No es que sea precisamente ningún secreto que los motores diésel son las mecánicas que más rechazo provocan por parte de las autoridades centradas en la lucha contra el cambio climático.

Y es que, si bien es cierto que en los últimos años los fabricantes de este tipo de coches han evolucionado mucho esta tecnología y han conseguido que los diésel sean motores mucho menos contaminantes que hace unos años, la tendencia en la Unión Europea es la de ir poco a poco eliminando este tipo de mecánicas de todos los transportes posibles.

No es casualidad entonces que sean varios los fabricantes de turismos que hayan optado por dejar de apostar por este tipo de mecánicas. Sin embargo, cabe tener en cuenta que, siendo como son los diésel mecánicas más eficientes a velocidades altas y sostenidas, la inmensa mayoría de transportes dedicados al transporte de mercancías sigan contando con este tipo de motor.

La Unión Europea refuerza aún más su política ‘anti diésel’

Y eso es lo que desde la Unión Europea no quieren que siga sucediendo. Es por eso que ya se están negociando nuevas normativas y objetivos a cumplir de cara a los próximo años.

En una reciente reunión formada por los Ministros de Medio Ambiente de los países de la UE, éstos acordaron una nueva hoja de ruta que pone aún más en el punto de mira a los transportistas con vehículos diésel así cómo a los fabricantes de este tipo de modelos.

Así, la idea de la UE es que los fabricantes tendrán que reducir las emisiones medias de los nuevos camiones de mercancías en un 45% en 2030, un 65% en 2035 y un 90% en 2040. Además, cabe tener en cuenta que la nueva propuesta amplía el ámbito de aplicación del Reglamento de tal manera que  los vehículos pesados nuevos con emisiones certificadas de CO₂, entre ellos los camiones más pequeños, los autobuses urbanos, los autocares y los remolques, también estén sujetos a objetivos de reducción de emisiones.

Teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de modelos de este tipo cuentan con motores diésel, no va a ser nada fácil que se cumplan estos objetivos, pero es evidente que, viendo la agenda marcada por la UE, tarde o temprano las mecánicas diésel que tan populares son actualmente entre los transportistas, van a acabar desapareciendo tarde o temprano de las carreteras europeas.