Hay coches que entran por los ojos y otros que conquistan con la cabeza. El Skoda Octavia pertenece al segundo grupo. No tiene la estética agresiva de un SUV ni los aires deportivos de un coupé. Es discreto, sobrio y, para algunos, incluso poco atractivo. Pero ahí está la clave: va contra las modas. Y eso lo convierte en un coche racional que, además, puede ser tuyo por solo 200 euros al mes.
Su propuesta financiera es tan directa como tentadora. Con una entrada inicial de poco más de 5.700 euros y una cuota mensual fija, se convierte en un modelo al alcance de muchos bolsillos. La última cuota, cercana a los 20.500 euros, permite decidir si quedarse con el coche o cambiarlo. Frente a rivales como el Audi A5, el Citroën C4 X o el Toyota Corolla Sedán, el Octavia juega con el precio y la sensatez como principales bazas.
No es la berlina más popular, pero merece ser tenida muy en cuenta
En dimensiones, está más cerca de una berlina de gama alta que de un compacto tradicional. Mide 4,69 metros de largo, 1,82 de ancho y tiene una batalla de 2,68 metros. Esto se traduce en un interior muy amplio, tanto delante como detrás. El maletero merece mención aparte: con 600 litros de capacidad mínima, se convierte en uno de los más grandes de su segmento. Perfecto para familias viajeras o para quien necesita espacio extra sin tener que dar el salto a un SUV.
El corazón del Octavia es un motor 1.5 TSI de gasolina con cuatro cilindros turboalimentados. Rinde 115 CV y 220 Nm de par, suficientes para moverse con solvencia en todo tipo de trayectos. A esto se suma la ayuda de un sistema mild-hybrid que mejora la eficiencia y otorga la etiqueta ECO de la DGT. Asociado a una caja de cambios DSG automática de siete marchas y tracción delantera, acelera de 0 a 100 km/h en 10,6 segundos y alcanza los 203 km/h. Todo con un consumo oficial de 4,9 litros a los 100 km.
Cuenta con la etiqueta ECO y con un equipamiento muy completo
Pero lo que más sorprende es su equipamiento de serie. Incluso en el acabado Selection, el Octavia trae llantas de 16 pulgadas, faros LED, cámara trasera, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, además de acceso y arranque sin llave. En el interior, el conductor disfruta de un cuadro digital de 10 pulgadas, mientras que en el centro del salpicadero destaca una pantalla de 13 pulgadas compatible con Apple CarPlay y Android Auto. Un despliegue tecnológico más propio de segmentos superiores.
El confort tampoco queda atrás. El climatizador bizona, los materiales de calidad en el habitáculo y la buena insonorización convierten cada trayecto en una experiencia cómoda. Skoda apuesta por la funcionalidad sin artificios, demostrando que no hace falta recargar el diseño para transmitir sensación de lujo práctico.