Fue hace ya unos meses cuando en Peugeot dejaron a muchos con la boca abierta asegurando que, en un futuro no muy lejano, tenían la intención de dejar de fabricar las variantes con motor de combustión de sus furgonetas destinadas al transporte de pajareros Rifter y Traveller.

Una decisión que ya ha pasado de la idea a la realidad. Y es que en este 2022 Peugeot ha empezado el año eliminando de su configurador las opciones con motores de combustión de estos dos modelos.

Se trata, eso sí, de una decisión que tan sólo afecta a la venta a particulares de este tipo de modelos, por lo que la división de vehículos comerciales sí que podrá seguir vendiendo versiones de gasolina y diésel.

La decisión no es precisamente menor teniendo en cuenta que, pese a que no son modelos que puedan presumir de ser precisamente de los más vendidos en España, sí que son clásicos, concretamente el Rifter. La apuesta por al electrificación en este caso por parte de los franceses es más que evidente.

Peugeot mueve ficha y a partir de ahora sólo venderá las versiones eléctricas del Rifter y el Traveller

A partir de ahora, los clientes particulares que quieran hacerse con un Rifter deberán hacerse sí o sí con la versión eléctrica, denominada e-Rifter. Una versión que llega con un motor evidentemente cien por cien eléctrico, en este caso de 136 caballos de potencia que, unido a una batería de 50 kWh declara una autonomía según el ciclo WLTP de 280 kilómetros. Su precio de partida es de 37.500 euros, y, como ocurría con las versiones de combustión, esta e-Rifter estará disponible en dos tamaños.

La gama crece en el Traveller, una furgoneta de mayor tamaño que llegará de hecho con tres variantes de carrocería y dos posibilidades en cuanto al tamaño de su batería. En los dos casos el motor será también de 136 caballos, pero podrá contar con una batería de 50 kWh o una de 75 kWh. Su autonomía máxima será de 330 kilómetros, y su precio de partida es de 54.370 euros.

Una decisión con la que en Peugeot dejan muy claro que, al menos en cuanto a ventas directas a los particulares, su apuesta por la movilidad eléctrica es más que evidente y clara. Eso sí, al menos de momento, los franceses no optan por llevar a cabo esta decisión en el terreno de los vehículos comerciales.