La industria del automóvil está pasando por uno de los momentos más importantes de su historia, entre otras cosas porque está pasando por un momento de cambio fundamental, en el que los motores de combustión están destinados a la desaparición y los motores 100 × 100 eléctricos están ganando cada vez más peso.
Pero otro de los aspectos que está poniendo patas arriba la industria es la conducción autónoma. La llegada de las nuevas tecnologías ha ayudado a que aparezca cada vez más aplicaciones y programas para que la conducción sea algo mucho más seguro, con muchas ayudas a la conducción en la inmensa mayoría de coches. Sin embargo, el siguiente paso, tal y como saben en las marcas más punteros del mercado, es el de la conducción autónoma.
Evidentemente, o al menos eso es lo que consideran en muchos fabricantes, aún quedan muchos años para que los coches se conduzcan solos, entre otras cosas porque la tecnología es muy virgen aún en este sentido y, hasta que no exista un ecosistema en el que todos estos modelos estén conectados y no se puedan así producir accidentes como es los que se están produciendo actualmente con los modelos de prueba con este tipo de tecnología, no se implantará de toda la conducción autónoma.
El problema con los coches autónomos
Si bien es cierto que hoy en día existen ya varios modelos que cuentan con sistemas de conducción autónoma como es el caso del famoso autopilot de Tesla, cabe tener en cuenta que es un sistema pensado para que el conductor, por mucho que no necesita tener las manos en el volante ni el control del coche, esté siempre atento a los movimientos del vehículo y pueda, en el caso de ver una situación de peligro, actuar al instante.
Pero el futuro a medio largo plazo pasa porque directamente los coches se conduzcan solos, de ahí que incluso algunos fabricantes están pensando ir a la idea de eliminar un elemento tan fundamental como es el del volante.
Sin embargo, una de las problemáticas en este sentido es lo que afecta a las multas ya que, como ha ocurrido en algunos estados americanos como es el caso de California, donde se están llevando a cabo algunas pruebas en este sentido, no se puede multar a un coche autónomo ya que no hay ningún conductor al volante.
Así, son diferentes las propuestas que se están debatiendo a la hora de cómo regular las acciones a este tipo de coches, aunque es evidente que seguramente serán los propios fabricantes los que tendrán que hacerse cargo de las multas de sus coches autónomos.