Como bien saben en todas y cada una de las marcas potentes en Europa, el coche eléctrico no es una moda, sino que ha llegado para quedarse. Al menos esos son los planes que te ven desde la Unión Europea, el organismo que más está favoreciendo la implantación de este tipo de modelos y que, de hecho, ya ha marcado un plan por el cual a partir de 2035 no se podrán vender coches nuevos en Europa que no sean 100 × 100 eléctricos.

Si bien es cierto que esto no significa que a partir de 2035 no pueden seguir circulando modelos de combustión o de los híbridos, que tan solo se puedan vender modelos nuevos con este tipo de mecánica va a provocar que, apenas unos años después, la inmensa mayoría del parque europeo sean modelos eléctricos.

No es casualidad entonces que la inmensa mayoría de fabricantes están empezando a apostar por este tipo de modelos de forma más que evidente. Aunque cada una de ellas tiene su particular plan estratégico trazado en este sentido, al final todas a ver que van a acabar con un catálogo de productos para que los motores eléctricos van a ser los principales protagonistas.

Pero, como bien saben también en los fabricantes, más allá de vender coches nuevos, todo lo que se refiere al mantenimiento también va a suponer un cambio, entre otras cosas porque nada tiene que ver el mantenimiento y la reparación es de un coche de combustión un coche híbrido respecto al que tiene un coche eléctrico.

Desde Inglaterra avisan que el 50 % de los talleres van a cerrar en los próximos años

Ha sido precisamente en Inglaterra, donde, a no ser que cambien los planes, va a ser cinco años antes, es decir, a partir de 2030, cuando ya no se puedan vender coches nuevos que no sean eléctricos, donde han alertado de un problema que va a suponer más de un dolor de cabeza para los conductores británicos.

Y es que no es que sea precisamente ningún secreto que el mantenimiento de un coche eléctrico es mucho menor respecto al de un coche de combustión pero que, a su vez, cuando un eléctrico necesita una reparación, esta suele ser mucho más costosa que en el de un motor de combustión.

Así, varios expertos británicos aseguran que muchos de los talleres que actualmente operan en Inglaterra no están preparados para asumir las operaciones de un coche eléctrico, entre otras cosas sus empleados necesitan cursos de formación y porque, además, las marcas no están siendo precisamente muy transparentes a la hora de ofrecer ayuda en este sentido.

De ahí que no sean pocos los que aseguren que, especialmente aquellos talleres con pocos recursos, vayan acabar cerrando dentro de apenas unos años. Incluso ya hay quien asegura que el 50 % de ellos podría tener problemas para seguir trabajando.