El Nissan Qashqai se prepara para afrontar una transformación decisiva con el desarrollo de su cuarta generación, prevista para los próximos años. El popular SUV compacto, uno de los pilares comerciales de la marca en Europa, evolucionará hacia una propuesta totalmente eléctrica, marcando así un punto de inflexión en la estrategia de electrificación de Nissan. Esta decisión llega tras años de éxito con las versiones térmicas e híbridas, y responde a las nuevas exigencias del mercado y de la normativa europea.

La nueva generación abandonará los motores de combustión convencionales, aunque mantendrá durante un periodo de transición el sistema híbrido e‑Power que ya se ofrece en la gama actual. Esta tecnología, que combina un motor de gasolina que actúa únicamente como generador con una unidad eléctrica encargada del impulso, ha sido bien recibida por su eficiencia y suavidad de funcionamiento. Sin embargo, el objetivo a medio plazo es que el Qashqai adopte una arquitectura completamente eléctrica que lo sitúe al nivel de sus rivales más avanzados.

 

Para ello, Nissan empleará una plataforma de nueva generación desarrollada por Ampere, la división de movilidad eléctrica del grupo Renault. Esta base, conocida internamente como AmpR Medium, es capaz de soportar versiones tanto híbridas como totalmente eléctricas, con sistemas de alto voltaje que permitirán la incorporación de carga rápida en corriente continua y un rendimiento competitivo en términos de autonomía y prestaciones. El diseño del futuro Qashqai tomará referencias del prototipo Hyper Urban, un concept presentado recientemente que anticipa las líneas de los próximos modelos eléctricos de la marca.

Una transición basada en tecnología modular

Lo destacable en este caso es que la nueva plataforma modular facilitará una producción eficiente y escalable, al tiempo que permitirá mantener la fabricación del Qashqai en la planta de Sunderland, en el Reino Unido. Esta continuidad industrial refuerza la posición estratégica del modelo dentro del mercado europeo y garantiza un suministro estable para los principales países del continente.

En paralelo, el sistema e‑Power continuará ofreciendo una alternativa híbrida para quienes aún no den el salto al eléctrico puro. Este esquema, que en su configuración actual entrega unos 190 CV, seguirá estando disponible en versiones mejoradas hasta que la tecnología 100 % eléctrica esté plenamente asentada en el modelo. Cabe destacar que esta solución híbrida ofrece consumos ajustados, emisiones moderadas y etiqueta ECO, lo que la convierte en una opción atractiva durante la transición.

Por otro lado, el futuro Qashqai eléctrico buscará diferenciarse no solo por su motorización, sino también por una propuesta tecnológica más avanzada. Incluirá sistemas de asistencia a la conducción de última generación, interfaces digitales mejoradas y una experiencia de usuario más conectada, acorde con las demandas del segmento C-SUV. El objetivo de Nissan es situar al Qashqai en una posición competitiva frente a los nuevos actores eléctricos del mercado, consolidando su relevancia en una etapa de profunda transformación para la industria.