El Ford Focus ST dejará de producirse en noviembre de 2025, cerrando así un capítulo clave en la historia reciente de la marca del óvalo. Con su salida del catálogo, Ford pone fin a uno de los modelos más representativos de su gama deportiva en Europa. El Focus, introducido en el mercado en 1999 como relevo del Escort, fue una revolución en diseño, comportamiento dinámico y tecnología. La variante ST, lanzada pocos años después, elevó ese legado ofreciendo una propuesta de alto rendimiento con tracción delantera y un precio contenido.
Desde su primera aparición en 2002, el Focus ST encarnó el espíritu de los deportivos compactos: accesibles, potentes y con un enfoque práctico. En sus distintas generaciones, fue adoptando motores cada vez más potentes, desde los cinco cilindros turbo hasta el actual 2.3 EcoBoost de 280 CV, que equipa la versión vigente. Este bloque, compartido con el Mustang en algunas variantes, permite unas prestaciones destacables y se complementa con un chasis afinado que prioriza la precisión de conducción, todo sin renunciar a un uso cotidiano.
La decisión de Ford responde a un cambio estratégico a gran escala. El cierre de la planta alemana de Saarlouis, donde se fabrica el Focus, forma parte de un proceso de reestructuración en Europa que ya se ha llevado por delante modelos como el Fiesta y el Mondeo. La gama convencional de turismos está siendo desplazada por SUV y vehículos electrificados, con un claro enfoque en plataformas modulares compartidas y tecnologías de bajas emisiones.
El adiós al Focus ST y el futuro incierto del compacto deportivo
Lo llamativo en este caso es que el Focus ST no desaparece por falta de mérito, sino por un cambio de prioridades en el mercado y en la estrategia industrial de la marca. En un contexto donde las regulaciones medioambientales y la rentabilidad imponen nuevas reglas, modelos como este han quedado relegados a un segundo plano. Ford ha decidido concentrar recursos en su gama SUV y en el desarrollo de eléctricos como el Explorer EV o el futuro Capri, sacrificando vehículos con un fuerte valor simbólico.
El hueco que deja el Focus ST es difícil de llenar. Su combinación de practicidad y prestaciones lo hacía especialmente atractivo frente a propuestas más radicales o costosas del segmento. No es ningún secreto que el mercado de los "hot hatch" ha perdido terreno frente a los SUV deportivos y los compactos eléctricos, pero la desaparición de un modelo tan asentado pone de relieve un giro definitivo en las preferencias del público y en las estrategias de las marcas.
Con la retirada del Focus ST, Ford cierra un ciclo iniciado a finales de los años 90, cuando el Focus cambió la percepción del compacto europeo. Aunque podría volver en el futuro en forma de modelo eléctrico, su adiós actual marca el final de una era en la que la deportividad estaba al alcance de muchos sin renunciar al uso diario.