El Dacia Bigster se consolida como una de las apuestas más equilibradas en el competitivo segmento de los SUV compactos. Con 4,57 metros de longitud, se posiciona por encima del Duster y entra de lleno en el territorio de modelos como el BMW X1 o el Nissan Qashqai, pero con una propuesta enfocada en la funcionalidad, el consumo contenido y un diseño con claras aspiraciones off-road. Este planteamiento le permite ofrecer un producto espacioso, eficiente y tecnológicamente actualizado sin perder de vista el control de costes.
Una de sus principales bazas es la amplitud interior. Gracias a su carrocería alargada y a una buena distribución del espacio, el Bigster alcanza un maletero de hasta 667 litros, una cifra destacada en su categoría. La habitabilidad en las plazas traseras también ha sido priorizada, lo que lo convierte en una opción polivalente tanto para uso familiar como para escapadas de fin de semana. Este aprovechamiento del volumen se combina con una gama de motorizaciones pensada para reducir consumos y emisiones, algo que refuerza su carácter racional.
Lo destacable en este caso es que, pese a su tamaño y orientación robusta, el Bigster mantiene cifras de consumo sorprendentemente ajustadas. La versión híbrida autorrecargable de 155 CV homologa apenas 4,6 l/100 km, mientras que las variantes con tracción total y tecnología microhíbrida se mantienen en torno a los 6 litros en ciclo mixto. Esta eficiencia le permite ofrecer buenas prestaciones sin comprometer la economía de uso, algo especialmente relevante en contextos urbanos y periurbanos.
Interior práctico y tecnología mejorada
El interior del Bigster se ha renovado siguiendo la línea marcada por el último Duster, pero añade elementos que elevan su presentación y funcionalidad. En las versiones más equipadas, se incorporan una instrumentación digital de 10,1 pulgadas, pantalla táctil central de igual tamaño, climatización bi-zona y cargador inalámbrico. Cabe destacar que se han mejorado los materiales respecto a generaciones anteriores, manteniendo la filosofía de resistencia y durabilidad con una presentación más cuidada.
Por otro lado, el modelo apuesta por una dotación tecnológica reforzada, tanto en conectividad como en asistencia a la conducción. Incorpora frenado autónomo de emergencia, asistente de mantenimiento de carril, detector de ángulo muerto, reconocimiento de señales y control de crucero adaptativo, según versiones. En el plano práctico, también destacan elementos como la apertura eléctrica del portón, llantas de hasta 19 pulgadas y techo solar panorámico.
El Bigster se ofrece en versiones de tracción delantera y 4x4, estas últimas con selector de modos de conducción, control de descenso y una altura libre al suelo de 22 cm, lo que subraya su capacidad fuera del asfalto. Llama especialmente la atención su configuración multienergía: se podrá elegir entre motorizaciones híbridas autorrecargables, microhíbridas y una opción bifuel gasolina-GLP, todas con etiqueta ECO y autonomía extendida.
Fabricado en España con motorizaciones nacionales, el Bigster combina producción local, enfoque práctico y diseño robusto. Su equilibrio entre tamaño, eficiencia, equipamiento y precio lo convierte en una de las propuestas más sensatas y completas dentro del panorama SUV actual.