En un escenario donde el mercado del diésel ha perdido fuerza frente a la electrificación, resulta llamativo que el SUV más vendido de Mercedes en España en 2025 sea precisamente una versión con motor diésel. El protagonista es el Mercedes-Benz GLC 300, una variante híbrida enchufable que ha logrado imponerse en un contexto dominado por los híbridos de gasolina y los eléctricos puros. Con 8.283 unidades matriculadas hasta agosto, este modelo no solo lidera entre los diésel, sino que representa la opción preferida de la marca en el país.
De esas más de ocho mil unidades, el 72 % cuentan con motorización diésel, y más de la mitad de ellas —un 58 %— son híbridas enchufables. Esta combinación inusual permite que el GLC 300 luzca la etiqueta Cero emisiones, un distintivo reservado habitualmente a los eléctricos puros y a los híbridos con capacidad real de conducción eléctrica. El modelo logra así unir la eficiencia del gasóleo con las ventajas fiscales y de movilidad de los electrificados.
Lo destacable en este caso es que Mercedes se mantiene prácticamente sola en el mercado de híbridos enchufables con motor diésel. Mientras otras marcas han optado por centrar sus esfuerzos en la electrificación basada en motores de gasolina, el fabricante alemán ha seguido desarrollando esta tecnología, que ofrece un rendimiento elevado y una eficiencia sobresaliente, especialmente en trayectos largos y usos intensivos. El GLC 300 de, en concreto, ofrece una potencia combinada cercana a los 335 CV y una autonomía en modo 100 % eléctrico que puede superar los 100 km, gracias a una batería de 31,2 kWh de capacidad.
Un SUV premium con eficiencia inusual
La autonomía eléctrica real del GLC 300 se sitúa entre 104 y 120 km, dependiendo del uso y las condiciones, lo que permite realizar muchos trayectos diarios sin consumir una gota de combustible fósil. El sistema eléctrico ha sido mejorado recientemente, pasando de 100 kW a 115 kW de potencia en las versiones más actuales, lo que refuerza su desempeño sin modificar la potencia total del sistema.
Por otro lado, los datos de consumo también refuerzan el atractivo de este SUV. En pruebas realizadas con versiones similares, el GLC Coupé híbrido diésel ha logrado cifras reales en torno a los 3,35 l/100 km en recorridos mixtos, un dato difícil de igualar para modelos de dimensiones y potencia comparables. Esta eficiencia, unida a la capacidad de circular en modo eléctrico en zonas urbanas, explica buena parte del éxito comercial del modelo.
Con un precio de partida que ronda los 68.500 euros, el GLC 300 se posiciona como una opción premium, pero su demanda demuestra que existe un público que valora la eficiencia real y la versatilidad de este tipo de propulsión. En este sentido, su éxito refleja una tendencia clara: la electrificación no se limita a los motores de gasolina, y el diésel aún tiene margen de maniobra si se adapta a los nuevos tiempos.