Si bien es cierto que en los últimos años han sido muchas las marcas generalistas que han empezado a preocuparse por la llegada de marcas chinas cada vez más importantes y con productos que ponen en riesgo las cifras de ventas y algunos de sus modelos estrella, cada vez son más los fabricantes premium que están viendo también como algunos fabricantes chinos les están robando cuota de mercado.

 

En este sentido, por mucho que Mercedes, BMW, Audi, Volvo o Lexus puedan seguir presumiendo de tener un estatus en el mercado muy superior al que tienen algunas de las marcas chinas que están llegando a nuestro país en los últimos tiempos, el hecho de ver como en este pasado mes de abril el BMW X3, que no deja de ser uno de los modelos más vendidos de la marca alemana en Europa y la referencia en su segmento, se ha visto superado por un modelo que acaba de aterrizar en nuestro mercado provenientes de China, evidencia el auge de este tipo de alternativas asiáticas.

El Omoda 5 ya se vende más en España que el BMW X3

Mientras que en el cuarto mes del año es BMW X3 ha logrado en nuestro país 403 matriculaciones, una cifra que lo ha situado en la posición 70, no ha sido otro que el Omoda 5, un SUV chino con una excelente relación calidad precio y que ha llegado a nuestro país pisando muy fuerte, el que ha logrado superar al modelo alemán.

Lo ha hecho, es cierto, por tan solo una venta, con 404 matriculaciones en el mes de abril y acabando en la posición 69, por lo que es más que evidente que quizás no deja de ser anecdótico en este pasado mes de abril, pero ya da alguna pista del éxito que puede llegar a tener este modelo chino.

 

Es más, Omoda, como marca, ya ha superado a BYD, otro gigante chino que quiere conquistar Europa, en España en estos primeros 4 meses, y apunta a seguir creciendo y a seguir superando a marcas muy asentadas en nuestras carreteras desde hace ya muchos años.

Por mucho que las marcas premium sean muy conscientes de que este tipo de fabricantes no son rivales directos al nivel de calidad, el hecho de que vayan aumentando su cuota de mercado provoca que cada vez su trozo de pastel sea menor, algo que evidentemente nunca es positivo para sus intereses.