No es que sea precisamente ningún secreto que Seat esté pasando por uno de los peores momentos de su historia en muchos sentidos, especialmente a nivel de ventas. Y es que, si bien es cierto que el Arona puede seguir presumiendo de ser uno de los top ventas en España (es el segundo clasificado en el ranking tan sólo superado por el Dacia Sandero), y que el Ibiza y el Ateca logran cifras de ventas correctas, modelos como el León o el Tarraco están teniendo cada vez menos peso en España y en Europa.

Son varios los motivos por los cuales Seat ha dado muchos pasos atrás en España, pero lo que es evidente es que en el Grupo Volkswagen tienen muy claro que el futuro de la histórica marca española no pasa precisamente por ser de nuevo un referente.

 

El éxito de Cupra, una marca más premium y que por lo tanto ofrece mejores márgenes de beneficio es lo que más está condenando a una Seat que sabe que, por ejemplo, en apenas unos años se va a quedar sin su buque insignia.

El Seat Tarraco desaparecerá sin sucesor

Actualmente el modelo más top de Seat es el Tarraco, un SUV de grandes dimensiones, con capacidad de hasta 7 plazas y con versiones muy top como la versión PHEV con acabado FR que, eso sí, desde el primer momento en el que se puso a la venta ya evidenció que no iba a ser un modelo exitoso.

 

Llegó al mercado en 2018 con la intención de convertirse en un serio rival de modelos como el Skoda Kodiaq, pero el modelo checo ha salido siempre victorioso en su particular batalla con el Tarraco. De hecho, las cifras de ventas del Tarraco han ido a menos con el paso de los años. De rozar las 30.000 en 2019 (una cifra tampoco estratosférica) a quedarse justo por encima de las 12.000 en el pasado 2022.

Teniendo en cuenta que el Kodiaq, un modelo que se acaba de actualizar, ya cubre ese hueco en el grupo Volkswagen y que el nuevo Tiguan tiene también parte de ese pastel, en la marca alemana han decidido que el Tarraco desaparecerá de las líneas de producción de la marca en Wolsfburgo a partir de 2025.

Un modelo que llegó al mercado con ciertas expectativas de ser un modelo que complementara las buenas cifras de ventas de modelos como el Ateca y el Arona pero que se ha convertido en uno de los mayores fracasos del fabricante en España y en Europa.