, sin comprometer la comodidad en trayectos convencionales. La tracción total electrónica y el modo Trail optimizan la respuesta del sistema híbrido en situaciones de baja adherencia, gestionando de forma inteligente el par entre ejes para maximizar la tracción.
Ajustes específicos y mayor versatilidad fuera del asfalto
El sistema de propulsión mantiene el motor híbrido de 2.5 litros combinado con dos unidades eléctricas, ofreciendo una potencia conjunta en torno a los 219 CV. Esta mecánica, ya conocida por su eficiencia y fiabilidad, se adapta ahora a un uso más versátil, ideal para quienes alternan entre el asfalto y rutas al aire libre. Cabe destacar que esta configuración no solo conserva las prestaciones habituales del RAV4 en carretera, sino que añade una capacidad extra cuando las condiciones se complican.
En el interior, el acabado Woodland no renuncia a la dotación habitual de confort y tecnología. Integra pantalla táctil central, instrumentación digital, climatización bizona, sistema de sonido optimizado y una completa dotación de asistentes a la conducción. Todo ello con una presentación sobria, funcional y alineada con la filosofía robusta del conjunto.
El RAV4 Woodland no pretende rivalizar con modelos de corte extremo como el Land Cruiser, pero sí amplía el espectro de uso del SUV híbrido más vendido de Toyota. En este sentido, ofrece una solución equilibrada para quienes buscan eficiencia diaria y, al mismo tiempo, desean aventurarse fuera del asfalto con garantías. Un modelo que no solo refuerza su identidad SUV, sino que la traduce en una propuesta más completa y preparada para explorar.