Nissan prepara una de las transformaciones más ambiciosas de su historia con el lanzamiento del próximo GT-R, previsto para 2028 como modelo 2029. Esta nueva generación del mítico deportivo japonés dejará atrás el motor de combustión y abrazará por completo la electrificación, con una configuración técnica que superará los 1.000 caballos de potencia. Acompañado de esta revolución mecánica, llegará un precio que lo sitúa en una nueva liga, muy por encima de los estándares tradicionales del modelo, apuntando directamente al territorio de los superdeportivos eléctricos de élite.

La marca ha confirmado que el nuevo GT-R será un modelo eléctrico de alto rendimiento, dotado de un sistema de propulsión completamente nuevo. El desarrollo incluirá baterías de última generación, posiblemente en formato de estado sólido, combinadas con motores eléctricos de gran capacidad que proporcionarán una entrega de potencia inmediata y constante. El objetivo es superar la barrera de los 1.000 CV, lo que situará al GT-R 2029 en un escalón técnico reservado hasta ahora a propuestas muy exclusivas.

 

Este cambio radical también afectará a la tracción, que será total mediante un sistema inteligente capaz de gestionar el par motor de forma independiente en cada eje, o incluso en cada rueda si se confirman configuraciones con motores individuales. Esta solución permitirá mantener el ADN del modelo original en cuanto a capacidad de tracción y comportamiento dinámico, adaptado ahora a las exigencias de una nueva era tecnológica.

Diseño disruptivo y enfoque exclusivo

El diseño exterior del futuro GT-R seguirá una línea mucho más agresiva y moderna, marcada por formas angulosas, superficies limpias y soluciones aerodinámicas avanzadas. Algunos de estos rasgos ya se han anticipado en prototipos recientes, que muestran un enfoque más futurista que retro. Las proporciones serán más musculosas, con una altura contenida y un uso extensivo de iluminación LED para definir la nueva identidad visual. El conjunto buscará mantener la imagen imponente que siempre ha caracterizado al modelo, pero reinterpretada bajo los códigos del automóvil eléctrico de alto rendimiento.

En el interior se espera una ruptura total con el pasado. El habitáculo combinará materiales técnicos, pantallas envolventes y una interfaz digital capaz de ofrecer información sobre el estado del sistema eléctrico, el reparto de par o la gestión térmica de las baterías. La experiencia a bordo será tan tecnológica como deportiva, en sintonía con el tipo de vehículo que Nissan pretende ofrecer.

 

El precio, por su parte, marcará un punto de inflexión. Las estimaciones sitúan el coste de acceso en torno a los 170.000 euros, una cifra que duplica con creces la tarifa de salida del GT-R anterior. Las versiones más potentes, con configuración extrema y preparación Nismo, podrían superar los 200.000 euros. Este salto posiciona al GT-R como un modelo reservado a un público muy exclusivo, donde el valor tecnológico y prestacional justifica su coste.

Con este movimiento, Nissan no solo reinterpreta el legado del GT-R, sino que lo redefine por completo para mantenerlo vigente en un contexto dominado por la electrificación, la regulación ambiental y la alta tecnología.